No. 76 / Febrero 2015



Compilación del Centro Transdisciplinario
Poesía y Trayecto A.C.

 



A. Whitaker  
Cynthia Franco  
Jonathan Saldaña González  
Valeria Mata  
Carlos Ascención Ramírez Méndez  
Carlos “Titos” Barraza                         




A. Whitaker
(Ciudad de México, 1986)

Coordinador de Artes Escénicas del Centro Transdisciplinario Poesía y Trayecto A.C. Artista multidisciplinario. Su obra está enfocada en la intervención de transporte y espacio público mediante poesía escénica, narración oral y spoken word. Obras visuales suyas aparecen en el libro Punto de Fuga. Dirige el Taller de Poesía escénica del Auditorio Ché Guevara de la FFyL, UNAM. Actualmente participa en varios montajes escénicos como actor y director.


Polaroid desde el balcón de un peripatético no muy conocido

La calle se va ensanchando en esa hora en que la luz se precipita desde las farolas. Se nutre de frentes aperladas; las gotas que alcanzan a pasar más allá del cuello almidonado caen al piso y fecundan la sombra de los transeúntes. Algo esencial se desprende de ellas y sube hasta que se desvanece entre las corbatas y los bolsos que remueven con su paso el vapor humano tejido en las corrientes. La calle crece, respira y se convierte en casa. Hombres viejos se recuestan a los pies de lo divino, viejos todos ellos. Abuelos de las discotecas; padres de las horas laborales. Esperando que la jubilación —misma que les tomó tan de sorpresa un día— por fin termine; hombres jóvenes, vigorosos caracoles que se dejan la vida a cada tramo recorrido, de aquí para allá y de allá para aquí. —Siempre aquí y allá de ida y vuelta— excelentes muchachos; responsables, respetables. Reemplazables todos ellos, tan perfectos que aquel puede cubrir con su mano exactamente la misma porción de futuro que éste —Y viceversa— siempre alertas de que el reloj no pierda ni un sólo segundo.

Porque la casa-calle tiene ventanas, es que podemos, desde otra perspectiva, mirarnos a nosotros mismos zumbando de un lado a otro intercambiando signos, planeando escapes, poli(t)nizando arterias congestionadas que desembocan velozmente en otras calles, sin duda no son la nuestra por eso las miramos desconfiados. Expresiones mínimas, ceños levemente fruncidos, cejas que esconden secretos, pupilas hondas hijas del pozo de Demócrito, pequeñas arrugas como dardos, listas para anticipar nuestro futuro, miradas extrañas nos distorsionan como la visión de los espejos a las cinco de la mañana. Ahí la re(ve)lación, también crecemos nosotros, y hay que ser francos, el espacio ya no basta, bultos apilados, archivos resurrectos forman Torres, muros, vallas dificultando cada vez más el que se pueda mantener la estructura de nuestros propios códigos. El espacio no es suficiente, y la gran plancha del orden cuantifica pérdidas y divide lo que resta. Los monumentos miran con desaprobación cada suceso y la homogeneidad se hace latente. El riesgo de contagio crece. La calle entonces se vuelve vacuna. Se hincha, se aglutina disforme y rompe las barreras del lenguaje.

¡La calle vive! Son las nuevas fiestas patrias de la república del "Aer" los sombreros vuelan y los bolsos ruedan calle abajo, cada zapato vuelve al cementerio de donde ha salido y aquel hombre de allá, y la mujer que mira a través del cristal, sonríen hasta que el rostro se les vuelve experiencia de ese instante en que la luz desciende al mundo, para medir la magnitud de la existencia.

República del Aer
30 de Corriente de 1&"9







Cynthia Franco
(Tijuana, 1988)

Subdirectora y Coordinadora de talleres en Centro Transdisciplinario Poesía y trayecto, A.C. Poeta interdisciplinaria. Ha impartido talleres infantiles en La Merced, FILIJ, FIL Zócalo, entre otros. Ha presentado su obra literaria y escénica en diversos puntos al interior del país. Beneficiaria del Fonca-Conaculta para realizar el Festival Los Lenguajes Alienígenas. Actualmente, trabaja en proyectos vinculados con danza-poesía sonora y multimedia.


