No. 70 / Junio 2014 |
Sobre la comarca de senos caídos |
De La Comarca de senos caídos
Editorial de la Hecatombe, Santiago, Chile, 1987 |
Pagan Rome o el afiche a salida de un cine II Pagan Rome poseía colinas Desde arriba la ciudad le parecía un gran juego de videos que la noche hace emerger. Allí fuimos exhibidos ... ellos todos ... como una redada ante sus ojos Bebíamos de los pequeños pechos manados de los muros que por estos sitios Una breve postal ...un destello Altivas crestas de edificios que los últimos celajes lamen. Pagan Rome Chile Night Club El cuadrilátero y la llanura donde descansamos la cabeza El sueño de Calígula la noche anterior a su asesinato Cuando creyó ser uno de nosotros y bailó desnudo sin decir palabra Árbol de navidad En un rincón de la escena el árbol navideño se desgaja Ya nadie lo mira y sonríe El árbol de navidad se yergue la primera palabra en medio del paisaje Todos pasan cual ruidos nocturnos asolando el territorio Afuera crece la calle una cañería entrecortada en cuyas esquinas se puede imaginar el viento que nos arrastr Aquí la gente camina con algún rumbo Una vieja loca recorre las veredas no provoca risa ni viste de negro pero es la misma de Yonge Street Pasa largas horas bajo el árbol de navidad hasta ser los únicos en aquella vasta desnudez. |
* La risa abunda en la boca de los jóvenes. E. Lihn.
De Doble vida, Editorial Venus Negra, Santiago, Chile, 1989
El mañana es fácil, pero el hoy está inexplorado John Ashbery |
La invención de los amigos
Los extraños que conocemos son cada vez más jóvenes Es igual para todos, una calle lateral batiendo los brazos a distintas velocidades pero siempre cuesta abajo Afluentes de una misma inundación. El mendigo se sienta al lado y hace picar el cuerpo Interrumpe el viaje con sólo tocar sus cabellos La ciudad se muestra teñida al forastero pero oculta su negra vellosidad Siempre es mejor una vida larga llena de suturas de espacios en blanco –cuando todo lo hecho es un error pero un error bien hecho– Porque nunca dejas esa casa... la casa te deja. Durante la noche ensancharon la calle En el paradero reseco bajo el sol la sombra del camión se detiene, se orina y deja su huella Las antenas de televisión son una especie casi extinta sobre los techos Escucha el esfínter dentado de su boca, escúchalo una fiesta sin música y mucho ritmo. Al otro lado de la puerta una procesión de evangélicos corta la luz de la tarde; hace rato que partieron Un fuerte viento baja seco y desconocido resistiendo a cuantos caminan Nadie sabe cuándo vendrá la próxima ráfaga Igual al condenado protegido y cómodo conectado a una maquinaria que no maneja ignorante del momento de su ejecución. Se sienta al lado y hace picar el cuerpo El tañir de la botella desechable en la pisadera nos distrae A su edad sólo pensaba en cama y sábanas limpias: cosas que suceden en el momento justo. Se movía en la cabeza como un balazo siguiendo el rastro de la noche anterior la ruta de desperdicios sobre la alfombra. Lo que contiene la risa |
Los muchachos de la otra mesa sí saben cómo divertirse;
actúan como si no se conocieran. |
Cuando al fin quedan solas hablan otro idioma mucho más cruel Ahora que se piensa dos veces no hay nada tan importante. Dos desconocidos que se sientan juntos casualmente hasta ser los únicos pasajeros Por fuera las gotas de lluvia se pegan a la ventanilla Parecen una plaga de insectos transparentes que han hecho un largo viaje para venir a morir aquí eran tantos, tantos en número que podrían llenar un gran silencio Despierta temprano, se duerme y se hace tarde Dejar así de estar a punto de que algo suceda Dar pie atrás o girar sobre los talones con violencia para ser parte de eso efímero que contiene la risa Estos años se podrían reducir a una frase A una luz que atemoriza sin dejar quemaduras al estar cerca se aleja igual que un espejismo y se vuelve a formar unos metros adelante Es como avanzar por un campo de batalla lleno de los peligros que el enemigo deja en su retirada De haber estado en otro lugar podría haber visto cómo aquellos que rodean la casa se van haciendo cada vez menos Lejos, los que quedaron al otro lado de la calle cuando cambió la luz del semáforo y nos perdimos de vista Una habitación que permanece tanto tiempo cerrada toma el olor de sus ocupantes Adentro el televisor está encendido y sin volumen olvidaron apagarlo en el apuro de la despedida Esta ciudad se podría reducir a una sola frase A decir –paso– por un buen rato. Lo que no es otra cosa sino una dirección que se hace más concurrida el cuerpo que cambia de posición mientras duerme –Quería ir bien puesto a su primera cita con la oscuridad– |
