No. 83 / Octubre 2015


Poéticas de la negatividad:
Gaspar Orozco

 

Ana Franco Ortuño

[En Baudelaire] El constructor del infinito es también
el constructor de la nada

J. Kristeva

lente.

(Del lat. lens, lentis, lenteja).

1. amb. Objeto transparente, generalmente de vidrio, que se utiliza en los instrumentos ópticos para desviar la trayectoria de los rayos luminosos y formar imágenes. U. m. en f.
2. amb. lente provisto de armadura que se coloca cerca del ojo para corregir defectos de la visión. 
U. m. en pl.

En este caso, además, y como toda lente, se trata de un enfoque, y como todo enfoque, de una obsesión. Instante que sucede en lo pequeño; es decir, tiempo y espacio mínimos.
(Todo esto es redundante, cada palabra en negritas es intercambiable.)

Gaspar Orozco escribe una posible autobiografía que se vive con más observadores. Hay una voz que habla de sí, pero también por otros empiristas o creyentes. Sus libros: Autocinema, Astrodiario, Notas del país Z y Plegarias a la Reina mosca, también Memorial de la Peonía (inédito), son series de poemas breves: anecdotarios, variaciones sobre flores, estrellas, directores de cine. 


La intención de lo concreto que declara en Astrodiario: “Ante todo/ que nuestra estrella/ —aún la desvanecida—/ sea concreta”, podría cumplirse en la dimensión del texto, pero el hilo conductor y el trayecto impiden que su materia sea el cemento. La obra se mueve en ADN's de leitmotiv que concatena poema tras poema. Orozco insiste en un elemento y lo retrabaja con bisturí; un activo minimalismo que nos hace mirar o asomarnos.

Con Astrodiario (2010), en la evidente constelación del título y la poética: "Haré arder lo lejano y lo cercano, lo microscópico y lo inmensurable", encontramos algunas pautas del sistema que seguirá la construcción de una obra. Autocinema (2011) apela a una curiosidad que despliega en un contexto extraño, y nos sitúa mediante títulos como "Du Kefeng prefiere cerrar los ojos al cruzar el río" o "Tod Browning observa una gota de agua bendita a través de un microscopio". Estos brevísimos homenajes plásticos son resultado de un método en el que el libro se cumple como tal. 

Más neosimbolista que punk, Plegarias a la Reina Mosca tensa su letanía con respecto a la re-formulación oral, en un culto invertido; la macro imagen de una relación irrealizable (plegaria-precario), diviniza una mosca y origina una dinámica entre el ojo que ve y el yo que suplica, que adora. No estoy segura de que la ruta sea ésta, de que sea la deidad quien descienda en la escala y encarne en lo vulgar; posiblemente la mosca siempre fue divina.

La Reina Mosca es perfecta; traza un “dibujo azul” y observamos los posibles significados de un lenguaje que insiste en el vacío: “germen de la pesadilla”. Lo sabe todo porque lo ha mirado. Sus atributos son precisos, preciosos. La clave está en Goethe (la mosca se ha detenido en la pupila de su estatua): lo grande en lo pequeño.

Si el memento mori es brevísimo y se intuye en un fotón, las Plegarias a la Reina Mosca lo ponen de manifiesto y el destino se mira en una gota de tinta o un ala rota. 

El culto a la Reina Mosca surge en 1446 con la pintura de Petrus Cristus. Gaspar Orozco lo detalla. La mosca es la “Emperatriz del instante”, es insaciable e inasible. Petrus Cristus es el Maestro, el ojo es suyo. La letanía es el culto. El poema retoma su condición divina por invocación. Los demás somos conversos.


Tod Browning observa una gota de agua bendita a través de un microscopio

El derrumbe de las albas catedrales. Ante mí desfila una interminable procesión de arcángeles contrahechos, enfermos, mutilados. Acercan sus dedos para tocarme. Presencié la caída de Lucifer en el río helado del ojo. La rara perfección de la sombra de un enano desciende los peldaños gastados de mármol. El delgadísimo cabello de un albino ilumina el sanatorio abandonado. Del pico del estornino disecado brota la voz del ventrílocuo: números negros en un hilo rojo. La virgen atraviesa con un largo alfiler el cuerpo de una mariposa. Cada vez más lento el aleteo del ámbar. Vi el rostro de la luz y era deforme. Ahí lo supe: la deformidad es pureza.


3
Alta Señora
gracias te doy
por guardar
entero
entre tus alas
el sonido
de los mares

Reina Mosca


8
Regala a mis ojos
regala a mi alma

         el vacío

para seguir
tu levísima odisea
hasta el principio

Reina Mosca


9
Una gota de sangre
una gota de leche
una gota de tinta
            mi oscura mínima ofrenda
para ti

Reina Mosca


18
Susurra en mi oído
la canción perdida

Señora del más alto olvido

Reina Mosca


26
Laberinto
          de aire
tu vuelo

No hay salida

Reina Mosca


32
Dulcísima
          tu agonía
en el plato de leche

Señora
de las más
bellas muertes

Reina Mosca


55
En la oreja
del ajusticiado
murmuras
una palabra
verde

Reina Mosca


 


Ilustración:
Petrus Christus, Cartusian Monk, 1446, tomada de
http://medievalmeetsworld.blogspot.mx/2015_04_01_archive.html