No. 86 / Febrero 2016 |
Mila Tesla (Ciudad de México, 198o; vive en Guadalajara) Ciegos del tercer ojo dos ciegos se disparan mutuamente la bala se deposita en el tercer ojo sus hijos lo ven todo sus hijos lo escuchan todo, estaban destinados a crecer pero el disparo les roza la mandíbula evitando que sus lenguas articulen dos ciegos ignoran el tiempo sagrado en el que sus hijos deben dormir en el que sus hijos deben danzar con sus cuerpos finitos y puros para dar a luz otros hijos dos ciegos naufragan en un barco sin veda se lanzan el anzuelo uno al otro se devoran hasta consumirse sus hijos ya no bailan los hijos de sus hijos ya no duermen. Nada es definitivo Tus cabellos pálidos sortean mi destino se posan inertes faltos de vida. Siete veces siete. Los arranco uno a uno pero me hago daño tal vez porque aún no he sabido que el dolor existe tal vez porque aún no he podido sanar heridas. Ocho veces ocho. La escena se repite una y otra vez hasta que algo cambia y la nueva información se revela. “Constancia”...me susurra el pelo nuevo que surge de un ser nuevo que eres tú pero que también soy yo. Uno es uno. |