...................................................................

resena-71-poesia-con-norte.jpg Poesía con Norte (Los poetas y sus poéticas)
Lorenzo Oliván
Pre-Textos,
Valencia, 2012.

Por Juan Carlos Abril
.....................................................................

No. 71 / Julio-agosto 2014


 
Engrasar la poesía


Bajo el título Poesía con Norte (Los poetas y sus poéticas), la editorial valenciana Pre-Textos publicó a finales de 2012 un volumen en el que recogía nueve poéticas, fruto de seis encuentros que tuvieron lugar en el mes de mayo de 2012 en el Museo de Arte Moderno de Santander, organizados por la Fundación Santander Creativa y coordinados por Lorenzo Oliván. Las poéticas, ya se sabe, son aquellas reflexiones que los poetas hacen sobre su propio quehacer poético, desvelando sus claves, ordenando las herramientas y dejándolas preparadas, desde un punto de vista teórico. A veces las poéticas se escriben también como poemas. Todo ello se erige en ars poetica y puede dar mucho juego. En cualquier caso, y ya sean desarrolladas en sentido estricto y teórico, como en su praxis, con la construcción de un poema que hable de la poesía, las poéticas forman parte indispensable del utillaje del creador, ya que el repliegue de sentido del lenguaje, en su dimensión metapoética, que se produce a partir de la aceleración de la historia con las corrientes de vanguardia desde finales del siglo XIX hasta hoy, desencadenan una autorreferencialidad que tiende a estallar y disgregarse de un modo performativo respecto a la concepción unitaria de la poesía, monológica, como si se tratara de una pieza sola. La especificidad del género poesía se contrapone a los estímulos multidisciplinares que cualquier sensibilidad artística debe atender a la hora de establecer vínculos, es decir, no siempre van parejas creación y reflexión en un mismo autor.

Obviamente la poesía son muchas cosas. A mediados del siglo XIX Charles Baudelaire funda en la modernidad el patrón por el que nos regimos todavía: el poeta se convierte también en crítico, por no decir autocrítico o hipercrítico. El poeta debe no solo componer sino reflexionar sobre su composición, debe explicarse, y pocos han sido los 'puros' que no se han acercado a la teoría y a la reflexión de manera sistemática, afrontando la diversidad y autonomía del género con absoluta —radical— especifidad. Ese quizá sería el primer razonamiento a tener en cuenta: no nos hallamos ante poemas, sino ante reflexiones. Y tal vez habría que añadir que esas reflexiones no se erigen en claustros —valga la redundancia— cerrados, como compartimentos estancos, sino que también pertenecen a una concepción y tradición creativas, ya que al fin y al cabo se trata de explorar con la palabra territorios vírgenes, o no demasiado frecuentados. Se trata de crear teorías. En el siglo XX, y aun hoy, en lo que va de siglo, hemos asistido a lanzamientos teóricos individuales pero también de varias escuelas de diferente signo estético, que planteaban colectivamente una serie de rasgos o consignas. En algunos casos fue así, y en otros no, convirtiéndose en una caza de brujas, por ejemplo, en el surrealismo.

Lorenzo Oliván (Castro Urdiales, Cantabria, 1968) es uno de los poetas más importantes de su generación, una voz necesaria de la poesía española de las últimas décadas. Sus poemarios han ido marcando las pautas por las que circula la poesía, esa que indaga en el lenguaje y en sus relaciones con las cosas, en el poliedro de la realidad. También ha cultivado con brillantez el aforismo y la prosa poética, siendo conocido también como traductor de John Keats y Emily Dickinson. Durante años mantuvo una columna de crítica literaria en el suplemento cultural de ABC y ha colaborado en revistas de actualidad. Oliván camina siempre con paso seguro y tiene mucho que ofrecernos, como es el caso de Poesía con Norte (Los poetas y sus poéticas), al que le van a seguir otros, pues se trata de un proyecto que aspira a tener continuidad. Una serie de volúmenes que el tiempo colocará en la imponderable colección y selección que hay que leer para conocer el magmático panorama de la poesía española de principios de siglo. Un testimonio bibliográfico que ofrecerá de primera mano el material con el que se engrasa la poesía.

Nueve son los autores recogidos en este libro, a saber, en orden de aparición, con los títulos de sus intervenciones: Carlos Pardo, Contra la voz personal; Alberto Santamaría, Una poética de la confusión. Una aproximación; Antonio Cabrera, El poema impasible. Sobre la proximidad y al distancia entre poesía y filosofía; Luis Muñoz, Atracción de los opuestos; Rafael Fombellida, Del bosque de símbolos al palenque de los sacrificios. Una poética a lo largo del tiempo; Luis García Montero, El oficio (poesía y conciencia); Antonio Lucas, La luz oscura; Juan Antonio González Fuentes, «Caer en la cuenta: ideas sobre una poética de la luz oscura»; y Aurora Luque, Un pórtico extraviado en la tundra: nosotros y los clásicos. Cada uno a su modo, y de manera precisa, aportando meditaciones que no son flor de un día, sino sabias y maduradas durante meses y años, los poetas nos desvelan su propio proceso creativo pero, al mismo tiempo, nos abren los ojos sobre los vericuetos en general de la creación. El libro va precedido por un estudio —algo más que un prólogo— del propio Oliván, coordinador de las jornadas, y a la sazón editor literario, donde realiza un pormenorizado y agudo análisis de las intervenciones y los autores, destacando afinidades donde se tocan, yuxtaposiciones donde se separan, y entresacando aquellos puntos calientes, individualizándolos si llega el caso.

Cualquiera de estas nueve intervenciones nos llevaría muy lejos en esta reseña, y no se trata más que de recomendar este libro que hierve y que es de obligada lectura. Un libro muy recomendable por varias razones: los autores que intervienen, los temas que se tratan, pero sobre todo por el rigor con el que cada una de estas ponencias han sido redactadas, y por la edición tan cuidada de la editorial Pre-Textos. Así que solo nos queda augurarle al ciclo continuidad: en tiempos de crisis, la poesía se vuelve más necesaria que nunca, ya que alimenta la conciencia individual en medio de la sequía de las esperanzas colectivas. Y por supuesto continuidad a la publicación, ya que al menos los que no pudimos estar allí asistiendo a los encuentros hoy tenemos la oportunidad de acercarnos a los textos, como auténticos privilegiados.