No. 79/Mayo 2015 |
Uberto Stábile (Valencia, 1959) Paisa oye paisa tu compra algo mi reló, gafa, goro bueno, bonito, barato paisa tu compra algo mi… pero es que no te enteras… no quiero nada de ti moreno ya todo lo tengo, tus bosques, tus minas, tus piedras preciosas, tus negras toda tu piel y sal y los leones enjaulados y los bancos de peces, hasta el color púrpura de áfrica −el cuerno de la abundancia − lo tengo yo… pero oye paisa yo amigo tuyo yo sólo busca trabajo en españa sólo compra algo mi yo hambre, yo no casa yo amigo paisa, mucho amigo no negro, tu no amigo mío, esta no es tu tierra yo tengo ahora el tiempo y el fondo monetario internacional y todas, todas las malditas organizaciones no gubernamentales para lavarme la cara y el culo y venderte como siempre lo que antes ya era tuyo oye paisa pero yo siempre bueno con tú yo gusta barsa y pallea y mucho toro en sevilla yo solo hambre paisa mucha hambre… eres tonto negro, tu nunca amigo mío, tu hambre me da de comer tu sed llena mis piscinas tu mujer calienta mi cama tus heridas de bala las fabrico yo yo soy tu virus del sida negro yo soy el blanco de todas tus pesadillas. no paisa no yo siempre amigo tuyo yo cuida bien tu familia yo sólo tener la vida, mucho querer y amor y sonrisas sonrisas que paisa ya no tiene, solo eso paisa, la vida. Los chicos rebeldes Los chicos rebeldes se han vuelto tiernos con la edad se emocionan leyendo poemas, circulan lento frente a los escaparates del pasado han abandonado el gusto por las citas y envejecen con cierta elegancia, a sus novias ya no les dicen tía les llaman corazón, han aprendido a lavar la ropa, a planchar y a doblar con cuidadoso acierto cada uno de sus errores, a los chicos rebeldes el amor ya no les quita el sueño pero no podrían vivir ni un sólo día sin amar, hacen trampas con el tiempo pero tienen los días contados. Los chicos rebeldes saben que ya no volverán a caminar sobre ninguno de sus propios pasos por eso ahora cada caricia es siempre la primera cada beso el último beso. ya no persiguen ni se dejan perseguir son incómodos frente a la ambición aman las causas perdidas y nadan contracorriente. Los chicos rebeldes con la edad toman pastillas que no les drogan drogas que no les matan y mueren un poquito cada día sin perder ni ocultar el brillo errático de sus miradas. los chicos rebeldes han aprendido a despedirse sin decir adiós se van sin hacer ruido ni dejan rastro solos, siempre solos con el mundo dentro. |