No. 87 / Marzo 2016


Poéticas de la negatividad:
Charles Bernstein

 

Ana Franco Ortuño

 

I was wrong, I apologize, I recant. I altogether abandon
the false opinion…
Ch. Bernstein

…no se considera como una masa puntual,
sino como un conjunto de sólidos rígidos enlazados…
(mecanismo)

Cuando se trabaja sobre una poética compleja como la de Charles Bernstein hay que tener cuidado de no morderse la cola, porque es posible que al escribir acerca de ésta surja el juego de un origami, lenguaje sobre lenguaje, y que el texto crítico retome las formas del poema, y que no quede claro dónde empieza qué. En el caso de este autor, además, sería más torpe todavía, porque el poema contiene ya su propio debate y su problema; su advertencia de contradicción.*

Procuraré que no me pase. Para evitarlo me enfoco en un mecanismo, de los muchos que practica: el de la serie paradójica; porque se trata de un autor de mecanos, de un armador, un constructor y un político del lenguaje. —“Como resultado, el género o estilo de una práctica de escritura se convierte centralmente en una cuestión de método, más que en una determinación transparente de la forma.” (L=A=N=G=U=A=G=E, p.77). Bernstein es también profesor y crítico.

Cuando el poema es el plano de una obra de ingeniería o la estrategia de un ajedrez, se aleja de los flujos del inconsciente: —“…Por ‘constructivo’, en parte me quiero referir a ciertas radicalidades o extremos en la estrategia de composición que tienden a incrementar el sentido artefactual y no naturalista del poema;” (ibid, p.62). Bernstein confronta la referencialidad de un mundo arruinado; construir un paralelo entre la obra creativa y la reflexión de la misma es un interés moderno; integrar el poema y el texto crítico, el manifiesto y el anti-paper, con base en una cimentación deconstructiva, a riesgo de colapsar en la constante dislocación del logos, es una propuesta para hablar en el siglo XXI.

En sus poéticas de L=A=N=G=U=A=G=E, para comprender, en primera instancia, algunas ‘personalidades sociales’ y, dentro de éstas, la recepción del ejercicio poético, Bernstein propone conceptos como lo absorbente y lo antiabsorbente (también lo no-absorbente, autoabsorbente, neoabsorbente), o lo permeable y lo impermeable; contrario a la obviedad (en su obra se dificultan las primeras lecturas) considera que “el rechazo a la absorción es/ un prerrequisito para la comprensión”, si bien, “la absorción y la antiabsorción están simultáneamente presentes/ en cualquier método de lectura o escritura, aunque/” (p.135). Estos planteamientos se exponen en un recorrido por la producción anglo-contemporánea en su poema Absorción e impermeabilidad, en el que reflexiona sobre sus propios recursos:

(…)
Hay, entonces, una considerable historia
de uso de técnicas antiabsorbentes
(elementos no transparentes o no-naturalizantes)
(artificio)
para fines
absorbentes. Este es un enfoque
al que me encuentro particularmente
atraído, y que refleja mi
ambivolencia
(esto es: quiero múltiples cosas)
acerca de la absorción y sus opuestos.
En mis poemas,
frecuentemente uso elementos
opacos y no-absorbentes, digresiones e
interrupciones, como parte de un arsenal
tecnológico para crear
(“surtir la sopa”)
una absorción más poderosa que la que es posible
con técnicas tradicionales y sosas. Este es un
camino precario ya que en tanto que
el poema parece
abiertamente auto-consciente, en oposición a internamente
encantatorio o psíquicamente
actual, puede producir
auto-consciencia en el lector
destruyendo su absorción al teatralizar
o conceptualizar el texto, removiéndolo
de la
región de la experiencia engendrada
por la técnica
exhibida.
Este es el tema de buena parte de mi
obra.
(…)

[Ibid, p. 166-167 Trad. M. Luna y H. Yepez]

Un poema que es una poética, una propuesta de lectura y la declaración de sus intereses escriturales, funciona como una serie sistemática de correspondencias o como un artefacto literario que demanda la lectura paralela de sus secuencias; el poema existe en tanto cosa/significado y en tanto acontecimiento/significante, y requiere que la atención se desplace al terreno irónico debido a que no cumple la expectativa de un poema que, sin embargo, se explica o proyecta a sí mismo. Absorción e impermeabilidad se sitúa también, desde luego, en el terreno paradójico que posibilita la alternancia de sus desplazamientos de significación. 

