Este proyecto surgió a través de lecturas de poesía, donde, por mi interés en la ropa y su significado, fui coleccionando una serie de poemas sobre el tema. La vestimenta me parece ser un filtro entre el mundo exterior e interior; llena de esperanza, cargada de eventos, emociones, memorias, expresa algo de nuestro ser, al mismo tiempo que nos protege, nos embellece. La ropa se lava o se remienda y se vuelve nueva, removiendo los errores, desviaciones, accidentes, placeres. Se tiñe para renovarla, se altera para seguir nuestros cambios.
Como tal, es un soporte, de tres dimensiones, con múltiples posibilidades. La indumentaria, por naturaleza, es escultórica. En esta exposición, mi intención era explorar cómo incorporar la poesía en prendas y cómo hacer arte con objetos utilitarios. Cada pieza está inspirada en los escritos, algunos de los cuales son contemporáneos, otros de siglos pasados y de diferentes culturas. En conjunto, las obras forman una especie de formas sin cuerpo. Tal vez contengan nuestro espíritu.
La exposición fue posible gracias a una beca, en 2009, del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico de Oaxaca, parte del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes (FOESCA).
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