Acta

Nací con los huesos frágiles dentro de un saco de plomo
no lo puedo negar
me enseñaron desde pequeña a andar de chillona para seguir siendo fuerte
fío lágrimas
mi madre viene del sur, de la costa, bebió el llanto de los huicholes
al darme a luz parió hombres muertos y se le volvieron ceniza los ojos
buscamos un segundo parto
el oficio heredado por mis abuelos fue existir siendo migrante
mi hermano aprendió qué era la defunción a los 2 años
hizo barquitos de papel para educarse jugando
trabaja en un OXXO, se ve músico a los 18
no lo puedo negar
mi padre nació en el sur, acento chilango, comerciante
comerciante luchador, nunca se rendía
en una competencia se quedó ciego
prefirió dejar el empleo y ser vidente
no lo puedo negar

Nací en Tijuana
soy norteña, melancólica de la frontera, recia, bailo arrejuntado
viví a mitad de casinos y gringos lamiendo putas
tengo acento golpeado, parezco encabronada
no lo puedo negar
aprendí a cocinar transgénicos y bebí Coca Cola hasta saciarme
compraron leche en tiendas gringas y me alimentaron con ella
pido en inglés, fui al kínder aprendiendo inglés, comí en inglés, abrí las piernas
    en inglés
no lo puedo negar

Nací un 10 de noviembre y en noviembre asesinaron 10,000 niños
en el intervalo en que comencé a hablar
fueron torturadas madres con frutos en el vientre, calladitas
al empezar a caminar mi primera visión fueron indigentes
exigían amor con monedas, nadie da amor gratis
sin ir a la primaria su trabajo es matar, matar por amor
en mi barrio adornaban las calles con narco mensajes
la gente reía en los bares cantando narco corridos
no lo puedo negar

Dejé el cristianismo por hacer mis propias misas
cantar mis propias alabanzas
danzar mis propias bendiciones
creer en mi propio Dios partícula Dios poema Dios todo Dios no sé
abrí mis propias puertas
mis propios calvarios
creí fielmente en huir de casa
no dejé cartas a mi familia para perder la memoria
no me gusta despedirme
no lo puedo negar

Nací
vi madres arrullando a sus hijos en tzotzil
con los pies tan adheridos a la tierra
con las uñas de lodo a mitad del frío
entendí qué es la fe, qué es el canto, la contemplación del tiempo, la lucha
no lo puedo negar

Nací
pude darme cuenta
habitando todo en el que todo se mueve
al verse se niegan unos a otros
se construyen maquilas e industrias para sabotear pueblos
se va creando otra frontera en el lenguaje
se cuece una olla de frijoles que será el pan de cada día
se convierte en el alimento más sincero
mientras otro presidente aprende a decir basura

Nací
y estuvo el viento sobre los bambúes
el crujir del río devorándose a sí mismo en tanto culminan funerales
se sincronizan momentos precisos
otra línea en otra mano se forma en millones de úteros
otro corazón comienza a palpitar en millones de úteros
otro canto chamánico traspasa el vientre del sol
pude darme cuenta
cosas pequeñas transcurren
la luz colándose entre las pestañas
mientras otro suicida aparece en las noticias
sin que lo espere nadie, con todo su derecho
un bautizo entrega mi nombre al mundo
muchos nombres, muchos apellidos se acribillan a sí mismos
¿dónde nacen los muertos?






Jonathan Saldaña González
 John LeFou (Ensenada, Baja California, 1989)


Escupido al mundo el 15 de febrero de 1989 en Ensenada, Baja California, México. Ser moribundo, iletrado y solitario de nacimiento. Piensa-lee-escribe; sin ton ni son. Su única necesidad existencial es tratar de ver más allá de lo aparente.


Clebat

Camino hacia el callejón sin salida para llegar a ti
no escucho nada más que la lluvia
la lluvia ladra como un perro pequeño que ya no siente el agua cuando la bebe.

