No. 102 / Septiembre 2017


Diego Espíritu


murió Ashbery tras la incertidumbre de la experiencia de la experiencia: “no tengo ni idea de qué habla mi poesía” dijo y cerró el libro; luego Stevens Wallace, claro: “La poesía es un faisán desapareciendo en la maleza”: ¿a dónde van los poemas cuando muere quien los firma? 

Responder es poner un pie en la trampa de una carcajada filosa, Parra con una declaración de guerra: “Ya no me queda nada por decir / Todo lo que tenía que decir / Ha sido dicho no sé cuántas veces.” Es BoJack quien lee esto mientras lo tecleo

apunto luego nuestras canciones están vivas en la tierra de los vivos antes de seguir. Esto, del speech de Bob Dylan, causó una grieta en el polvo, los bustos elongaron aún más sus arrugas y unas pocas barbas blancas festejaron con el gallinero sin cabeza:

que si Homero volvió en forma de proclama de tres acordes, que si la academia reload ahora por fin mira las formas chuecas de la literatura. Pocas veces un nobel desgarró tanto las vestiduras: nada como el highway 61 revisited al borde de la locura eléctrica ante estos cismas preguntemos qué con la poesía: la trans, multi, inter disciplina ¿el quehacer poético inherente a un prefijo? Expandir el poema extenderlo siempre desde un horizonte previo: explota el gif en la cabeza de quien mezcla además en abbleton, línea tras línea un remix en código de la estela gris de la avioneta de Zurita; 

lo que hizo Turing ¿no lo había estado haciendo de alguna forma Shakespeare en cada abab cdcd efef gg que estructuraba? No hay maldad en mi duda: pienso en la pequeña cosmogonía práctica de Juan Luis Martínez, en los dados de Mallarmé como presagio del typewriter drawing de Houédard, en las apropiaciones estridentistas de Marinetti: el germen infecta cada esquina en apariencia impoluta del poema.

La fractura siempre estuvo ahí: para dar el salto la fe empuja y yo creo en las grietas. Claro habría que remitirse a las genealogías literarias más sesudas de la historia de la historia: comprobar que en efecto a Dante lo poseía un entumecimiento de la lengua: el dolce stil novo como profanación vernácula;

o bien, que el Fedón no es lo mismo que el Sofista y mucho menos que el Gorgias: la constante platónica es que el argumento muta, así como el estilo a la par de la sustancia. Y si la grieta constante fuera cierta ¿qué habría de hacer una crítica de los agujeros y brechas?

Historiar el recorrido de la(s) abertura(s) sería para mí meta de quien mastica rumia la poesía. ¿A qué me refiero? Si es verdad lo poroso como supuesto, es decir, que la poesía no ha sido Una ni tampoco firme, que la misma periferia en su traslación rugosa por las capas del canon alebresta el cimiento 

(lenguaje que no calza en hemistiquios y períodos “naturales”: ritmo coltrane / milesdavis en la versura), entonces ¿vale pensar los espacios del caligrama tan valiosos como una palabra-unidad (no morfema)? O bien ¿el sampleo textual de las coplas de Manrique que hace Carrión en Textos y poemas es tan válido, tal vez, como lo mismo que apropia?

Pienso que al pensar (lo poético no como ente metafísico desprovisto de un algo, sino como poema uno a uno), se haga desde este horizonte crítico: el contrapunto de la fractura que cataliza el flujo del corpus de la alta cultura literaria: 

Rick & Morty parafraseando en LSD a Cronenberg y Lovecraft para explicar la M theory o Don Draper recitando a O´Hara; la referencialidad (pop), además del quiebre de formas, también como elemento de fisura, registro conversacional en el argot ¿chicano?, remix techno del m.A.A.d city de Kendrick Lamar o del Yeezus de Kanye

o ¿podría alguien afirmar que el freestyle de Whitman no habría sonado bien sobre una base producida por N.W.A. en Compton? Yo así pienso por lo menos al escuchar a Paz haciendo, a través del soundcloud de Benjamín Moreno, un cover a los tigres del norte.

No es que La Poesía haya sido machucada por los millennials y su conectividad elusiva, si no que la irrupción de lo anormal es más bien una constante de la poiesis: el poema como un clavo oxidado colgando de una esquina bien pulida
y tras el recorrer de las yemas por lo roto que astilla los dedos

¿qué idea entonces debería coagular de tanto pensar el poema? Ninguna poética de variables ocultas podría reproducir todas las predicciones de la Poesía