No. 98 / Abril 2017


Poesía en Tiempo de Guerra

 

 Las batallas de la poesía rusa de entreguerras
o la pátina sobre la plata



Por Diego Ibáñez




"¿De qué te quejas? La poesía solamente se respeta aquí, aquí por ella matan. En ningún otro lugar asesinan debido a la poesía." Ósip Mandelshtam (1891-1938) da cuenta así de la intensidad con la que se vivía la poesía en la Unión Soviética. Además de haberse situado en las trincheras de las dos guerras mundiales y en su revolución, la poesía rusa-soviética combatió también contra la brutalidad de la censura estalinista. Simbolismo, Acmeísmo, Futurismo y otras poéticas individuales surgieron en las primeras tres décadas del siglo XX, antes del auge de las purgas del dictador georgiano. En 1917, el Imperio Ruso fue debilitado por las derrotas en la Gran Guerra y tras la Revolución de Febrero sucumbió. Los combates entre la Guardia Blanca y el Ejército Rojo iniciaron uno de los más grandes movimientos sociales del siglo XX.

Al adentrarse en la historia de la poesía rusa, uno podría casi asegurar que las disputas poéticas se adelantaron a las políticas. La llamada Edad de Plata de la poesía rusa nació a partir de la proliferación de diversas corrientes poéticas tan disímiles como las ideas de Blancos y Rojos. Los simbolistas, herederos de la tradición francesa del fin de siècle, se inclinaban por una poesía compuesta de imágenes oscuras con tintes místicos ligados a la tradición ortodoxa. Los acmeístas, muchas veces partícipes del Ejército Blanco, se decantaban por una poesía de corte clásico, con un ritmo fluido e imágenes transparentes. En cambio, los futuristas veían la revolución con optimismo. Con la agresividad y la búsqueda de innovación características de las vanguardias, los futuristas rusos rechazaron tajantemente la tradición del arte burgués del siglo XIX. Sin embargo, el régimen soviético no simpatizaba del todo con esta poética "poco accesible" para el proletariado.

Con el paso del tiempo, estas corrientes se ramificaron, se desvanecieron o interactuaron unas con otras; dando paso a poéticas más particulares o a giros radicales en la estética de algunos poetas. La fe en el proyecto soviético, la añoranza de la Rusia del pasado o el conflicto del individuo ante la historia se volvieron tópicos comunes entre los poetas de estos tiempos. La poesía comprometida y el realismo socialista eran laureados, pero las voces de los poetas no alineados con esta literatura que glorificaba al proletariado se mantenían más o menos a flote, más o menos por debajo del agua. Aunque el discurso oficialista pretendía oxidar la fuerza de la poesía rusa, ésta encontró en las publicaciones clandestinas y en la memoria de los lectores algunos mecanismos de supervivencia. Deportados al gulag, suicidas o exiliados, las vidas de los poetas de la primera mitad del siglo XX no fueron las más sencillas. En la Unión Soviética un verso era causa suficiente para matar a alguien, pero su fuerza era tal que ni la censura ni las guerras pudieron silenciar la poesía.

 


Traducción de Poesía en Tiempo de Guerra

Ósip Emílievich Mandelshtam, traducciones de Diego Ibáñez