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Periódico de Poesía Hospital de Cardiología
Pedro Guzmán
El Tucán de Virginia
México, 2006
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HOSPITAL DE CARDIOLOGÍA 

 

Por José Luis Bobadilla

Con ligeras modificaciones desde su aparición en la revista el Poeta y su trabajo  en su primer número (Otoño, 2000), se publica ahora como un libro, en Ediciones El Tucán de Virginia, este poema singular dentro del ámbito de la poesía mexicana. Esta singularidad deriva entre otras cosas de su filiación profunda con la poesía norteamericana —con cierto despliegue narrativo practicado por George Oppen—, por el ceñimiento a la poética de William Carlos Williams enunciada mediante su conocida línea de Paterson, “no ideas salvo en las cosas”. Pero también es distinto por su extensión larga y sostenida, por su articulación en apariencia sencilla, por sus modos directos, es decir, su sintaxis regular, sus imágenes inmediatas, su lenguaje coloquial…

        Si tomara una fotografía de este puente vacío,
        ¿conseguiría retratar mi introspección?
        Decir: “El puente no está vacío.
        Es la mirada la que lo llena”.


Probablemente lo único impreciso en el poema es la emoción que busca reconocerse. Pedro Guzmán describe un lugar físico bien acotado —el conocido Hospital de Cardiología de la Ciudad de México—, se mueve dentro de éste, y de alguna manera el recorrido sucede y opera al mismo tiempo en su interior, de tal modo, que consigue aproximarse a un estado particular del ser. Este estado es uno que fluye, tanto como la forma en que el poema se organiza. Todo esto a pesar de que quien hace el recorrido, en realidad espera la probable noticia de una muerte, nada fuera de lo ordinario en un hospital. La deriva, el proceso, funciona como forma. El poema no debe interpretarse porque lo que desarrolla es una experiencia, hace el recorrido de una experiencia, y como tal, avanza sin destino preciso. Todo lo anterior ocurre ante nuestros ojos, esto es lo grandioso del poema, con cada línea que dejamos atrás. Leer es caminar y caminar —no es una redundancia solamente, no en este poema—, es caminar… La resolución final, parece fácil, y sin embargo, implica la densidad de una sabiduría, de unas líneas lentamente acumuladas:

        la forma del secreto es el misterio revelado,
         es orgánica, eres tú mismo. Cuerpo es salud
.

Todo cabe en el Hospital de Cardiología, porque galletas, infancia, filosofía, presente, enfermedad, palabras, son una sola cosa con uno mismo. Con nuestros cambios permanentes. El mundo no es otro que el que se filtra a través de los sentidos. No hay realidad –nos dice Guzmán– que no pase por el cuerpo, y más vale que empecemos a otorgarle a éste, algo más de atención. Esto también es la poesía.

 


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