...................................................................

portada-himnos.jpg Himnos
Lorena López L.
Niño Down Editorial
México, 2014.       

Por Lauri García Dueñas
.....................................................................

No. 76/Febrero 2015



La derrama del lenguaje en “Himnos” de Lorena López Lorena

En papel estraza, con una niña agarrándose los cachetes y creciéndole casas, volcán y arcoíris en la cabeza, Niño Down Editorial hizo llegar a mis manos Himnos de Lorena López Lorena, una reescritura de La estación violenta de Octavio Paz. Hace tres años, recibí en Tijuana su primer plaquete, “la causa del atismo b-34”, cosida por sus propias manos, y empecé a ser testigo de la mancha de su escritura; ahora de su reescritura.

Este, su segundo libro, consta de dos partes. La primera donde, sin ningún signo de puntuación, la voz poética atravesada y travestida (Paz-López) arremete contra el lector con una derrama de lenguaje que deja, aparentemente, chocar entre sí a sus componentes para causar analogías y metáforas anómalas y hermosas, quizás por el mismo gesto de carnicería lingüística conjurada.

Profecía autoinfligida: “el sueño de esta noche a pulso desboca mi alma con horario carnicero”. Reescribir. Dejar hablar a la lengua que habitamos. La lengua puede salirse del vaso, retozar plácida o arremeter contra quien la dejó salir.

La segunda parte del libro consiste en un juego silábico a partir del primer fragmento del poema. La voz poética, como una niña aparentemente inocente, nos deja ver la estructura ósea del lenguaje. Balbuceo tartamudo. Tachadura.

El poema representa una problematización del acto de lectura y solo un lector valiente puede entrar a la masticación de este himno que hace carreritas con la velocidad del propio pensamiento. En algún punto, quien lee puede sentirse abrumado, porque la decisión de quien escribe de haber prescindido de la pausa hace que el poema nos aplaste y tengamos que, con o sin nuestra voluntad, participar en el atropellamiento, en la derrama del lenguaje.

Este libro, “como un sol en su cueva de escorpiones”, extrae luz de las oscuras esquinas del lenguaje, de la mente, del flujo del pensamiento, se trata de una especie de transcripción psíquica, a veces tan descarnada y abundante que el lector tiene que sentarse a descansar y respirar.

Lorena deja bailar al signo, se pregunta escribiendo, reescribiendo: ¿Solamente necesitamos el significante o todavía creemos en la acción comunicativa del arte y el sentido de lo dicho?  Juega, deja caer. El largo aliento se llena con apotegmas amorosos, como islas que flotan en el páramo de agua de la letra:

…voy por tu talle sendero un abismo afilado, eres un astro de sangre del verdugo que envuelve y desarraiga el fuego, nazco de ti. Porque ‘nadie sabe quién edificó en piedra viva todo lo de materia enamorada’.


Afloran las tarántulas de la mente de la mancuerna Octavio Paz-Lorena López Lorena, vida y escritura se preguntan por el dolor y por la muerte:

-mi sombra se me destroza sin cuerpo sin memoria
-me caigo en mí hasta la gran esfera del tiempo
-la sal me quema
-duele la herida vieja quemadura desarraigo de sueños muerte invisible
-ojos dilatados y bocas insecto pronunciando día y noche día y noche hecha jadeo este
       herido muere

El río es un símbolo recurrente, una analogía del lenguaje y su derrama:

-río hombre vida de los muertos fábrica del poema
-escurre luz al río de sangre de tiempo
-un caminar río y llega siempre

Al final nos queda claro que “la vida no es de nadie”. Lorena López Lorena “su mano de semillas ardo de latidos” se pone de pie para recordarnos que la mancha de su (re)escritura no ha cesado y está lejos de hacerlo. Ojalá siga ardiendo.


El tejido

La escritura de Lorena López no se puede comprender si no se toman en cuenta los nuevos usos y costumbres de la literatura o, más bien, de la escritura.

Nacida en 1990, escritura imbuida en la cultura popular, el punk posmo, los programas enlatados, la brillantina; la vivacidad de su escritura no se hubiese podido concebir en otra época o latitud.

Preocupada, definitivamente, por lo que puede haber en el signo más allá del significado; Lorena López Lorena llega a la poesía mexicana entre otros de sus contemporáneos y amigos: Viktor Ibarra Calavera, David Meza, Yaxkin Melchy, Emmanuel Vizcaya, Omar Jasso, entre otros. Sin embargo, su búsqueda es honesta y no hay contagio como tal de su generación. López escribe desde la necesidad expresiva y de catarsis, y, más allá de querer acomodarse al canon, es abierta su actitud de reescritura frente a él, como muestra su presente poemario Himnos.


La voz

Lorena López Lorena México D.F. 1990

Egresada de la licenciatura Lengua y Literaturas Hispánicas, UNAM.

Ha publicado las plaquets La causa del autismo B-34, y Verde Turquesa, así como el libro Himnos. Actualmente trabaja en su libro Constelaciones.

De la misma manera ha colaborado en las antologías El mar de las luciérnagas, Introducción al lenguaje de los astronautas, Posh punk y Peores galaxias.

Ha participado en festivales como Festival Subterráneo de Poesía, Festival Caracol y la pasarela poética organizada por la editorial Literal, así como en lecturas públicas en diferentes estados de la República como Puebla, Chiapas, Baja California y Estado de México. Cofundadora de la editorial Niño Down.



Leer poemas...