También podemos identificar este mecanismo en Blanco inmóvil, poema en el que articula otra larga secuencia de textos fragmentados: un diagnóstico clínico —aparentemente personal o del ‘yo’: “El resultado final fue una neurosis/ gradual superpuesta a una estructura/ de personalidad limítrofe preexistente.” (Grandes éxitos, p. 53), con algunas fichas curriculares de ejecutivos norteamericanos y una variedad de notas-diagnósticas sobre ‘Charlie’, un niño antisocial que es observado por adultos que dan cuenta de las actividades y la conducta del chico. 

Las notas son el resultado de observaciones ‘positivas’ (con un tono ridículamente entusiasta por parte del observador) y de ‘mejoras’ fundamentadas en las capacidades de adaptación del niño. Si las notas son o no, "reales" (aparentemente autobiográficas), poco importa, definen la estructura del poema pese a la carencia absoluta de un lenguaje que se esperaría como poético. El gesto crítico-político de su inclusión (transformar el diagnóstico en poema por ubicación) origina otra serie: poema y no diagnóstico, en el que el carácter extraño (antiabsorbente) de la situación (mise en page) rebasa la ironía —aunque desde luego pasa por ahí–, para evidenciar la crueldad del observador que determina la existencia objetual del niño, a quien clasifica y asigna.

Si alguien ha crecido esta temporada
          ¡fue Charlie! Al llegar al campamento era
          reservado, un observador de veras. Lenta
          y cuidadosamente se involucró en nuestras rutinas.
          Una vez informados de sus recelos por haber
          estado ausente, planeamos diversas tareas
          para él en la sala, le pedimos hacer los mandados
          en todo el campamento, analizamos las ausencias
          en general. Le alivió mucho descubrir
          que varios del grupo habían pasado
          por lo mismo; lo que redujo
          su preocupación. Desde entonces se
          ha vuelto mucho más relajado en general, se ríe,
          se integra a las travesuras de los demás niños, actúa
          tal como si estuviera en casa, realmente. Aunque
          es serio la mayor parte del tiempo,
          notamos a Charlie cada vez más proclive
          a olvidar ese comportamiento y llevar la
          vida de un niño alegre.
       
(…)
La primavera pasada Charles expresó por escrito
que no le gustaban las manualidades. Al trabajar
con él, prontamente entendimos
sus sentimientos. Las destrezas
manuales no son el fuerte de Charlie. (Esto
puede deberse a la tendencia
ambidiestra que la Sra. B y yo analizamos en
relación a cómo se amarra los zapatos.) Afortunadamente,
lo que le falta en el desarrollo de sus habilidades
le sobra en paciencia,
determinación, y
conocimiento de los resultados
que quiere.
(…)

[Ibid, p. 55 y 57. Trad. E. Winter]

El recurso del corte versal se suma a la reubicación del diagnóstico en un contexto poético, de modo que se genera una sobreabundancia; si bien para Deleuze, en la Sexta serie de paradojas 
“el punto más importante, lo que asegura el desplazamiento relativo de las dos series [propuesta/poética o diagnóstico/poema] y el exceso de una sobre otra, es una instancia muy especial y paradójica que no puede reducirse a ningún término de las series, a ninguna relación entre estos términos” (p. 36-41), la sobreabundancia de significación está ubicada en el territorio del poema.
No hay flujos de consciencia ni organicidades, la maquinaria se articula en sólidos rígidos y a Bernstein
no [l]e interesan tanto los trozos desconectados "(la monocromía paratáctica) sino más bien estos trozos [que] forman un tejido general, de modo que es una suerte de creación de hechizos, pero donde el hechizo es continuamente expuesto o puesto en la superficie." (L=A=N=G=U=A=G=E, p.94)

Esta evidencia de las piezas genera una mirada incómoda sobre los mínimos convencionales, que se diluyen en la falta de atención de lo supuesto: un hechizo que llega y que se marcha "de modo que el engendramiento de la ilusión pueda atestiguarse".  



Lecturas:

BERNSTEIN, Charles: Attack of the difficult poems. The University of Chicago Press, USA, 2011, pp. 282.
_____: L=A=N=G=U=A=G=E CONTRAATACA, Poéticas (1971-2011), (Coord. Heriberto Yepez, et. al), ALDVS-UANL, México, 2013, pp. 400.
_____: Grandes éxitos/ Greatest hits (Trad. Enrique Winter), Mantis editores-IQCA, México, 2014, pp. 151.

DELEUZE, Gilles: Lógica del sentido. (Trad. Miguel Morey), Edición Electrónica de www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCIS, pág. 36-41.


 
* Ver “Una entrevista con Tom Beckett”: “¿Qué sentido le das a la relación entre la teoría y la práctica poética?”, en L=A=N=G=U=A=G=E, p.99