No. 67 / Marzo 2014


Fernando Nieto Cadena, el bustrohermano mayor
Por Magnolia Vázquez Ortiz
 

 

especiales-nieto-3.jpgPero hombre ¿cómo que la muerte es un mal chiste de la vida? A veces es un buen chiste. Pero esa no es mi frase ni mi caso contigo, todavía, afortunadamente. En mi caso tú eres un buen chiste de la vida que me ha tocado vivir. Después de leer Tres triste tigres me quedo con la impresión que el Bustro con sus interminables sufijos es una copia de ti, para no contrariarte en tu repetidísima y sonriente frase, todavía no célebre, "me copia", cuando coincides con otros grandilocuentes del lenguaje en su postura hacia la escritura misma. Porque además de ser el lenguaje el objeto amoroso de tu escritura lúdica creativa-creadora, eres ese diccionario andante y parlante al que tu discípulo  número uno en Tabasco, acudía por el celular cuando necesitaba confirmar o aclarar una palabra durante una clase impartida por él  o en el momento de estar redactando un texto; diccionario humano al que nosotros, tus jaloneros, tus discípulos subsecuentes, interrogamos cuando necesitamos referencias amplias, información o certeza no sólo de alguna palabra sino de algún personaje ficticio o real en cualquier área del saber en cualquier época o suceso histórico. Te imagino pequeño, Luis Fernando, de ¿ocho años? llegando a la biblioteca con tu hermano mayor -a solicitud de tu madre para no lidiar con tus travesuras de Niño Negro en su preparación de los sagrados alimentos familiares- y quedar sorprendido y prendida  tu infancia y toda tu vida venidera a esos cientos de artefactos nombrados libros que transformaron tu pequeño y único mundo vivido hasta el momento, en el amasijo de todos los grandes mundos y hombres posibles que sólo la literatura te pudo y puede regalar, y para complacencia mía, es un honor y orgullo tenerte  además como maestro, colega jalonero, amigo y hermano mayor, como el gran libro que me ha compartido y mostrado una buena parte de esos grandes libros y grandes hombres de letras que han alimentado, alimentan y fortalecen mi espíritu. Amén.

 




Foto de Fernando Nieto Cadena, cortesía de Alejandro Breck.