Ósip Emílievich Mandelshtam

No. 98 / Abril 2017


 Ósip Emílievich Mandelshtam

(1891-1938)

Traducción de Diego Ibáñez



Iniciamos esta nueva serie de “Poesía de Trincheras” con poesía rusa de la Primera Guerra Mundial de Ósip Emílievich Mandelshtam (1891-1938), quien fue un poeta ruso de origen judío y miembro clave del movimiento acmeísta, una escuela de tendencia clasicista que buscaba la claridad en la poesía. Sin embargo, paradójicamente, buena parte de sus escritos podrían considerarse oscuros y herméticos. En 1933, escribió un Epigrama a Stalin, lo que le valió una persecución política que acabaría con su vida en 1938.  Su obra muestra la intensidad de la poesía rusa de trincheras y algunos aspectos de las batallas formales y temáticas que abordó.




Век

Век мой, зверь мой, кто сумеет
Заглянуть в твои зрачки
И своею кровью склеит
Двух столетий позвонки?

Кровь-строительница хлещет
Горлом из земных вещей,
Захребетник лишь трепещет
На пороге новых дней.

Тварь, покуда жизнь хватает,
Донести хребет должна,
И невидимым играет
Позвоночником волна.

Словно нежный хрящ ребенка,
Век младенческой земли.
Снова в жертву, как ягненка,
Темя жизни принесли.

Чтобы вырвать век из плена,
Чтобы новый мир начать,
Узловатых дней колена
Нужно флейтою связать.

Это век волну колышет
Человеческой тоской,
И в траве гадюка дышит
Мерой века золотой.

И еще набухнут почки,
Брызнет зелени побег,
Но разбит твой позвоночник,
Мой прекрасный жалкий век!

И с бессмысленной улыбкой
Вспять глядишь, жесток и слаб,
Словно зверь, когда-то гибкий,
На следы своих же лап.

Кровь-строительница хлещет
Горлом из земных вещей
И горячей рыбой плещет 
В берег теплый хрящ морей.

И с высокой сетки птичьей,
От лазурных влажных глыб
Льется, льется безразличье
На смертельный твой ушиб.



El Siglo

Siglo mío, fiera mía, ¿quién podrá
contemplar en tus pupilas
 y pegar con sangre propia
las vértebras de dos centurias?

Chorrea sangre-constructora
de los objetos terrenales
sólo el zángano estremece 
ante el umbral del porvenir.

Mientras la criatura viva,
con la espina ha de cargar.
Y con la invisible columna
vertebral una ola juega.

Tierno cartílago de niño,
la era infantil de la tierra.
Otra vez, cordero al sacrificio,
se ofrece el cráneo de la vida. 

Para liberar al siglo del cautiverio,
para comenzar un nuevo mundo,
las rodillas de días anudados
con una flauta se han de unir. 

Es el siglo que agita la ola
de las penas de los hombres, 
y en la hierba silba una serpiente 
la talla dorada del siglo.

Florecerán de nuevo los retoños
y brotará también la hierba
pero se romperá tu columna,
¡mi bello y lamentable siglo!

Y sonriendo sin sentido
miras de espalda, cruel y débil,
como fiera, antaño ágil,
las huellas de tus propios pasos.

Chorrea sangre-constructora
de los objetos terrenales
y salpica, pez ardiente,
el cartílago a la orilla del mar.

Desde las altas jaulas de las aves
hasta la profundidad azul
se vierte indiferencia
hacia tu herida mortal.


“Las batallas de la poesía rusa de entreguerras o la pátina sobre la plata”, por Diego Ibáñez

Traducción de Poesía en Tiempo de Guerra