No. 69 / Mayo 2014 |
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Por Emma Julieta Barreiro
Exquise Déréliction Métisse/ Exquisito Desamparo Mestizo
Suzanne Dracius Verónica Martínez Lira (Trad.) Ediciones Sin Nombre y Espejo de Viento, México, 2013. Nigra sum sed Formosa. En México vivimos todos los días en la propia piel, o en la de los que nos rodean, diversos tonos, resonancias y discordancias del mestizaje. Pero en Exquise Déréliction Métisse, un poemario que fue galardonado con el Premio Fetkann en 2008, Suzanne Dracius nos presenta un panorama en el que escuchamos un mestizaje que es tan suyo, como de otros. La letrada poeta de la Martinica nos muestra una gran riqueza de voces en diversos escenarios —urbanos, rurales, caribeños, africanos, europeos— que entrelazan los hilos con que se han tejido el ir y venir de las diversas comunidades del caribe de habla francesa y creole. En sus versos encontramos sensualidad, ritmo y color, a la par de fuertes dosis de la marginación, crudeza o turbulencia con que se manifiesta a veces el oxímoron de esta experiencia de vida. Suzanne Dracius es una novelista, poeta y dramaturga, que cuenta con diversas publicaciones traducidas a una gran cantidad de idiomas. Profesora de Letras Clásicas, Dracius estudió en la Sorbona y enseña en la Universidades de Antilles-Guyane y de Georgia y Ohio, en los Estados Unidos. La edición bilingüe publicada por la editorial Espejo de Viento en México (2013) de Exquise Déréliction Métisse. Exquisito desamparo mestizo permite al lector dilucidar el complejo contenido y forma de los poemas gracias a la dedicada labor de Verónica Martínez Lira como traductora, editora y autora de las notas en este poemario bilingüe. Las alusiones directas o indirectas a una gran variedad de elementos históricos y sociolingüísticos del caribe francófono —y de sus extensiones de hoy y ayer en otras coordenadas geográficas—, así como los juegos de palabras o las referencias mitológicas y bíblicas que aparecen de forma tan natural en los versos de esta poeta, no pasan en esta forma desapercibidas para el lector que carezca del trasfondo de vida y lectura necesarios para activarlas. Por otro lado, la complejidad de traducir versos cuyas cadencias incluyen ritmos coloquiales del creole, junto con un riguroso uso de la métrica clásica y tradicional del francés, es una tarea de la cual Martínez Lira, en general, sale victoriosa. Así, encontramos tanto el brillo de En los horizontes del sur con que nos deleita Dracius, Couleurs, chaleur et même odeurs como el conflicto y desamparo de la Anamensia Procipiatoria que se vive, casi a ritmo de rap, en el Nuevo Cúbico de los barrios marginados en Francia como un Negzagonal; un antillano nacido en Francia bien lo sabe. Y en los versos de Dracius lo mismo participamos de un homenaje a las habilidades culinarias de un chef caribeño en Por platillos y palabras, que de la constante emancipación de la figura femenina, tal como ocurre en el poema Odiseana o en el multicitado verso, “…ce vingt-et-uniéme siècle sera féminen ou/ non será”, “…este siglo veintiuno será femenino o/ no será”. De este modo, el tono resuelto y asertivo con que Dracius dota a las voces mestizas y femeninas en sus poemas nos proporciona la oportunidad de escuchar su tono triunfante y de dimensiones bíblicas, a pesar de que éste surja a veces de los abismos profundos de la sordidez y la marginación de otros y nosotros. Se recomienda a los lectores del Periódico de Poesía adentrarse en este otro mar que nos abre Suzanne Dracius en su poesía. |