No. 71 / Julio-agosto 2014


La Poexia Xabroxa de miguel (así, sin apellidos)


Por Fernanda Oyarvide

 


 

La imagen interpreta el vehículo de los versos



En una bici que despliega un mapa poético en las líneas de su cuerpo, llega un chico puntual adherido a su iPad−, que todo lo que toca lo convierte en pensamiento. Él es miguel (así, sin apellidos), poeta visual y autor intelectual de varias iniciativas relacionadas con la difusión y creación de poesía. Porque la poesía es omnipresencia, porque la poesía toca y es tocada, porque mira y es observada, porque huele y es olfateada, porque saborea y es saboreada.

Cuentan que desde el primer día de clases en la universidad, cuando se presentaba ante sus compañeros y hablaba acerca de lo que quería ser, aseguraba que sería poeta. Cuentan que a veces llevaba falda, cuentan que se realizaba autoretratos de desnudo.

f.o: ¿Cuál es el momento en el que despierta tu inquietud por la poesía?

m: Mi encuentro con la poesía sucedió al descubrir un libro viejo en la biblioteca de mi hermano mayor, impresionante colección resguardada en varias cajas; recién llegaba a la ciudad. Recuerdo que fue un día de mi infancia al desempolvar una de las cajas, y uno como niño, con ese atrevimiento por descubrir todo, me aventuré a abrir una de ellas y encontré ese libro en particular. Al abrirlo, ante mis ojos apareció Reír llorando de Juan de Dios Peza, ese fue el momento “clave” en que acudí a la poesía. El libro aún permanece conmigo, fortuna del tiempo.

Después de algunos años de experimentación, al mezclar poesía e imagen y con múltiples proyectos en puerta, miguel (así, sin apellidos), trabaja en la publicación de su primer libro de poesía visual: Poexia Xabroxa, un protagonismo del significado,
un espacio en movimiento, un universo que se transforma en página y una página que se convierte en universo.

¿Qué reflexiones rescatas en Poexia Xabroxa de tus primeras experimentaciones con la poesía visual?

En Poexia Xabroxa se encuentra la evidencia de un proceso exhaustivo entre la palabra y la imagen, es la plenitud de mi contacto con la experiencia verbovisual. Existen en ella reflexiones importantes dentro mi vida como creador: el silencio, la espera,
el movimiento, la incertidumbre, la muerte, el crecimiento humano, el desprestigio,
la confusión, la sobrevivencia, la soledad, y otras cuestiones en torno a la filosofía de Nietzsche, “la voluntad del poder”; todo estructurado a blanco y negro, como el equilibrio de los extremos sobre composiciones asimétricas que se permutan en la quiebra de distintos análisis tipográficos. Es un pequeño mapa de lo que he encontrado en diversos ángulos y puntos equidistantes entre una dimensión y otra, digamos que es la repercusión de muchos ecos cotidianos sobre mi mirada.

En su obra insemina, de manera casi invisible, una reflexión implícita, una crítica sutil a los comportamientos sociales, a la existencia y el espacio, a partir de la palabra y la imagen. Explora la plasticidad de otros lenguajes como complemento del poema, hibrida los elementos creando un organismo vivo de contenido que se muta una y otra vez a sí mismo.

¿Crees en la importancia de la poesía visual y su discurso como elemento de resignificación de valores y contenidos sociales?

Creo en la poesía visual como un género híbrido con el que se pueden reforzar las nuevas visiones creativas de las generaciones actuales y futuras. Es una entidad que permite el estudio de otros movimientos artísticos, ya que en ella surge el discurso de distintos ideales, pensamientos y sentimientos, que se encuentran en tan variados manifiestos, artículos y ensayos sobre la relación palabra-imagen, por ende, una estrecha relación con la historia de las sociedades. Considero que desde hace años se trata de una voz que ha permitido, en muchos países, otra tangente de resignificación ya que diferentes manifestaciones artísticas han mantenido un acercamiento con dicho género, desde el performance hasta la multimedia, desde la página hasta las retículas digitales, con el fin de mostrar bajo diversos significados, la intolerancia a la problemática mundial.

