No. 89 / Mayo 2016


Lenguas originarias


La poesía en lenguas originarias de estos tiempos*



Por Kalu Tatyisavi

Me pregunto: una tierra que tiene grandes poetas,
¿tiene el derecho de conquistar a otro Pueblo?
¿Es la ausencia de poesía suficiente razón
para derrotarlos?

Mahmoud Darwish



Tonini-danu ku’va jin ñani, xixi jin xito; kuta’vi-ni a vaji-danu:
No cometeré el error de hablar más sobre el pensamiento y la poesía de Nezahualcoyotl, porque eso ocurrió hace más de medio milenio, pero mentiría si digo que a pesar del tiempo están caducos, pues la verdadera poesía atraviesa épocas. Mi lengua y su historia, la de la Ñuu Savi “El País de la Lluvia”, tuvo su desarrollo en el Anáhuac, por ello es imposible no reconocer aquellos tiempos.

Permítaseme hacer una breve reflexión sobre la poesía actual en lenguas originarias mexicanas. En términos generales, considero que se encuentra en una etapa de espera, restaurando sus alas en el cruce del camino; si decide tomar por el atajo de la posmodernidad le será dado el espectáculo; por otra parte, si decide dar una vuelta a la montaña y adentro de sí misma, tenderá a descolgarse por la liana para atravesar el río y llegar a la orilla.

Suponiendo que opta por este segundo camino, que es el más difícil −si de antemano se sabe que la liana va a resistir y conducirá a un lugar escampado−, será cualquier cosa, menos poesía. Así ha sido la gran escritura, la literatura jamás se ha preocupado por la liana porque de antemano sabe que se encuentra en la orilla, y cuando atraviesa el río, lo hace con el peso de la incertidumbre en su espalda, ya en la otra orilla, practica el canibalismo.

Si tomamos la década reciente de los 90 como fecha de inicio de este tipo de poesía —dentro de la cual intenta circunscribirse mi trabajo—, es poco el tiempo para hablar de una tradición o de florecimiento, porque éstos se construyen con la insistencia y el fracaso, en el atreverse, y con el juego, ya que el deseo de toda tradición es hablar y leerse por sí misma. No es la dulce voz que repite: ¡qué bonito!; por eso, ante esta situación, los poetas más avezados —especialmente en la llamada poesía mexicana— se preguntan: ¿y eso es poesía?

Basta entonces conocer el origen, las obras y el sitio de esta poesía dentro de la literatura mexicana, para comprobar su pie de barro; basta darse cuenta del desdén generalizado para corroborar su estadio; basta acercarse realmente a su etimología y decir onomatopéyico para corroborar si vive su raíz. Basta también su praxis y rememoria para intentar descifrarlo. Todo es incierto.

Pero el atrevimiento mayor de nosotros —incluyéndome en esta generación—, es intentar sacar la lengua de su estatus oral y comunitario; sin embargo, este atrevimiento pagará en solitario un enorme precio si no regresa a su origen y no es capaz de devolver una palabra a su comunidad; si no es capaz de regresar al surco, continuará vagando en cualquier esquina y escondiéndose en cualquier recoveco.

Así, este tipo de poesía rememora que dialogó con la naturaleza en el lejano Anáhuac, a la llegada apabullante Colonia, adquirió el virus. Por eso, hoy debe ser mucho más audaz y propositiva, tomar como base su lengua para buscar otra historia y desarrollar su cultura.

En el caso de mi lengua la Tu’un savi “Palabra de la lluvia”, denomino su poesía Tu’un yukun itu “Palabra del surco”, debido a que intenta asomar su rostro con pena; intenta mantener los oídos atentos a los murmullos milenarios y quizás puede llegar a ser sinfonía, si se acerca a la naturaleza en estos tiempos. Aquí, palabra del surco significa la esperanza y la tragedia, sembrar y trabajar con fuerza sin esperar un resultado inmediato, algo impredecible pero fruto del trabajo.

Con relación a la función de los poetas y de la poesía en lenguas originarias, considero que deben ser testigos, mantener atentos los sentidos y la razón, para poder expresar los estados de ánimo y crear palabras, además, deben ser conscientes de que las victorias son pírricas y que ninguna derrota es definitiva. Como toda poesía, no intenta ni puede resolver ningún conflicto humano, sea individual o de grupo, pero mientras no cause daño y sea honesta, o si algún momento nos recordase el ‘buenos días’, estará más que cumplido su papel.

