Adán de Maríass
(Lima, Perú; 1960)
(yo)
me rodean
las viajeras melodías del viento
hasta despeinar mis pensamientos
el ruido de mis ojos
ensordece la realidad
que está mirándome
no quiero desesperado amanecer
que me irrite
la piel de los sueños
se abandonan mis manos
dejando caer
la esperada creación
el aire que transita nerviosamente
debajo de mis pasos
se desorienta
envejece rápidamente aquella promesa (yo)
y ya no me dan ganas
de acudir al ingenuo entusiasmo de las ideas
se precipitan los años inútiles
por los acantilados salinos de mi lengua
la indiscutible urgencia
de abrazar un destino
se eleva
como si levantaran mi mirada
las preocupaciones
pero aquella incertidumbre
se abre amenazante
como una boca devoradora
enmudecido ante lo imprevisto
la egoísta razón intenta alejarme
de sus rigurosos dominios
pero mi corazón la detiene
se proyecta un amanecer distinto
donde la luz de mi sensibilidad
la extiende
como quien despliega
el brillante contenido de las ilusiones
donde se despierta un destino para abrazarme
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