Allen Ginsberg / Francesco Clemente 


El jardín marino


el-jardin-marino2baja.jpgPor Enrique Juncosa

En una entrevista con el crítico Donald Kuspit, y hablando sobre Joyce y Pound, y la línea vanguardista que iniciaron, el artista italiano Francesco Clemente (Nápoles, 1952) dijo, al hablar del uso que hacía de las imágenes en su pintura, que “es en la tradición literaria en la que uno se encuentra más a menudo (…) con la confrontación de imágenes que en apariencia no tienen relación previa pero que son capaces de provocar juntas la luz de un significado indeterminado. Lo que hacen estos escritores, y que me interesa mucho, es crear campos de significado a partir de elecciones arbitrarias. En su escritura, las distinciones entre lo privado y lo público, lo importante y lo que no lo es, lo trivial y lo que nos desborda, el proyecto total o el detalle más específico, todas se desmoronan. Crean un mundo secular de significados, que nos hace feliz y que es la tarea del arte”.

 

No. 64 / Noviembre 2013


 

Allen Ginsberg / Francesco Clemente


El jardín marino
Por Enrique Juncosa



el-jardin-marino2baja.jpgEn una entrevista con el crítico Donald Kuspit, y hablando sobre Joyce y Pound, y la línea vanguardista que iniciaron, el artista italiano Francesco Clemente (Nápoles, 1952) dijo, al hablar del uso que hacía de las imágenes en su pintura, que “es en la tradición literaria en la que uno se encuentra más a menudo (…) con la confrontación de imágenes que en apariencia no tienen relación previa pero que son capaces de provocar juntas la luz de un significado indeterminado. Lo que hacen estos escritores, y que me interesa mucho, es crear campos de significado a partir de elecciones arbitrarias. En su escritura, las distinciones entre lo privado y lo público, lo importante y lo que no lo es, lo trivial y lo que nos desborda, el proyecto total o el detalle más específico, todas se desmoronan. Crean un mundo secular de significados, que nos hace feliz y que es la tarea del arte”.

Clemente, a quien se relacionó en su día con los artistas de la llamada Transvanguardia, es el que mejor ha sabido evolucionar de todo ese grupo. Su pintura visionaria se desarrolla a partir de imágenes enfrentadas en situaciones que pueden parecer absurdas, delimitando un espacio en donde nos encontramos con jaulas, pájaros, naipes, árboles, ruedas, vasijas, llaves, montañas, corazones, astros, herramientas o animales, entre otras muchas imágenes, en configuraciones que sugieren jeroglíficos o significados secretos, jugando con asociaciones históricas, personales o culturales y evadiendo pronunciamientos dogmáticos. También ha pintado numerosos retratos, y todavía más autorretratos. Estos últimos con muchas referencias sexuales, y adoptando numerosos disfraces, tal vez sugiriendo la discontinuidad de nuestras conciencias. Sus pinturas no son ni didácticas ni formalistas, y, como también en los haikus, su fuerza expresiva surge de esa chispa entre cosas que hasta entonces nos parecían inconexas. No es de extrañar que haya colaborado a menudo con poetas como Robert Creeley, John Wieners, Derek Walcott, VicentKatz o Allen Ginsberg. Con ese último, figura central de la generación Beat, trabajó en varios libros. Para realizarlos, el poeta copió a mano sus poemas en páginas con acuarelas del artista, que luego se editaronen ediciones limitadas. Estos fueron White Shroud (1983), ImagesfromMind and Space (1983) y Black Shroud (1984), libros que nos recuerdan al trabajo de William Blake, un poeta cuya lectura provocóa Ginsberguna alucinación auditiva, anécdota que ha sido luego muy debatida. Clemente pintó además algunos retratos de Ginsberg, como una pintura de 1985 en el que el poeta aparece como un visionario sobre un fondo rosa.

La poesía de Allen Ginsberg (1926-1997), a partir de su obra más célebre, Howl (1955), se caracteriza por un estilo espontáneo y coloquial, saturado de poderosas imágenes visuales, que rechaza el formalismo de los metros tradicionales. La anáfora, o repetición, es frecuente en sus poemas más largos, que tienen algo de letanías siempre cambiantes. Escribiendo sobre la obra del último Cézanne, el de las célebres vistas del monte SainteVictoire, Ginsberg acuñó un término, EyeballKick, que podemos traducir como “patada en el ojo”, para referirse al contraste de pincelael-jardin-marinobaja.jpgdas de colorescon las que esas pinturas se construyen. Sin duda podemos transmitir esta idea a la pintura de Clemente, aunque no para hablar de su pincelada, sino que para referirnos a la yuxtaposición contrastada de imágenes paradójicas de la que venimos hablando. Como Clemente, Ginsbergtambién se interesó mucho por la India, país en el que ambos pasaron o pasan largas temporadas, y por cuestiones esotéricas. Ginsberg fue budista y se ha relacionado a Clemente, algunas veces, con la Teosofía. La poesía de Gisnbergestá repleta también de referencias sexuales, hasta el punto que en su día tuvo que responder a acusaciones de obscenidad. Ambos nos ofrecen algo así como vistas fragmentadas de la realidad, con elementos de culturas diferentes, al explorar múltiples aspectos de la experiencia humana, desde la noción de identidad a la búsqueda de verdades permanentes. Muchos de los poemas de Ginsberg tienen una gran componente de rabia, y podemos recordar aquí su activismo político en cuestiones como los derechos de los homosexuales, Bangladesh o la defensa de la legalización de las drogas. En el caso de la obra de Clemente, sin embargo, no en vano es una artista del periodo posmoderno, se desprenden ideas de esperanza y de confort.



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