No. 82 / Septiembre 2015


US Latino Poets en español
Por Xánath Caraza

Copatrocinado por el Smithsonian Latino Virtual Museum
 

 

Perder es clave en los poemas de Quintanilla; perder una mano, perder un cuerpo, perderse a sí mismo. Existe una insistente mención de partes del cuerpo en casi todos sus poemas. La conexión entre la posibilidad de pérdida y las partes del cuerpo me lleva a los surrealistas: la estructura de muchos de sus poemas es precisamente la de un sueño fragmentado, misma que interpreto como metáfora de lo deseado. Las imágenes que usa y la forma en que crea la secuencia en algunos de sus poemas es hasta cierto punto gratamente incongruente –no se me mal interprete, es así como suelen ser los sueños, y lo que traduzco como deseos contenidos. Otro aspecto que veo también en Quintanilla, es cómo reacciona ante otros escritores y los incorpora en algunos de sus poemas, a manera de petit homage. Así, crea un diálogo con autores como Borges, Roberto Bolaño y Mark Strand, por mencionar algunos, que no dudo son de su preferencia.

Además de este toque surrealista –bellamente caótico–, Quintanilla pasa a lo político, a la frontera entre México y los Estados Unidos, a la incertidumbre colectiva, a los miedos colectivos de una nación o de los que cruzan la frontera, o simplemente poemas de un México romantizado pero con sus muy reales turbulencias sociales cotidianas. Lo personal también está presente en sus versos. A manera de juego de lógica con sus múltiples posibilidades, nos cuenta historias tanto de la vida diaria como de lo que pudiera pasar. Octavio escribe principalmente en inglés con algunos versos en español. En su obra se combinan la poesía concreta y la poesía de estructura más tradicional.

Para esta ocasión he seleccionado y traducido los siguientes poemas, “[Llevo mi destino como un cadáver]”, “Sueño transitorio” y “Si me pierdo”.

 

[Llevo mi destino como un cadáver]

Llevo mi destino como un cadáver
de alguien que he conocido
toda mi vida.
Una mascota fiel.
Un verdadero enemigo.
Una hazaña grande
que aún no he cometido.

Hoy no tengo palabras
ni silencio ni imágenes que liberar
como pájaros atemorizados
fuera de su jaula.

Pienso en la palabra “perdón”
y no puedo forzarla a disculpar.
No puedo decir, “el perdón es…”
No hay un símil.
Ni metáfora.
Sólo charla.

Si encuentras belleza en esto
entonces sabes que el corazón humano
está hecho de palabras.



Sueño transitorio

                                                Después de leer a Roberto Bolaño

Estoy en uno de los sueños de Borges.  Me persigue como a un perro.  
Trato de soñar con la palabra laberinto.  Borges no me deja.  Me dice que
es imposible darle forma.  En su sueño no me es permitido soñar.  Dice.

Sueño que veo a través de los ojos de mi abuelo.  Veo a un hombre
que dobla billetes en su cartera. Veo un arma de papel.  Veo el chal
de una mujer y una mujer sin chal.  Veo dolor como si fuera una araña.  
Veo botellas de cerveza.  A un hombre que cae de un caballo.  
Veo un cactus.  Veo.  Que él estaba ciego.

Mi hija me dice que soñó conmigo.  Esbocé una casa hecha de cartón.  Luego
prediqué dentro de ésta.  Había un trapeador.  Alguien me corrió al pueblo.  
Encontré un río.  Crucé el río.  Encontré una mujer.  La mujer era la madre de
mi hija.   Amé a su madre.  Luego desperté.  Le dije a mi hija que había soñado
con ella.

Sueño que mi examante ha soñado conmigo.  Nos tomamos de las manos.  Nos
besamos.  Tenemos un hijo negro.  Me llama con el nombre de otro hombre.  Su
madre me dice que no valgo nada.  Ella hace que el niño desaparezca.  Estamos
solos.  Mis manos y pies están atados.  Ella me da de latigazos con el espinazo
del adulterio.  Trato de recordar su nombre para que se detenga.  Andrea.  
Samantha. Mercy.



Si me pierdo

No improvisaré el deseo.
Si lo hago, terminaré hablando
con algún extraño que ha muerto
hace tiempo, alguna niña asesinada
por la que todos sienten lástima.
Algo bueno para la empatía.
Todos nosotros aún tememos el
puntiagudo filo de la incertidumbre.
¿Qué tal si fuéramos raptados
en medio del juego de pelota de nuestra hija,
o de nuestras camas, minutos después de hacer
el amor, y nunca más fuéramos vistos?
Mas ¿Quién nos raptaría?
¿Dónde iríamos cuando alguien en las noticias
Dice, Él ha estado perdido por días.
Pocos saben.
Quizá los que
nos sobrevivan sabrán o por algún otro medio,
no por su propia elección.
Quizá los que viven
y deciden no regresar.
Si despiertas y encuentras mi cepillo de dientes
en el lavamanos sin usar
y mis botas exactamente
como me gusta dejarlas
debajo de la cama,
como suelo hacerlo
deslízate entre las sábanas, duerme
y sueña detalles nuevos
en la parte más superficial de mis ojos—
una vela prendida, un ataúd, alguien que se va—
Encuentra una vez más tantas
imágenes nuevas y palabras y pequeñeces
que pudieron o no haber sido mías
tan nueva tu vida de entonces
como escenas recientemente descubiertas
en una película que no has visto en años.
 


 


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