No. 80 / Junio 2015


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Jasper Johns / Hart Crane

 

Por Enrique Juncosa

 

La obra pre-eminentemente cerebral de Jasper Johns (1930) se considera, y con razón, un eslabón entre la obra de Marcel Duchamp y el Arte Conceptual. Los temas de sus primeras obras, que fueron realizadas en los años cincuenta ‒ las célebres dianas, banderas o latas de cerveza‒, demuestran un interés por la cultura popular que servirá de catalizador para el surgimiento del Arte Pop en la década siguiente. Pero la obra de Johns desarrolla en paralelo, además, una investigación sobre la naturaleza del arte, que queda manifiesta en otros de sus motivos predilectos, como las marcas de partes de su cuerpo (huellas dactilares, la palma de la mano, el rostro…) y su fundido tridimensional (pies y manos); o también los distintos artilugios o dispositivos para pintar, como lápices atados a cuerdas para realizar círculos sobre un eje, y plantillas para dibujar formas y letras. La mayoría de sus obras están hechas a partir de procedimientos mecánicos y exactos de impresión y ni siquiera las huellas de su cuerpo tienen un origen o voluntad expresiva. Todo en su trabajo obedece a una naturaleza analítica o reflexiva, que ironiza incluso sobre las lecturas espirituales o místicas del arte.

Entre 1962 y 1963, sin embargo, Jasper Johns realiza una fascinante serie de obras: las pinturas Passage, Diver, Land´s End y Periscope (Hart Crane); los dibujos Diver y Sin título (Periscope); y la litografía Hatteras; que se refieren al gran poeta vanguardista norteamericano Hart Crane (1899-1932). Crane se suicidó saltando por la borda del Orizaba, un barco de pasajeros, frente a las costas de Florida, teniendo entonces la misma edad que tenía Johns al crear esas obras en su recuerdo. Johns acababa de romper en 1962 una relación sentimental de siete años con el también artista Robert Rauschenberg. No es de extrañar, entonces, que hayan sido varios los comentaristas, y en especial Jill Jonhston, quienes hayan visto en este grupo de obras de Johns una referencia al estado psicológico del pintor en aquellos momentos, sugiriendo que le poseía una angustia grande y comparable a la que debió de sentir el poeta suicida. Las mismas características formales de estas obras antes enumeradas, son reveladoras. En ellas es bien visible su pincelada, dotada además de un vigor desconocido anteriormente en la obra de Johns, y es evidente su indiferencia a gotas o manchas en la superficie, creada además a partir de la superposición de capas de distintos grosores, características todas de una forma de entender el trabajo que podemos calificar de expresiva. Aquí hay emoción, sentimiento e incluso erotismo exacerbado, aunque manifiesto de una forma casi hermética.

Dejando aparte la forma en que murió Hart Crane, es fácil entender porque su obra interesa a Johns. Su poesía era intelectual, ambiciosa, muy cuidada formalmente y por ello tal vez también difícil. De entre sus obras podemos destacar “Voyages”, una secuencia de poemas eróticos dedicados a un marinero danés, y recogidos en su primer libro White Buildings (1926). Se ha relacionado, a veces, la obra de Hart Crane con la de T. S. Eliot, aunque la del primero sea menos transparente o más turbulenta, llegándose a decir incluso que ese era el caso debido a la necesidad de disimular su contenido homo-erótico. Sea o no sea este el caso, la obra más conocida de Crane, "The Bridge" (1930), es un poema largo que ofrece una visión más optimista, y que es incluso tierna, del mundo visto por Eliot en The Waste Land. "The Bridge" no fue, sin embargo, bien recibido. En sus cartas a amigos y colegas, Hart Crane describió las características fundamentales de su poética, escribiendo que la motivación de un poema proviene de las dinámicas emocionales implícitas en el material utilizado, y que lo asociativo o metafórico tiene más importancia en el poema que aquello que es lógico. O diciéndolo de otra forma, en el poema se crea una lógica nueva e interna a partir de la metáfora. El significado simbólico tiene precedencia sobre el significado literal. Estas ideas están en las obras que Jasper Johns le dedicó a Crane, y donde el significado está generado por las formas utilizadas y sus relaciones, hasta el punto de que podamos ver esas obras como alegorías de la pintura.

Es sabido que Crane tuvo serios problemas con el alcohol y que sufrió distintas depresiones. Pasó un tiempo Francia, donde frecuentó bares de marineros y participó en broncas, que llevarían incluso a su arrestó y pase por prisión. Después, en México, buscaría esos mismos ambientes. Sabemos también que poco antes de suicidarse desde el Orizaba, había sido golpeado por uno de los marinos del barco, a quien había intentado ligarse. Se dice que antes de ahogarse, Crane levantó el brazo por encima de la superficie del agua. En Periscope (Harte Crane) de Jasper Johns vemos un brazo en la parte superior derecha que ha formado un semicírculo, y que es una referencia directa a la historia que se cuenta del suicidio. En el cuadro, que está dividido en tres franjas horizontales, aparecen escritos con moldes los nombres de tres colores, rojo, amarillo y azul, aunque la pintura esté hecha a partir de distintas tonalidades grises, con salpicaduras y pinceladas gestuales, que remiten al mar y a la noche. Crane escribió un poema Cape Hatteras (1929), donde aparece un periscopio y que trata sobre los cambios que el tiempo produce en nuestros recuerdos. Desde 1961, Johns trabajaba un estudio cerca del Cabo Hatteras enfrentado a las propias turbulencias de su vida emocional, que tal vez lograra atenuar transformándolas en problemas estéticos.




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