No. 80 / Junio 2015 |
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Diego Espíritu, primera parte |
![]() El primer día del festival, el sábado 18 de abril, se consiguió reunir a 70 editoriales alternativas y a más de 20 poetas sobre la tarima. Un denominador común fue la capacidad sonora de la palabra. La lectura en voz alta en la plaza pública hace que el poeta regrese a sus orígenes. En este caso fue la plaza de San Jerónimo del Centro Histórico la que albergó la poesía. Nombres como Bruno Darío, Daniela Rey Serrata, Valeria Guzmán, Ricardo Suasnavar, Horacio Warpola, entre muchos otros dieron muestra de un signo indiscutible de esta nueva generación de poetas: a la poesía no le basta fermentarse en la hoja. ¿Qué sería Poesía por Primavera sino una fiesta? Organizada desde hace cuatro años por el poeta y gestor Cultural, Antonio Calera-Grobet y su inigualable equipo, el festival no sólo es un hallazgo poético, sino además una comunión que desborda el día. No existió para Antonio Calera tregua para el silencio. Ni siquiera en ese momento tan memorable del primer día en el que, de la mano del poeta, un trastabillante indigente nos lanzó en la cara el “Motivos del lobo” de Rubén Darío. El Hallazgo poético devino en comunión y fiesta. Sí, pero además en un diálogo entre proyectos editoriales que buscan nutrirse, muchos desde la periferia, como formas diferentes de construir la cultura, perspectivas horizontales para promover la palabra escrita: La Cartonera, La diéresis, Mantarraya, Generación, Textofilia, Simiente, Mono, 2.0.1.3 editorial son algunos de los nombres que figuraron en el horizonte editorial. Tan sólo el sábado, Mono presentó el primer libro de Rojo Córdova “Rojo Soul” y La diéresis, “Óyeme con los ojos”, a la que se unió VICE, publicación reconocida y Cuadrivio con “Cuaderno de Hanói” de Luis Bugarini. ![]() La poesía se bifurca por todas las sendas virtuales. Explota dentro del pecho del poeta para lanzarse como arenga en la plaza. La poesía está por doquier. Esa sería la conclusión premeditada de lo que se veía venir en el primer día como uno de los festivales que ha consolidado su apuesta. Pero esto apenas comenzaba.
¿Qué mejor día que el domingo para darle viento a la palabra? Era 19 de abril y las voces de la poesía entonaban sus gargantas para subir a la tarima. Ayer había sido un día que no quería terminar, pero que se sabía prolongado por el ímpetu festivo de lo poético. Era 19 de abril, segundo día de Poesía por Primavera IV, estación Germinal. ![]() Las editoriales que el sábado se habían juntado en el corredor siguieron ahí, complementando una iniciativa que magnetiza. Floricanto con la presentación de “Acontecer”, un libro de Elia Espinosa, fue la primera en subir al palenque; Carlos Martínez Rentería presentó “De equivocaciones y Barbarie” de la editorial El Salario del Miedo, y salió a la luz el “Archivo negro de la poesía mexicana”, una colección de Malpaís Ediciones. Un gran festín. La poesía no fue el pretexto sino el propulsor para la faena familiar. Los anfitriones, Hostería la Bota, no tardaron en instalar la larga mesa alrededor de la que se dispuso la Gran Comilona. Una comunión que no pudo ser en un día menos perfecto. Quesos, jamones, frutas, pollo, pan, verduras. La comida no faltó. ![]() |
Galería fotográfica de Simone Pazzini... |