No. 92 / Septiembre 2016


¿Por qué y para qué escribir poesía?


Noé Jitrik

¿Por qué podría yo responder a preguntas no solo inquietantes sino dotadas de una eternidad sin sobresaltos? Solo porque tú lo crees, de modo que todo es objeto de interpretación, la noción misma de realidad es objeto de interpretación, y no siempre es muy buena, al menos las mías. De modo que, por ejercitarme nomás en una noche de una primavera que no se decide del todo
a serlo, intentaré darte el gusto, con la presunción de que mi respuesta no añadirá nada a tan grave asunto. Va la primera:

¿Por qué?
Ante todo vaya uno a saber pero, después, porque, en raptos de fantasía algunos, muchos, yo mismo, quieren ingresar mediante la escritura a un mundo que exaltan, o que se exalta, el maravilloso mundo de la literatura, y que depararía un encuentro consigo mismo de un orden superior y exquisito.

Va la segunda: ¿Para qué?
Otra vez ante todo, para no sumar la propia inercia al trasto de los actos vacíos pero, luego, para comprender algo más por una vía dilatada y riesgosa: comprenderse a sí mismo y comprender lo que está afuera y, por fin, comprender en qué consiste el acto de escribir. Para otros se trata de destruir un mundo perverso y reconstruir idealmente uno mejor o, más modestamente, para echar una luz, que se quiere refulgente, sobre un mundo perverso. No sé si pretendo tanto.

Tuyo, N.