No. 100 / Junio 2017


ESPEJUELOS


 


Antonio Rivero Taravillo

 


En la dilatada extensión de nuestra patria literaria (es decir, el idioma), el Periódico de Poesía de la UNAM ha hecho lo que es más necesario: reunir voces de nuestros diferentes países y unirlas a las mejores de los que escriben en otros idiomas, mediante cuidadas traducciones. México ha sido país de acogida para muchos autores extraordinarios que van de los españoles de la Generación del 27 Cernuda, Prados o Altolaguirre al colombiano García Márquez, pasando por el guatemalteco Monterroso o el chileno Bolaño. Que desde el Periódico de Poesía se continúe con esa labor de acogida, aunque no concurran circunstancias de exilio, es una muestra más de la hospitalidad de los mexicanos. Que, además, se haga desde una publicación digital y con acceso libre desde cualquier lugar del planeta, lo más útil para que circulen las palabras, los versos y reversos aunque por la diferencia de los husos horarios a veces los acentos de un endecasílabo, según donde se lea, en vez de ir en la sexta o en la cuarta y octava recaigan en la menos uno o en la menos tres y en la primera, o se encabalguen, perdido el cómputo, en la noche de otro paralelo, formas fantasmagóricas –como acaso sea toda poesía– de la prosodia geográfica.