No. 82 / Septiembre 2015


La poesía de las naciones originarias de EUA
en el Festival Internacional de Poesía de Medellín, Colombia
(Segunda parte)

 
Lenguas originarias
Por Kalu Tatyisavi
 

 

 

La poesía de las naciones originarias de EUA en el Festival Internacional de Poesía de Medellín, Colombia (Segunda parte)

En esta segunda parte relacionada con el Festival Internacional de Poesía de Medellín, comentaré algunos poemas de las naciones originarias de los Estados Unidos de América (EUA).

Hemos repetido que toda la poesía de las naciones originarias se encuentra en una situación diferente en sus respectivos países, lo que reincide en todos los casos, es la condición de supeditación y subordinación en los campos social, económico, político, lingüístico, etcétera.

En la categoría de Poeta de naciones indígenas del Festival y cuyo enlace es http://festivaldepoesiademedellin.org/es/Multimedia/Naciones_indigenas/index.htm podemos localizar los trabajos de estos autores. Es una pena que solamente aparezca la traducción al castellano y no podamos saber ninguna palabra desde sus lenguas. Por ejemplo, desde mi lengua Tu’un savi, el saludo en la mañana se dice ‘tonii’, es un saludo al sol; al sol se le nombra ‘nkanii’, es decir, es la conjunción de ‘kani’ “pega” y ‘nii’ “cuando hay sol”. Así funcionan las lenguas originarias cuando se las analiza desde sus etimologías: tienen una relación, digamos ‘antimoderna’; por supuesto que hay que tener cuidado porque es una cuestión cultural y la mayoría suele pasar por el oscuro filtro religioso y colonial, además del académico, burocrático e institucional.

Presento tres poemas copiados en la traducción del enlace, tal y como se oye en la respiración de los poetas. En primer término, el trabajo de Joy Harjo (1951, Nación Muscogee) quien en su poema Este es mi corazón, dice: “Es un buen corazón./ Teje una membrana de niebla y fuego./ Cuando hacemos el amor en el mundo de las flores/ Mi corazón está cerca de ti para cantarte/ En un lenguaje demasiado torpe,/ Para las palabras humanas.”
La poeta se dirige al otro para remarcar sus sentimientos, para reafirmar la lengua interna que sale del corazón; así se conforma el lenguaje, en medio y entre el mundo, la memoria, la cabeza, el agua, el fuego y el canto.

La siguiente poeta es Roberta Hill, (1947, Nación Oneida) quien en su poema El poder domador de los cambios pequeños dice: “Con un cambio pequeño/ Puedes sentir nueva luz solar/ Latiendo a través de ti/ Y todo lo que amas.” Sin duda, habla del equilibrio de la naturaleza, la importancia de lo pequeño como parte de un todo integral: se comienza por la semilla que con el sol acaba por formarse y transformar lo ínfimo; da vida y, por supuesto, también da muerte.

Sherwin Bitsui (1974, Nación Navajo) es el más joven de los tres, en su poema "Tortuga" habla de la lenta muerte, de los muros; del nosotros en medio de la historia, habla sobre la levedad y el dolor. Veamos la tercera parte de su poema: “En tanto que yaciendo boca abajo,/ treparon pisadas a la superficie del mapa;/ la serpiente mordió atrás la navaja del testigo/ que tembló entre la cerradura de una casa ardiendo/ Luego de arrastrar a la hermana/ de la luna a través del piso de su anfiteatro./ Un año le tomó olvidar.”

Para todas estas lenguas quisiera señalar lo que entiendo por crítica, pues muchos poemas en muchas lenguas aparecen en antologías o en las recopilaciones antropológicas como si estuvieran ausentes sus raíces.
Así cualquiera es especialista sobre el tema.

Concuerdo con Edward W. Said quien dice: “Hoy en día la crítica literaria se practica bajo cuatro formas fundamentales. Una es la crítica práctica que puede encontrarse en las reseñas de libros y el periodismo literario.
La segunda es la historia académica de la literatura, que es heredera de disciplinas del siglo XIX tales como la erudición clásica, la filología o la historia cultural. La tercera es la valoración e interpretación literaria, principalmente académica pero, a diferencia de las otras dos, no confinada a profesionales o a escritores que frecuentan las páginas de la crítica. […] Y la cuarta es la forma de teoría literaria, una materia relativamente nueva”.

Reitero, para la poesía en cualquier lengua originaria no existe crítica sino simulaciones en cuatro sentidos: primero, la que realizan los especialistas con el fin de mantener su estatus y empleo; segundo, la que se hace sin comprender la lengua origen; tercero, la que se realiza desde el canon occidental unívoco; y cuarto, la que es tangencial porque solo ve el árbol de la poesía y no el bosque.

