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No. 64/ Noviembre 2013


Becky Rubinstein
(Ciudad de México, 1948)


I

Ven noche
aprieta duro fuerte
asfixia mis  desvelos
cubre mi desnudez con un bálsamo de rosas
anacrónica manera de deshacerse
de viejas ataduras

Un poema a la muerte que exprime
la leche amarga de mi pezón

Busco una mirilla
para   atraparla 
ahora  que el  sueño  se aleja.

II


No hay camino para los insomnes
tan sólo transitar por un bosquejo de niebla
Los viajeros tocan a duelo las campanas

Dormir…
Las horas se agazapan
conejos en madriguera  oscura

Las persigo 
las cazo 
las mato pluma en mano

En el cielo lloran  mis muertos
-no hallo consuelo  sobre  la  almohada-.

En   noche interminable
nadie se acuerda del  prójimo.

III


Me introduzco por los resquicios
donde ratones sin nombre
simulan dormir

Los atraigo con queso
muerta de envidia

Todo duerme
me pierdo frente al espejo

Las pastillas para dormir
veneno que pagas
                    alta  su factura

No me resta más que echarme de cabeza
de un barco en movimiento.