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No. 98 / Abril 2017


Eleonora González Capria
(Buenos Aires, 1983)


Este pan


A los pies de la cama
hay un pájaro tibio
todavía latiendo.
No me muevo por miedo.
Está a mitad de sangre y de saliva
las alas y las plumas
y el pico apenas.
Es frágil el corazón de los pájaros,
pero trata de no morirse mientras miro.
Las alas y las plumas
y el pico apenas
y después además un ojo.
Sé bien que es una ofrenda
esa vida que duda ahí tirada,
que solamente para mí mordieron esa carne
antes entera.

Mi gata al fondo de la escena en el pasillo
se lava clara igual que siempre.



El zorro

Me dijo andá a la sombra, dormí
tranquila, pero dejó dos ojos
que me picaban sobre la piel
hasta en los sueños.
Sobre las zarzas y los espinos,
por las orugas y las arañas,
era una lana mal tejida.
Esa fue la siesta de las uvas.
Vigilaba la sed y el hambre
en puntas de pie entre las parras.