De Lugares de uso, Editorial Cuarto Propio, Santiago, Chile, 2000
Escribo caminando y me siento a corregir |
Estatua en el parque
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De No tocar, Editorial Cuarto Propio, Santiago, Chile, 2003
Lo único terrible sucede a plena luz
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Los allegados
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De falta, Editorial Cuarto Propio, Santiago, Chile, 2007
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Fotografía en la playa Toma un puñado de arena, apriétalo cuenta sus granos y después pregúntame por qué. Es arena nacional, más preciso arena del Norte Es una fotografía sacada desde un país extranjero un país que es el pasado donde la gente hace cosas tan extrañas una foto que sólo tiene el valor de un registro gráfico una referencia de cierto interés sobre lo que a veces se lee como felicidad. Ya cambió la posición de los cuerpos La risa está sin volumen Es el mismo traje de baño, pero ahora uno mira el mar y el otro a la cámara Como cuando alguien decide ponerse el gorro de lana de lo real y se arriesga a una vida a medias por un rato de tranquilidad y poca imaginación Sin ningún trofeo, ni siquiera una presa de caza menor. Es como lanzar los dados sin saber dónde caerán ni cuanto suman sentarse a esperar durante meses tratando de predecir el futuro El mismo personaje que se despierta a mitad de semana a ensayar escenas de una obra de autocompasión. Hay una voz distinta en el teléfono pero que responde al mismo nombre Una cuenta bancaria sin fondos sólo sudor, crema lubricante y cáscara el huevo roto que no se alcanzó a reproducir pero que tiene la forma del halo de saliva en la sábana saliendo de la boca de la pendeja fértil que se durmió unas horas antes del sol. Hay un dedo que apunta culpando mucho más rígido que los demás Como la mamada mezcla de odio y calentura en una habitación vista por primera vez, pero al toque Sonrisa leporina en venganza La piedra arrojada a la carretera que rompe el parabrisas Ira, que después se degrada en costumbre. Hay una lengua digital que sirve a cavidades húmedas respondiendo a las súplicas, te acuerdas El dedo anular que lame el aire, pero sin dejar nada sólo cicatrices, tatuajes de mala calidad que después se infectan y peor aún no se borran Como la pesadilla que invita a salir por segunda vez El falso alquimista que maneja contra el tránsito transformando el oro en plástico y en máquinas de hacer ejercicios. Las hojas eran verdes el último día hoy están muertas, ya no son necesarias las reemplazó el calendario y el ciclo lunar Tiempo suficiente para la operación de urgencia, contra su voluntad en la que se amputa a sí mismo lo único necesario. Desde ahora, la poesía se hará cargo de los fluidos del cuerpo de su evacuación, del motivo del crimen Tú sabes, la pena se excreta, es líquida y amarilla no importa el contenido, comida, semen, agua es lo mismo, se excreta y por un rato deja de doler Parecido al mal aliento que otros fingen no sentir durante una conversación vacía pero caliente cuando se busca olvidar un origen humilde. Cada tantos años lo vuelve a pensar con el derecho de un cliente frecuente que asegura no tener deudas Poniendo marcha atrás, haciendo el recorrido en reversa desde la despedida hasta el primer manoseo. Ahora la fotografía se mueve y palpita a un ritmo repugnante, tan repugnante como perder el tiempo a través del ojo de la cerradura imaginando el video porno en que el rottweiler sin bozal pero mudo se aparea con la quiltra flaca Ahí el calcio es la diferencia el calcio es la medida de esas cosas Al parecer en la foto falta alguien ¿cuántos eran? Es sólo una imagen inmóvil que la marea el viento con arena y el ridículo se llevarán. Deja que el agua corra para que no se pudra Toma un puñado de arena, apriétalo cuenta sus granos y después pregúntame por qué. |
De Hechiza, libro en preparación
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