Finalmente, toda poesía requiere aire fresco, la nuestra intenta serlo para la poesía mexicana en lengua predominante, espero entonces que sus tonalidades puedan transmitir un gemido y el público gire su cabeza en pleno concierto.

Quizás México no necesita a los poetas, como el retén tampoco necesita una lámpara para encontrar a su culpable, en cambio, sí necesita a la poesía, aquella que habla por sí misma y permanece danzando en la memoria. 

Gracias a mis abuelos y a mis padres por haber conservado la lengua y transmitírmela; gracias a los niños y a las mujeres que intentan escribirla a pesar de toda marginación. La revitalización es un periodo largo y debe ser permanente desde cualquier espacio, esto lo sabían mis antepasados, por eso uno podría entrar a sus casas sin un recibo de pago.

Agradezco a todos ustedes su presencia, al jurado, a la gente que paga sus impuestos, gracias por abrir sus ojos a otros sentimientos; la naturaleza es sabia por la diversidad, lo que es único en el mundo, desaparece. México es un país privilegiado a nivel latinoamericano por ser el que cuenta con más lenguas originarias, ojalá podamos seguir escuchando la diversidad de voces, ojalá persista, a pesar del intento del imperio y la globalización por acallarla.

Ojalá continúe el murmullo del hombre perteneciente a la comunidad y que se hace grande cuando presta servicio hacia los demás, éste es el intento del tipo de poesía al que pertenezco y que lo hace diferente a la poesía occidental.

Ya’a  kuvi  tu’un  jianini-ni, kuta’vi-ni  nuun  ntaka-danu. 

Este es mi pensamiento, muchas gracias.


Nuun ntu iyo diosi, alma jin anima

Ntu iyo da diosi, alma jin anima, nava iyo?
Va diosi je nee je kuijin-in sik+ yukuan
Ya’a nkuvi ka’an-dayo jie’e alma ni jie’e espiritu
nasa ka’ni-dayo tu’un yukun itu tu ntu iyo corason?

Jia’a-ni xa nuun-danu xixi naku’un ini jin da xito nakani
Jia’a-ni nuun-danu tee sutyi xine’en
Jia’a-ni nuun-danu tee xine’en jikan xu’un

Jini-danu a nuun n+’+, ntaka-dayo va kuvi tee in tu’un yukun itu nijia
In tu’un ma vii jin ma vixin
Ma intigena jin ma la’vi
Kua tee yu’u da Inkisision
Iyo uvi ve’i xine’en je kuvi-i in ni je katyi-daa nuun-ni a ntu teku ka kodise-ni
Da tee Holanda jin da tee grinko
Va, tee sa’a kui’na kuvi-daa

Ntu jini-daa, ntu jini-daa, a da tu’un yukun itu je ntu iyo patria ni ta’an ni se’ya-daa
Je ntu iyo da intigena ni da misteko na
Nava iyo? Da ku’va jin da ñani, ntu kuaa-dayo tu ntia’an tuvi-dayo



Sin dios, alma ni corazón

Sin dioses, alma ni corazón, ¿entonces?
Quizá dios sentadito y con frío allá arriba
Aquí el alma no puede deletrearse ni el espíritu tampoco
¿Cómo se va a sacrificar la palabra del surco si no tiene corazón?

Permítanme señoras de la memoria y señores de la historia
Con permiso señoritos de la academia
Con permiso maestros del diezmo

Ustedes saben que al final, uno trata de escribir el mejor poema
El más amoroso y dulce
El más indígena e indigenuo
Digno del beso de la Inquisición
Hay dos escuelas que son uno mismo y me dicen que mis códices están muertos
Los holandeses y los gringos
Ah, el imperio del secuestro

No saben, no saben, que las palabras del surco no tiene patria ni familia ni hijos
como tampoco existen los indígenas ni mixtecos
¿Entonces? Hermanas y hermanos, no hay visión cuando no existen los vencidos


* Discurso en la recepción del Premio Nezahualcóyotl 2012. Agrego una Palabra del surco.


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