¿Qué hay en los ojos mutilados?
¿Qué hay en el mar?
Caminos inexistentes.

Veo tu labio roto y pienso que estás equivocado
tú no existes desde que dudaste sobre ti y me preguntaste si eras real
la biblia dice con qué está llena la manzana podrida
grietas con las que no puedes dejarme luchar
Tú crees que es contigo con quien quiero pelear.
Me enjaulas en una gran pregunta.
Mis venas cortadas te saben a té de adonis.
Lucy finge modestia.
Su sonrisa es muy buena fingiendo.
Como una libélula desalada.
Du bist ein Vampir.
Soy un vampiro que llora.
Palpo mi maquillaje permanente mezclado con lágrimas.
Consigo más y lo vuelvo a hacer.
Lo mismo que tú hiciste pero no sabes.
La satisfacción no existe mientras el tiempo tenga sus propias leyes.
No puedes ponerle nombre a todo, sólo puedes decirme que significa para ti.
He olvido quien soy.
¿Soy Dios al borde del precipicio?
En la luna.
He soñado con tu indiferencia por muchos años.
Estuviste muy ocupada para contarme tus sueños.
Te negaste cientos de veces a aceptar mi propuesta.
Por fin un día aceptaste que los sueños terribles también podían ser bellos.
Éramos tú, yo y una cuerda en una habitación vacía.
Los nombres de los muertos hacían eco en las paredes.
Tu fuerza era inútil contra ellos.
El daño colateral no puede verse desde la tercera dimensión.
La esquina equivocada de la vida no es tan mala cuando nieva.
Y tal vez sólo somos punto final.
Il ne faut utiliser les tripes
Tenemos que ser valientes en el penúltimo peldaño.
Te gustan todas las conclusiones equivocadas.
En la infancia viajamos como locos.
Hoy en decadencia queremos comprar el viento.
La hélice ha sido aplanada, ya no empuja nuestro avión.
Advirtieron las aves necrófagas que narciso caería del trapecio.
Deberías saber que en la ciudad de marineros también hay asientos, estanques
    y columpios.
Somos muertos que nunca han nacido.
Nunca moriremos.
Pensar en el asesino será irrelevante.






Valeria Mata
(Puebla)


Nació en Puebla y vive en la Ciudad de México. Estudia Antropología Social. En 2014 editó junto con Andrea Reed El tiempo y sus múltiples, antología de ilustración y poesía. Es cofundadora del Colectivo Jitanjáfora, que el pasado mes organizó “Sembrar versos en temporada de sequía”, un encuentro de poesía y crítica social. Colaboró en el taller de poesía para niños “¡Lleve sus poemas por kilo y calientitos!”, impartido en el mercado de La Merced.


Crisocola

Porque todo es mensaje, me detengo a escuchar el himno de los aparatos. Hay algo de derviche giratorio en el licuar de la licuadora y algo de dios del viento en el secar de la secadora.
Ese foco iluminado siempre estuvo ahí, pero hoy me mira diferente, con ojos de cebolla meditando. Está tranquilo, le tengo envidia. Si es que se puede tener envidia. Si es que se puede tener alguna cosa.
Porque todo es presagio interpreto las vetas de la crisocola y la geometría en las arrugas del mantel que no es tan viejo como Don Eusebio. Don Eusebio tiene la cara llena de tiempo, la cara llena de sol.
En el tendedero, la distancia entre camisa y calcetín me confiesa cuántos centímetros separan mi labio inferior de mi labio superior. Distancia abismal solo comparable al diámetro del árbol del Tule.
Porque todo es revelación me parece haber descubierto un nuevo lenguaje en el camino de las hormigas, que tienen ocho letras, ocho vidas y que además, son videntes.




