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portada-belleza.jpg La belleza de las armas
Robert Bringhurst
kriller71 ediciones, Barcelona, 2013.

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No. 78/Abril 2015


Ensayo sobre Adán

Hay cinco posibilidades. Una: Adán cayó.
Dos: lo empujaron. Tres: saltó. Cuatro:
con apenas mirar al precipicio se sumió en el silencio.
Cinco: a Adán no le pasó nada digno de mención.

La primera, que cayó, es demasiado simplista. La cuarta,
el miedo, la hemos descartado tras someterla a examen. La quinta,
que no le pasó nada, no tiene gracia. La elección es entre:
saltó o lo empujaron. Y la diferencia entre ambas

es solo una cuestión de si los demonios
trabajan de adentro hacia fuera o de afuera
hacia adentro: la pregunta
teológica fundamental.

 


Las recetas de Empédocles

Sangre y músculo: aproximadamente las mismas
cantidades de tormenta, tierra,
fuego y el aire diáfano de las alturas
que se combinan en lagunas.

Hueso: hecho en cavernas con
dos partes de tierra, dos partes de hambre
resplandeciente, y cuatro partes de fuego famélico.

Los comentaristas dicen que el hambre de
Empédocles es solo agua.
Y los comentaristas dicen
que la última fórmula de Empédocles fue la de

la mente: hecha en volcanes
a partir de ojos cauterizados y músculo
evaporado, sangre y hueso.

 

El corazón es aceite


Si un hombre se ve en un sueño viendo su rostro
En un espejo, cuidado: significa otra mujer.
Papyrus Chester Beatty III, Museo Británico (Tebas, dinastía XIX)

 

Si un hombre sueña y se ve a sí mismo soñando
un sueño en el que se ve a sí mismo en un espejo
viendo que el corazón es aceite que cabalga
la sangre, como una cubierta hacia la cual se aproxima,
sus huesos como un barco y su estómago tensado
en una vela en la corriente de su aliento,

si éste es su ojo en el espejo viendo
su ojo en el sueño viéndose
en el espejo en el que ve su ojo viéndose
en un sueño en un espejo, su rostro
reflejado en aceite y que se arruga de vez
en cuando en la corriente de su aliento,

el espejo fluirá y el corazón se dispondrá
como vidrio en el marco de sus huesos en las paredes
de su aliento, su sangre tan fina como el papel y la plata,
en un sueño en el que se ve viéndose
en un espejo viendo

que los huesos flotarán y el corazón se conmoverá,
sus huesos en su garganta y su estómago tensado
como una vela en la corriente de su aliento, su sangre
llena de vidrios rotos y su rostro como un papel rasgado
viéndose en el espejo de su corazón
que se desperdiga como aceite en el espejo de su aliento.


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