No. 95 / Diciembre 2016 - Enero 2017



Festival Internacional de Poesía de la Ciudad de México 2016
Desde un lugar entre el público asistente



Por Emma Julieta Barreiro


El V Festival Internacional de Poesía de la Ciudad de México se realizó durante tres días a la par de la Feria Internacional del Libro del Zócalo y contó con más de 30 poetas de diversos países como China, Cuba, Argentina, España, El Salvador, Luxemburgo, Brasil, Perú, Japón y México. Se llevaron a cabo lecturas, mesas redondas y de discusión con poetas de diversos países como Yan Li, de China; Yutaka Hosono y Kiwao Nomura, de Japón; Karel Leyva y Odette Alonso, de Cuba; Fernanda de Broussais, de Argentina; Eliane Potiguara, de Brasil; Carlos Angulo Rivas, de Perú, y Jean Portante, de Luxemburgo. De México se contó con la presencia de la poeta mixteca Celerina Sánchez, Víctor Baca, Enrique González Rojo, Baudelio Camarillo, Iliana Godoy, y Jorge Contreras, entre otros. Los escenarios fueron diversos e incluyeron El Foro Gonzalo Rojas, dentro de la Feria Internacional del Libro del Zócalo escenario principal para el encuentro, además de puntos como el Café Literario Tomás Segovia, el Foro Elena Garro, el Museo del Estanquillo, la Carpa Geodésica y la Biblioteca Vasconcelos.

Por circunstancias personales vivir muy al sur de la Ciudad de México, (Xochimilco) donde estos eventos no se dan, y por el poco tiempo que mis deberes labores y familiares me permiten dedicar a “respirar otros aires”, debo confesar que mi asistencia a festivales de poesía no es frecuente. En gran parte debido a un proyecto de traducción actual, acudí esta vez a algunas de las lecturas en el Estanquillo y el Foro Gonzalo Rojas, pero me perdí de las sesiones en la Biblioteca Vasconcelos, a donde tanto interés tenía de asistir para adquirir un panorama más completo del cuadro polifacético de los foros donde se lleva a cabo este festival, un aspecto de su dimensión arquitectónica espacial que produce un tipo especial de interacción entre los poetas, su poesía y su público en la Ciudad de México.

Acostumbrada a la lectura de poesía en un ámbito personal, académico o laboral (en el rubro de traducción), me gustaría compartir aquí un poco de mi experiencia como público asistente al ficpcm. La siempre memorable vivencia de escuchar la diversidad de las voces de los propios poetas participantes —su intensidad, contraste, musicalidad—, en el español original o en traducción y, en casos correspondientes, en sus lenguas originales, es una de las muchas formas en que este tipo de eventos permite al público general acercarse a la poesía para conocerla, degustarla, apreciarla y disfrutarla. Este acercamiento aviva el interés del que casualmente se acerca a escuchar la lectura de los poetas a su paso por los innumerables stands de la Feria Internacional del Libro del Zócalo, mientras que en otros foros menos multitudinarios, como el Museo del Estanquillo, se da la oportunidad de un acercamiento poco inusual entre los poetas y un auditorio con mayor experiencia o interés específico en este género literario.

Precisamente desde mi asiento entre el público observé que la interacción de los poetas con el público es un rasgo sobresaliente en el ficpcm y que ésta a veces se daba en forma natural, y otras veces era incentivada por la entusiasta presentación o moderación del organizador Manuel Cuautle, entre otros participantes. Otra de las riquezas que me ha otorgado el asistir a esta edición del ficpcm, es la de entablar contacto con los poetas para publicar en este medio su obra. De Odette Alonso, poeta cubana radicada en México, les comparto su poema “La mordida de cronos”:


La mordida de cronos

Quién lo iba a predecir entonces
el sol al rojo vivo sobre el hombro
cuatro gotas de azufre marcando el rosetón.
Quién lo iba a predecir
el aire dividido de un sablazo
un hálito fatal
un gesto que los años han borrado.
Yo no podría
ahora
estar tan cerca
despertar con el ojo en otro ojo
una voluta perdida entre los labios
la palabra no dicha.
Yo no podría
no
yo no sabría
poner mi dedo sobre la herida mustia
y fingir que no duele
y sonreír
y dormir cada noche
como un ángel caído
al que han vaciado el alma.

 

Y del poeta Jean Portante de Luxemburgo, he aquí la traducción al español de un poema suyo, originalmente escrito en francés:

Qué queda de la sombra cuando ya nada está
en su sitio. Acaso lucha contra sí misma como un mar
inexperimentado sobre el que no se mueve
ningún navío. A dónde irán a romperse las olas
en el momento del reposo.
O acaso es como un Ícaro
la sombra —muy cerca de un sol que toma su impulso
no para caer sino para escribir la última página
de la felicidad que ningún destino le prometió.
Allá arriba está sin cesar elevándose y lo que cae
no es más que su sombra que se aleja alejándose
se aleja igualmente del mar —el mar sobre el que
ningún navío se mueve. Y ya nada está en su sitio.
Y ya ningún Ícaro está en camino. Hay solo
un migrante allá arriba que contra sí mismo lucha.

Y para finalizar esta nota agrego que una traducción al español de un poema del poeta japonés Kiwao Nomura, que se publicó en el número pasado del Periódico de Poesía, fue gracias a la conversación que tuve con él y su esposa, Mariko Nomura, después de una de las lecturas del fipcm. Y ya esperamos, entre otras colaboraciones, una muestra de los poemas y traducciones del poeta y traductor Yutaka Hosono, también japonés, para compartirlos con ustedes en nuestros próximos números. Vale mucho la pena respirar otros aires y asistir a festivales como el fipcm para poder continuar entretejiendo aquí y allá lazos entre poetas, público y lectores y enriqueciendo el oído, el ojo, la mente y el alma con poesía en espacios más allá de lo cotidiano.

Jean Portante, La reinvención del olvido. Antología personal, traducción de Jorge Miravalles y Víctor Rodríguez Núñez, Ciudad de México, La Otra (Colección Temblor del Cielo), 2013.