Recuerdo del agua

 

A Ernesto, que no conoce el mar
pero sí el bosque



Seguramente no supiste qué decir cuando te preguntaron sobre el mar y sus conchas.
Te imagino sentado junto a ese montón de madera muerta y con ese zumbido de avispa que no te dejaba pensar, ni en el mar ni en nada.
Algo tenías que decir, pero temblabas en silencio de cedro que envejece.
Quizá también te distraía el olor a sándalo, aunque estuvieras acostumbrado a él.
Te acordaste del lago Caburgua, donde te bañabas cuando la Luna estaba en Urano.
También el mar tiene agua, o por lo menos eso creías. Algo así te había contado tu hija, que era sorda y tenía astillas en los dedos. El mar no tiene astillas, te decía.
¿Por qué no te preguntaron sobre el bosque, que conocías tan bien?
Digo que yo te traería el mar si pudiera, para que vieras que sus algas se parecen al musgo que te crece de noche, cuando tiemblas y te vuelves cedro.







Carlos Ascención Ramírez Méndez
Karloz Atl (Ciudad de México, 1988)


Director del Centro Transdisciplinario Poesía y Trayecto A.C. Artista conceptual y poeta interdisciplinario. Sus exploraciones parten del arte acción, la intervención de espacios, el spoken word y el arte interactivo. Ha publicado los libros extendidos Lectura de poesía de los Aullantes (2012), Se asen trabajos de poecía (2013), Quenti Tlaneci (2014) y El plagio es algo hermoso (2014). Beneficiario del Fonca 2013-2014 con “Lenguajes Alienígenas: Festival Subterráneo de Poesía 2014”. Actualmente es parte de la Asociación de Escritores de México A.C.


Tanatografía de las gacelas en mi quejido

*


Nos preguntaron por qué lo hicimos, pero no podríamos responder con los labios rotos, así que emprendimos un regreso a la furia materna, al amnios natal que nos unía desde hace siglos, porque regresar era y será algo maravilloso que se llamaba y llamará vida.

*


Antes de nacer decidimos y decidiremos escribir. Pero escribir no fue ni será posible. Somos las mujeres que pintan venados con su sangre en las grutas. Es triste quisiera decirlo pero no es cierto. Es tan alegre como la herida hippie que nos persigue. Coloreamos antílopes para no parir asesinos.

*



Pero quién encontró el átomo, quién aprendió a nadarte sin mencionar el légamo en vuestros epígrafes, un pensamiento de miles de generaciones silenciosas, flores de naftalina brillando, haciendo una cronología de las bacterias a través del claror del anochecer.

*



Yo comí del madrigal del miedo y me salió este menosprecio de regalo, me dije es comestible o es para incinerarse, decidí comerlo y que pudieras leerlo desde mis órganos.

*



Vengo trotando bajo el amparo de un amoxtli, sobre la sabiduría de la ponzoña. Describo mi vida con la mirada posada sobre el agua del Usumacinta. Cada 365 madrugadas agradezco con una oración. Por el permiso que tiene mi cuerpo para conocer la desventura antes del regreso. Para padecer el paro cardíaco de la existencia.

*



Ballena Neanderthal. Eres como el inicio de una biografía del ADN. A la cual se regresa en estado de coma. Bailando. Escurriendo sudor por las ojeras. Al hincarse para rezar los ángeles desean tu rostro tatuado en la ingle. Nos parecemos tanto en ese sentido. Ambos podríamos llorar hasta darle 50m de altura a los ahuehuetes. Te extraño goma de mascar. Ahora quisiera que mi niñez atara sus plumones a mis costillas imitando a Jehová. Para que de ellas naciera su mejor amigo.

*



Con el rifle dirigiéndose al centro de las montañas, recién salí a caminar. Preparado con el equipaje que sobró a mis padres al separarse. Del lado derecho por la carretera, del lado en que las venas se untan al corazón, del lado en que los valientes reciben la noche.

*



Te decía con un pájaro aleteando en mis dientes, te decía antes y después de que oscureciera la mañana: los monstruos no existen, no existen de veras, porque de existir irían bajo los ríos abrazados a algún elefante o a una tristeza de mantarraya, gruñendo por el juguete que extraviaron.

