William B. Yeats

No. 83 / Octubre 2015



Mesa de Traducciones núm. 83:
John Donne
Jean Portante
William B. Yeats

Fabio Scotto

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William B. Yeats

(1865-1939)

(Traducción de Helena Moguel Samaniego)


Byzantium

The unpurged images of day recede;
The Emperor's drunken soldiery are abed;
Night resonance recedes, night walkers' song
After great cathedral gong;
A starlit or a moonlit dome disdains
All that man is,
All mere complexities,
The fury and the mire of human veins.
 
Before me floats an image, man or shade,
Shade more than man, more image than a shade;
For Hades' bobbin bound in mummy-cloth
May unwind the winding path;
A mouth that has no moisture and no breath
Breathless mouths may summon;
I hail the superhuman;
I call it death-in-life and life-in-death.
 
Miracle, bird or golden handiwork,
More miracle than bird or handiwork,
Planted on the star-lit golden bough,
Can like the cocks of Hades crow,
Or, by the moon embittered, scorn aloud
In glory of changeless metal
Common bird or petal
And all complexities of mire or blood.
 
At midnight on the Emperor's pavement flit
Flames that no faggot feeds, nor steel has lit,
Nor storm disturbs, flames begotten of flame,
Where blood-begotten spirits come
And all complexities of fury leave,
Dying into a dance,
An agony of trance,
An agony of flame that cannot singe a sleeve.
 
Astraddle on the dolphin's mire and blood,
Spirit after Spirit! The smithies break the flood.
The golden smithies of the Emperor!
Marbles of the dancing floor
Break bitter furies of complexity,
Those images that yet
Fresh images beget,
That dolphin-torn, that gong-tormented sea.

                                       The Collected poems of W. B. Yeats (1989)




Bizancio
 
Ceden las sucias imágenes del día;
yace la guardia imperial embriagada,
cede el eco nocturno, canto de noctámbulos
tras el gran gong de catedral;
una cúpula que se estrella o se enluna desdeña
todo cuanto es el hombre,
todas esas complejidades,
la furia y el fango en las humanas venas.
 
Ante mí flota una imagen, hombre o sombra,
sombra más que hombre, más imagen que sombra;
pues la madeja de Hades, bien dentro en la mortaja
podría desenredar la senda enrevesada;
una boca sin humedad y sin aliento
podría convocar a deslenguadas bocas;
celebro lo sobrehumano;
lo llamo muerte en vida y vida en muerte.
 
Milagro, ave o áurea filigrana,
más milagro que ave o filigrana,
plantado en la rama dorada con lumbre de estrellas,
puede cantar como los gallos del Hades
o, amargado de luna, gritar injurias
en su gloria de metal inmutable
a pájaros, a pétalos comunes
y a toda complejidad del fango o de la sangre.
 
A media noche, por el pavimento imperial,
llamas que la leña no alimenta ni el acero prende
ni la tormenta daña, llamas que la llama engendra,
a donde van los espíritus que engendrara la sangre
y abandonan a toda complejidad de la furia,
muriendo en una danza,
una agonía del trance, agonía
de la flama leve aun para sollamar la tela.
 
Cabalgando fango y sangre del delfín,
¡espíritu tras espíritu! Las forjas rompen el torrente.
¡Las áureas forjas del emperador!
los mármoles del salón de baile rompen
las furias amargas de la complejidad,
esas imágenes que aún
frescas imágenes engendran,
ese mar abierto por delfines, al que el gong
torna un mar atormentado.





Sailing to Byzantium

 
That is no country for old men. The young
In one another’s arms, birds in trees
—Those dying generations—at their song,
The salmon-falls, the mackerel-crowded seas,
Fish, flesh or fowl, commend all summer long
Whatever is begotten, born, and dies.
Caught in that sensual music all neglect
Monuments of unageing intellect.
 
An aged man is but a paltry thing,
A tattered coat upon a stick, unless
Soul claps its hands and sing, and louder sing
For every tatter in its mortal dress,
Nor is there singing school but studying
Monuments of its own magnificence;
And therefore I have sailed the seas and come
To the holy city of Byzantium.
 
O sages standing in God’s holy fire
As in the gold mosaic of a wall,
Come from the holy fire, perne in a gyre,
And be the singing masters of my soul.
Consume my heart away, sick with desire
And fastened to a dying animal
He knows not what it is; and gather me
Into the artifice of eternity.
 
Once out of nature I shall never take
My bodily form from any natural thing,
But such a form as Grecian goldsmiths make
Of hammered gold and gold enameling
To keep a drowsy Emperor awake;
Or sit upon a golden bough and sing
The lords and ladies of Byzantium
Of what is past, or passing, or to come.

                                       The tower (1928)




Hacia Bizancio
 
Aquél no es país para viejos. Los jóvenes
en brazos de jóvenes, pájaros en árboles
—esas generaciones agonizantes— todos a su canto,
las cascadas de salmón, los mares de mil verdeles,
tenga pies, aleta o pluma celebra en el verano
cuanto se engendra, nace y muere.
Atrapados en la música sensual todos desdeñan
los monumentos del intelecto sempiterno.
 
Un viejo no es sino algo despreciable,
una manta en harapos sobre un palo, a menos
que el alma aplauda y cante, y más fuerte cante
para cada harapo en su mortal vestido,
sin escuela de canto mas con el estudio
de los monumentos de su propia magnificencia;
y por ello he navegado los mares y venido
a la ciudad sagrada de Bizancio.
 
Oh, sabios, de pie en el fuego sacro de Dios,
como en el dorado mosaico de un muro,
vengan del fuego sacro, giren en un vórtice
y orquesten el canto de mi alma.
Hagan cenizas mi corazón, enfermo con deseo,
y atado a un animal en agonía,
no sabe lo que es; e intégrenme
en el artificio de lo eterno.
 
Cuando abandone la naturaleza no tendré ya nunca
forma corpórea de elemento natural,
sólo de aquellas formas que labran orfebres griegos
de oro martillado y esmaltadas en oro
para tener en vela a un emperador adormilado;
sentado sobre una rama dorada cantaré
a los caballeros y damas de Bizancio
de lo que fue, lo que es, lo que vendrá.