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portada-himnos.jpg Himnos
Lorena López Lorena
Niño Down Editorial
México, 2014 

 
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No. 75/Diciembre 2014-Enero 2015


Himnos
(Fragmento)

Himnos donde el mar extiende su grito caliente en un cielo en el mar entre la herida del resplandecer de piedras de oro todo dios es columna por la luz ruina viva cae la noche en alto los muchachos suenan agua vida de vida de palabra que rige y baila el canto estalla en estrella que se apaga las puertas la tierra envejecida los ojos las manos unas cosas planeta encapuchado a resurrección solar desde alto vestida de luz la luz crea el mar con vegetación escalofrío de ratas anémicas ayer fueron un rebaño de su carne religiosa animales impuros hermosas alas en el mantel como coral en mis sentidos de minutos de eternidad se enredan y al fin río bajo un sol de aguas muertas día de veinticuatro atravesados dulzura al fin las mitades espejo fuente de imágenes flores frutos máscara sobre la plaza se demoran los espectrales de ángeles de agua manzana podrida por el minuto de una espera los ojos brizna tras cortina en la mirada que miran que espejean imágenes de tumba diamante espejo que pulsa las manos en cuerdas de cristal contra el despertar del muro cuerpo sin nombre el cielo bosteza se repite el pensamiento de su surtidor abre su flor centellea y al fin se desploma como espada domadora de relámpagos sobre el filo de la guillotina con fragante ramo de insomnio su sexo puro real voracidad de un árbol que el rayo derriba en lechos transitorios en vida que se prostituye a su tumba victima a su asesino que perdió su sombra el que huye y el que busca y persigue y se encuentra al borde del tiempo de fango y recuerda un alto vuelo los caballos bronce arquitectura que descienden y se arrojan hacia masas de estupor vivos grandes pasos aplastan resplandores primer cuchillo en vilo las piedras el viento lo ciega torres que al caer inclinan siglos en una cruz de palo donde se siente sin defensa hinca la luz por el coro de álamos columnas arcos a la gloria abierta al sol hosquedad desplomada por los misántropos bajo fuego de gritos que nadie sabe quién edificó en piedra viva todo lo de materia enamorada y asciende el viejo mundo un pueblo de fines de gloria y los cuerpos arrastrados de calor escurre luz al río de sangre de tiempo un sol en el centro la mece todo es este presente y no mira fuera de sí el fulgor azul el canto en el fuego de gran ola y echa a volar en lo alto música detenida en luz que pestañea espejo sin sombra toso es presente para arder me caigo en mi hasta la gran esfera del tiempo incandescente fruto de la historia estalla como un medio día el mar y la sal me quema esta presencia raíces quemadas para echar esta grandeza penetro mi oquedad cara el rostro después mi vida anti mi delirio la muerte de las y la noche cuerpo y la noche colgante duele la herida vieja quemadura desarraigo de sueños muerte invisible la ciudad la hermosura se posa en su diestra de fuentes para el caído su propio delirio pájaro cada cien años vuelve a decir la columna transparente y centellea según la escritura en el centro la cabeza rota del poeta batalló con la noche penetrado hasta el borde fue extenderse en lo oscuro del reposo a su ser invisible somnoliento caía y se levantaba alma y huesos el tiempo el agua monumento de donde el agua se desploma con su origen de lado encontró los signos de ondas concéntricas abrieron reflejos cardinales el sueño vino batalla de oscuro cuerpo con el tiempo de año en año humus de tierra que desnace para la muerte para la vida en puentes invisibles el diamante de la noche solo llevo su pareja que abisma el fuego bajo la capa negra y desaparece por su ligereza el peso de su dormir sin el otro flor un tallo único enamorado de lo alto del beso del sol la mariposa del cielo reposa la semilla se abre de frente en la sombra que se aguza noche instante y no saldrá el sol el sol en su luz fija no preguntes no hay nada nada 1950 como una taciturna ola días de vidrio en cada pecho de espinas y su aplastada respiración ojos dilatados y bocas insecto pronunciando día y noche día y noche hecha jadeo este herido muere desde y otros esperan su hora absorto en luz en esplendor con luceros amados en blanco que derriba el sol que levanta un montón las buganvilias negras encarnadas mujeres piedra como un sol en su cueva de escorpiones cubierto de cenizas y agua que arrancan al suelo la tempestad collar de centellas niños de la luna los padres y madres adormecidas sus dioses mariposas buitres serpientes insectos con su cargamento de seres y lentamente para dos cayendo en el túnel de aire sólido cada paso se desploma y al fin cede y cae en la boca dilatándose hay nausea ante el espejo hasta los bordes como el arco que sobre sí se dobla como el pecho que dibuja herida sobre su cuerpo último cantan jardines belleza armada esa gloria imágenes río hombre vida de los muertos fábrica del poema en raíces en su pecho en su frente a pulso nacemos y nunca cicatriza y arde fluye el hombre se desvanece pantanos cataratas sobre los ojos de arena mascada imagen hasta ser aguas somnolientas de dioses y reptiles incendiados al vacío en su propio vuelo sin raíces arco anudado  

 
 

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