*



Los tigres devoran. Su túnica sirve para adornar las pisadas de un soberano. El colmillo que se te encaja, no es un recuerdo de amistad entre tu bondad y su gruñido. Es el camino por el que inicia una úlcera en tus venas. Requerirás un trasplante para aligerar el brete. Pero no habrá quien done vísceras sin tener heridas. Todos los tonalli se van quebrando, dejando que los alfileres del resentimiento acupunturen con salva los pliegues. Puedes comenzar a practicar la oración, tal vez sea lo mejor para agradarle a la muerte. Ora para que tu cuerpo no se resista al mirarla. Practica el ayuno y lacérate. Marca las prevaricaciones de quien te ama en tu cuerpo. Estampa en ti la ternura de quien te odia. Habla con el patriarca de los tigres, ofrécele tu falda para que nadie sino sólo él hurgue en tu lamento.

*



Vestí mi rostro del mismo paño que vuestra menstruación para coronarme con los diamantes del cielo. Atados forman la silueta de los manatíes. Atados dirigen un presente sacado de mis entrañas. Vestí mis pies con el mismo vendaje de Lemos antes de la gangrena, sencillo, cubriendo el mástil donde pendulan las águilas. Vestí mis glúteos como el glaucoma viste los ojos, con el mismo amor que su blancura pone en la diabetes. Te celebro. Tomo una esquina para mostrarme. Te celebro. Me descuelgo de los maderos. Te celebro. Doblo una rodilla para ceñir los muslos. Te celebro. Como una concha que se abre para entregar su perla, te doy a beber de estos pulmones, de estos pulmones, de estos pulmones.

 







Carlos “Titos” Barraza
(Estado de México, 1988)


Coordinador de Arte Sonoro y Multimedia del Centro Transdisciplinario Poesía y Trayecto A.C. Desarrolla su labor creativa a partir de las artes plásticas, el arte sonoro, la programación y la poesía en voz alta. Su proyecto total se llama Física de la Poesía. Actualmente encabeza Sonido Mamalón donde se entrecruza tropical bass, spoken word y canto. Email: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.


Mi Palabra

El silencio es mi palabra
ideología
rúbrica de mi esencia
no pertenezco al bullicio de mil voces:
           algarabía del estar cotidiano
todo lo transmuto en espíritu silente.

Soy alérgico a discursos
de toscos alaridos,
peroratas estruendosas
cantos ordinarios y plebeyos

lo mío lo mío
es la callada vida

Disfruto la huelga de murmullos
sequía de sonidos
excentricidades del mutismo

es esta mi comunión con el cosmos.

Pero nunca falta un pelo en la sopa,
un zumbido en la impoluta y muda sinfonía,
llega el quejido apocalíptico de mi edén
cuando un fulano
proyecta contra mi
su grito de grosero ajuar:
¡Ya cállate cabrón!




Crucifixión

Tempranito, me aprieto a mi colchón,
5:45
         5:45
                   5:45

Debo donar mis órganos,
la necesidad moral de un balance de bienes y deudas.
Extraviado, siento el golpe: En la cama destendida masturbo mi insomnio;
he de balancearme entre ir y el devenir de mi corta presencia
y busco adentro de cada palabra la única descripción:
Prender la tele y mirar el cómo las ballenas nunca conseguirán la gloria.
7:30
          7:30
                   7:30

Me persigno ante la irrealidad de mis espaldas
atravesando la radio con mi cadenita de la Virgencita de los Dolores
circulo por el mismo camino de todos los días
huelo la constante campana de los autos: Voy siguiendo un rastro,
“buenos días jefe, ¿le limpio el parabrisas?”.
8:30
          8:30
                   8:30

Parecido a la gravitación me desenfundo en el Padrenuestro,
cruzo la mitad de la calle para ver si me atropellan,
un perro mea mis piernas en el lugar del accidente,
mi mirada muestra las huestes de Cristo:
No me hubieran clavado así en la Cruz.
22:00
            22:00
                       22:00

...Tempranito debo acostarme en la cama.

 



Leer introducción “¿Qué hace el Centro Transdisciplinario Poesía y Trayecto A.C.?”