Presentación de las Obras reunidas
de Severino Salazar


espacios-portada-severino.jpg

¿Te acuerdas, Severino, una vez estuvimos juntos en la Feria de Guadalajara, con Micky Quemain y demás amigos? ¡Y tantas veces que estuvimos en Minería pero sobre todo en la Eme Ponce! Esa vida se pasó, no tan callando sino con batir de alas; el relámpago de los loros de mi sol huasteco. Y sentir, a cada presentación de libro tuyo y con cada caballito tequilero, que nuestra profesión es una fiesta...

No. 67 / Marzo 2014


Presentación de las Obras reunidas
de Severino Salazar



Por Alberto Paredes


Obras reunidas de Severino Salazar

Once volúmenes
Alberto Paredes, director editorial
Manuel Felguérez, ilustraciones de Portada
México, Juan Pablos-INBA, 2013


espacios-severino-salazar.jpg¿TE ACUERDAS, SEVERINO, una vez estuvimos juntos en la Feria de Guadalajara, con Micky Quemain y demás amigos? ¡Y tantas veces que estuvimos en Minería pero sobre todo en la Eme Ponce! Esa vida se pasó, no tan callando sino con batir de alas; el relámpago de los loros de mi sol huasteco. Y sentir, a cada presentación de libro tuyo y con cada caballito tequilero, que nuestra profesión es una fiesta.

Este verano parís ha sido una fiesta, de nuevo gracias a ti. Es el año de gracia de 2013, tú ya no estás aquí para saberlo (ni yo para contarlo, pues estoy en otro aquí), pero gracias a Blanca Sánchez, a María de Jesús, al INBA que los sexenios guarden en buena salud, y a la Providencia de los Libros, es el verano en que hemos dado remate a tus obras completas. El verano se acaba, las lluvias llegan, conforme los correos entre Blanca, María de Jesús y yo van y vienen, como antes tus engargolados, a mis manos, a tus manos de vuelta… el verano se amortigua en las típicas tan vallejianas grises lluvias de paris. Capaz que le hacías un cuento a Françoise Haslé, nuestra clocharde de casa aquí en el barrio, viajera de la psicodelia y poeta ocasional. Haz de cuenta tu Juana Gallo.

espacios-portada-severino.jpgYo he tenido un sol particular, Severino, el privilegio de asistir a la organización de todo lo que nos diste, que gracias a Juan Pablos toma forma de libro. El sol de nuestra hermosa lengua española tocada por tus personajes nobles y extraviados. Qué triste placer, Seve, ir decidiendo el perfil de los volúmenes que ya están viendo la luz. Que tus lectores, nuevos y viejos, te amen tanto como tus amigos, tanto como tu familia de la que eras el consentido; que sientan tu forma irrepetible de entender las cosas del alma, pero así, sencillote y relajiento. ¿Si no cómo? Tu vida entre nosotros ha sido un hermoso verano. Algún dios seguramente se descuidó y viviste entre nosotros, disfrazado de zacatecano. Ahora el cielo se matiza de grisalla gótica y te quiero, como siempre, Severino.

Venga pues una recitación, la más fresquecita; por ti, claro, que tolerabas mis versos. Yo no sé escribir ni bailar danzones… por favor haz de cuenta…y dice…

Danzón dedicado a María de Jesús, a tus padres, a Blanca y amigos que los acompañan…


Emaús


1


Nos faltas Severino
donde sea que estemos
nosotros tus amigos
de pronto un vacío
ese hueco
eres tú
Nos faltas

Habría que decirlo con Verlaine
aunque te fuiste sin gozar su compañía
–el tiempo es mezquino–
Le pauvre Lélian
cierta vez
en verdad se entristeció
ese bello y tibio sentimiento
que pocas veces nos permitimos
que pocas veces
merecemos vivir
y del que tanto sabe tu prosa
Verlaine ese día
volvió a tomar el papel
su hueco se llamaba Villiers
le reclamó murmurando
por un poco de tiempo seguimos aquí
guardando tu memoria
en nuestra esperanza ahíta

Y partiste
Adiós Villiers! Adiós Seve!
Nadie rebaje a lágrima o reproche
–dice el endecasílabo de Borges–
el momento exacto y perenne
cómo y cuándo

la vida
el cáncer el destino
de golpe dijeron
con un palmetazo seco en la mesa del bar
Se acabó!

Cuando dos o más nos encontramos al azar
si somos nosotros los tuyos
estás ahí
retrasamos el momento
gozándolo
hasta decir por lo que sea
“Severino”

Es tan sólo un instante
un aleph escondido en el tiempo
minuto formidable
en que algo se abre luminosamente

No
no te has vuelto ausencia
sigues acompañando
hablo por el pellejo dolorido de mi alma
pues a solas
en el sigilo de mis días
compartidos conmigo mismo
–afuera llueve como en la pesadumbre de Vallejo–
acompañas
la cháchara no ha cesado

Deberá sucederle a todos
no hay prodigios egoístas
cada uno de los tuyos en su momento
volverá a oírte reír
porque estás ahí

Tu prudente frivolidad
“Severino!”
Esa palabra basta
enmudezco como piedra
resonando hacia adentro
escondiendo la violenta voz
por qué el camino
tiene que acabar o interrumpirse
tan de golpe Severino?




2

No sé qué pretendo
cuando a otros
–todos los que no te conocieron–
desbordadamente les digo
hubo este hermano
este sol en nuestros corazones unidos
No sé qué pretendo
Severino

Y lo mismo otros nombres
insignias de otros veranos dulces e imprevistos
que sorprenden incluso hiriéndonos
extrayendo la sal de nuestra sangre
y al partir nos mutilan
Ya sólo ser
el clan de lobeznos
aullando solitarios
sin ti Alicia !

Qué busca uno
al deshacerse en palabras opacas
que no se volverán
la más pequeña llama
de la zarza dichosa
que entibió la noche en el desierto?

Solamente deseo
a los amigos fatigados de mi perorata
les deseo
con mi más triste rabia
de dientes triturados
ahogando su silencio
que también ustedes
se den de bruces
se mecen la barba
y gesticulen enmudecidos
cómo es posible
que no entiendan
que su imaginación no les diga
aunque sea a señas confusas
que hubo un astro terreno
vino brilló y se apagó entre nosotros
fue hace tan poco
y tenía por nombre…



Rue Rollin, septiembre de 2013