En Poexia Xabroxa el poeta exprime el uso de la tipografía como un recurso que da personalidad a cada poema, la tesitura está en la forma: curvas, líneas, alturas, inclinaciones, astas. Todo tiene un por qué, todo tiene un lugar.

¿Utilizas la tipografía como vehículo o como elemento de ubicación geográfica dentro del poema?

La tipografía es la forma de la grafía, el cuerpo, la expresión, la manifestación sugerente de la palabra antes de ser grafía. La tipografía es algo de lo que no nos preocupamos como escritores, no se observa para nada la postura visual de la palabra ante el espectador, por lo tanto, para mí funciona en ambos casos, ya que el cuerpo tipográfico se vuelve un mediador de la representación dimensional que requiere el poema visual, ya sea en cualquier plano ‘x’, ‘y’, y de manera especial en ‘z’. Incluso, cualquier poema, sea tradicional o experimental, o en su caso, en verso libre, cambia gracias a la tipografía. Pareciera que esto es insignificante para la modulación de la voz, sin embargo, se trata del principio de la palabra, la forma de la letra, el sonido construido con imágenes (grafías) para representar a una otra, el espíritu del cuerpo.

La intervención, la epítome de símbolos ortotipográficos, la imagen travestida en palabras, la palabra camaleónica bajo el disfraz del poema, son los intérpretes de una obra en la que todos son protagonistas y cuyo desenlace es la deconstrucción y reconstrucción del lenguaje.

¿Quién dirige la obra?

La obra es dirigida por el espectador en su propio contexto. Los poemas visuales allí contenidos son distintos discursos que se relacionan en un viaje de carretera. Son una expresión que comprenderá quien accione (dirija) el poema, es decir, la obra se permuta ante los ojos de quien la observe.

¿Quién determina el papel que representa cada protagonista, el poema o el poeta?

Ambos. Por un lado el poema es quien potencializa la lectura del discurso, ya que se convierte en una representación de un momento, una entidad efímera que encontré en algún extraño proceso creativo y sus diversas influencias situacionales. Y por otro, el poeta, ya que esos sucesos mediáticos son parte de una relación de mi experiencia como ser humano, ideas y métodos que han modificado mi perspectiva de vida. Por lo tanto, el protagonista se recrea en cada obra de manera única, ya que se trata de creaciones muy personales e íntimas que se encuentran ligadas a determinados sucesos de mi crecimiento espiritual.

Dentro de su trabajo se mezclan otros proyectos relacionados con la poesía en un sentido más amplio y genérico, por ejemplo, Por favor, lea poesía, que aparentemente es una simple calcomanía que podremos encontrar en varios puntos y objetos de la ciudad, pero que a su vez, busca dar voz y representación a la creación, al arte urbano y a la poesía invisible que dibuja nuestro entorno.

¿Consideras que Por favor, lea poesía es el ejercicio de una búsqueda por transformar y cruzar la delgada línea del lenguaje poético?

En un primer momento la consideré una simple calcomanía, un diálogo sencillo entre quien la mira y el momento en el que se encuentra. Ahora se trata de un movimiento que ha crecido gracias a quienes han tenido en sus manos un ejemplar, mismo que han compartido con otros tantos. Por tal motivo sí es una búsqueda que comprende una reflexión social y cultural, preciso, un parteaguas que involucra un sentimiento peculiar, para mí inexplicable, y un estigma social, y todo ello en algo tan pequeño que involucra a todo aquel que lo analiza, observa, crítica o en su caso, deconstruye, con el único fin de salvaguardar la posteridad de sus pensamientos y de su contexto.

En su obra miguel (así, sin apellidos) nos demuestra, a través de la metamorfosis del lenguaje, que la poesía nace del espíritu como un espectro que revela nuestra necesidad de transcendencia, nuestro anhelo de evolución por medio de la creación. Poexia Xabroxa es el recordatorio de nuestra búsqueda, la cita que envuelve a través de la imagen y la palabra, mostrándonos el poema como un arte de composición vinculado a nuestras más íntimas emociones.

www.miguelasa.com

 

 

 

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