Quisiera señalar la situación social generalizada en la que se encuentran estas lenguas y naciones en los EUA, por cierto, la misma persiste en México, en esencia; al respecto, Hermann Bellinghausen dice: “Una de las características más notables (y abominables) de la civilización capitalista, encarnadas quintaescencialmente en Estados Unidos, es su capacidad de olvido. En el resto del mundo es del dominio público, casi lugar común,
el hecho de que la actual Unión Americana se fundó sobre una masacre histórica que duró más de dos siglos. Esa cadena fríamente calculada de “guerras indias” que desde la colonización británica asolaron al “continente” del norte, convierte a dicho país en la escena del crimen masivo más atroz: el exterminio deliberado de cientos de naciones y tribus, una entera civilización, distinta y no menos humanista que la de los invasores. Pueblos con frecuencia más sutiles y sabios, a la manera oriental. Culturas preñadas de significados que las burdas y codiciosas mentes europeas fueron incapaces de comprender, ni se interesaron.”

 

Joy Harjo
(Nación Muscogee)

 

Este es mi corazón

Es un buen corazón.
Teje una membrana de niebla y fuego.
Cuando hacemos el amor en el mundo de las flores
Mi corazón está cerca de ti para cantarte
En un lenguaje demasiado torpe,
Para las palabras humanas.
Esta es mi cabeza.
Es una buena cabeza.
En su interior zumba un enjambre de preocupaciones.
¿Cuál es la fuente de este misterio?
¿Por qué no puedo verla aquí,
Ahora mismo
Tan real como estas manos
Que a golpes de martillo
Unen al mundo?
Esta es mi alma.
Es una buena alma.
Me dice, “Ven aquí olvidadiza.”
Y nos sentamos juntas
Cocinamos algo para comer,
luego sorbemos algo dulce,
para la memoria,
para la memoria,
Este es mi canto.
Es un buen canto.
Camina desde siempre los límites
Del fuego y del agua
Ha trepado las costillas del deseo
Para dedicarte su canto.
Sus alas recién nacidas
Tiemblan en su vulnerabilidad.
Ven aquí recuéstate a mi lado.
Pon tu cabeza aquí.
Mi corazón está tan cerca que podrá cantar.

 

Roberta Hill
(Nación Oneida)

 

El poder domador de los cambios pequeños

Cada semilla comienza preguntando
Como si abriera puertas en la tierra.
Es bueno perder el paso en equilibrio
Un pequeño cambio de hábito
Repentinamente sin pensarlo tanto despierta
Ritmos antiguos desde el más allá
Y es como copos de nieve
Cayendo
Invocando los vientos de la tormenta
A unirse a ellos
Es como fragmentos de rocas
Cambiando el peso de los ríos
Para crear más corriente
El poder curativo vive en remolinos.
Es bueno sentirse fuera de rutina
Con lo mismo
Lo mismo
Lo mismo
Con un cambio pequeño
Puedes sentir nueva luz solar
Latiendo a través de ti
Y todo lo que amas.

 

Sherwin Bitsui
(Nación Navajo)

 

Tortuga

1

Estamos hablando dentro del sistema nervioso
sin terminales nerviosas que llamamos de nuestra propiedad.
Niños nacidos con dientes masticando entre incubadoras,
sin conocer muros, o el corazón palpitante de un búho cerniéndose
sobre las puertas de su vientre;
en lo alto de la blanca concha,
balanceándose, maldito, silente,
esperando que estas cadenas sean partidas por el medio por picos
de tortugas despiertas.

2

Giramos en sus lechos,
ojos color de mapa desvaídos
cuando la historia llama a través del corte en el techo del norte.
Afuera de la puerta soplamos canciones
sobre su tibio estómago
pero no se suaviza o desmenuza en pan,
tampoco sus palmas sangran cuando son martilleadas en el piso.
Desea saltar en la noche sin una antorcha o linterna,
pero el fuego remueve su piel
y sujeta de nuevo sus párpados.
Un recuerdo se escurre desde las sábanas de una cama de hospital.

3

En tanto que yaciendo boca abajo,
treparon pisadas a la superficie del mapa;
la serpiente mordió atrás la navaja del testigo
que tembló entre la cerradura de una casa ardiendo
Luego de arrastrar a la hermana
de la luna a través del piso de su anfiteatro.
Un año le tomó olvidar.

 



 


Leer ediciones anteriores de esta columna...