No. 103 / Octubre 2017



Leonardo Fróes


Leitora

Tão leve no seu vestido estampado,
solto e com uma alça caída, 
sentada embaixo de uma árvore
em cuja sombra o sol penetra
com finas riscas langorosas,
a mulher lendo, emparedada pelo livro
que tem nas mãos,
nem demonstra sentir na pele doce
a chuva ou saraivada de insetos
que a percorre, caindo em linha reta
da árvore espaçosa, e pousa
nos seus ombros nus, nos braços
e no cabelo sedoso,
para adornar-lhe o corpo pensativo
como joias raras,
como broches vivos.



Lectora

Tan ligera en su vestido estampado,
suelto y con un tirante caído,
sentada bajo un árbol
en cuya sombra el sol penetra
con finos trazos lánguidos,
la mujer leyendo, emparedada por el libro
que tiene en las manos,
no muestra ni sentir en su piel dulce
la lluvia o granizada de insectos
que la recorre, cayendo en línea recta
del árbol espacioso, y se posa
en sus hombros desnudos, en sus brazos
y en su pelo sedoso,
para adornarle el cuerpo pensativo
como joyas raras,
como broches vivos.



O império das formigas


O império das formigas. A vaca
olha de longe o efêmero passante.
Os passarinhos atravessam
a estrada estreita, quieta e sinuosa
que segue o rio pelo vale.
O silêncio aglutina as criaturas
e os menores ruídos.
Vê-se a proliferação das espécies
Nos menores meandros.
Mundos inimagináveis se criam.
Mundos desaparecem
nas bocadas da vaca no capim generoso.



El imperio de las hormigas

El imperio de las hormigas. La vaca
mira de lejos al efímero transeúnte.
Los pajarillos cruzan
la carretera estrecha, tranquila y sinuosa
que acompaña al río por el valle.
El silencio aglutina las criaturas
y los mínimos sonidos.
Se ve la proliferación de las especies
en los mínimos meandros.
Mundos inimaginables se crean.
Mundos desaparecen
en los morros de la vaca en la hierba generosa.



Despovoação da pessoa

Tudo que havia contribuído
para forjar, no tempo, uma pessoa,
tentando dar coerência
à sua instabilidade crônica,

tudo que, medido e marcado,
era um acréscimo de regulação
para o funcionamento ordinário
–nome, renome, cadastro etc.–

foi de repente estilhaçado
e, como cacos de vento

no caminho incerto e novo,
nada do que a fazia persiste

na sensação de liberdade
que esta pessoa de perfil nulo conquista,

ou melhor, conhece, atravessada
por lufadas de pó.



Despoblamiento de la persona

Todo lo que había contribuido
para forjar, en el tiempo, una persona,
intentando dar coherencia
a su inestabilidad crónica,
todo lo que, medido y marcado,
era un añadido de regulación
para el funcionamiento ordinario
–nombre, renombre, registro, etc.–
se astilló de pronto
y, como trozos de viento
en el camino incierto y nuevo,
nada de lo que que la hacía persiste
en la sensación de libertad
que esta persona de perfil nulo conquista,
o mejor, conoce, atravesada
por ráfagas de polvo.



Urvento

Pois o vento ventava como aquilo que o vento faz quando venta. Aquela orquestra de barulhos [...] Eles, os deuses, soprando juntos com as bochechas vermelhas, como se fossem anjos do deserto, ases do fogo. Em plena seca (mas um dia ainda chove!) as sementes voavam nas suas asas sedosas se acamando na terra. As flores secas trabalhando e florindo. [...] O vento no bambuzal varre o mundo. Seus gestos no capinzal unânime que se sacode e dobra como uma onda. Sua massa momentânea numa travessia conjunta. Suas lufadas na noite enluarada para invadir os gabinetes e atirar nos tapetes os papéis arquivados, os apontamentos anêmicos, secos, desgastados. Ah, esses oboés do vento, ah suas velas desfraldadas ao vento, como se aquela noite tão bonita. Comigo dentro, e você tão perto, fosse uma arca-de-noé ao relento, sob os cavalos e os rebentos do vento, suas invisíveis galeras, suas imprevisíveis patadas!



Urviento

Pues el viento ventaba como lo que el viento hace cuando venta. Esa orquesta de ruidos [...] Ellos, los dioses, soplando juntos con las mejillas rojas, como si fueran ángeles del desierto, ases del fuego. En plena sequía (¡pero un día de estos va a llover!) las semillas volaban en sus alas sedosas acamándose en la tierra. Las flores secas trabajando y floreciendo. [...] El viento en la mata de bambúes barre el mundo. Sus gestos en el pastizal unánime que se sacude y dobla como una ola. Su masa momentánea en una travesía conjunta. Sus ráfagas en la noche de luna para penetrar en los despachos y arrojar a los tapetes los papeles archivados, las notas anémicas, secas, desgastadas. Ah, esos oboes del viento, ah sus velas desplegadas al viento, ah, como si aquella noche tan hermosa. Conmigo dentro, y contigo tan cerca, fuera un arca de Noé al relente, bajo los caballos y los retoños del viento, sus invisibles galeras, ¡sus imprevisibles patadas!



Dia de dilúvio

Quando chove assim tão seguidamente na serra
e começa pingar água na casa e a goteira
cresce e a pia entope e alaga o chão,
quando não cessa esse barulho insistente
de água penetrando em tudo e rolando,
sinto uma desproteção total e violenta
e eu mesmo sendo dissolvido também
nessa casa alagada, não me acho
enquanto solidez: vou flutuando
como onda inconstante na corrente.



Día de diluvio

Cuando llueve así tan enseguida en la sierra

y empieza a gotear agua en la casa y la gotera
crece y el fregadero se tapa y se encharca el suelo
cuando no cesa ese ruido insistente
de agua penetrando en todo y rodando,
siento una desprotección total y violenta
y yo mismo al disolverme también
en esa casa inundada, no me hallo
en tanto solidez: voy flotando
como ola inconstante en la corriente.



Chamas de mesa 

há uma grande variedade de fósforos

 Queluz, Missões, Ypiranga–
na confusão organizada da mesa
em que trabalho há vários anos;
a luz entra por onde não sai um beija-flor.
Há lenços sujos, a lanterna amarela, uma ampulheta e um copo.
A quantidade de caixinhas de fósforos realmente me espanta
de eu ser de certo modo o ter abrido elas todas
sem me notar no movimento da pequena chama de cada
do qual eu participo ao riscar.
No tampo volátil dessa mesa há uma dureza encantada
que apenas me garante a presença, seus pressentimentos gratuitos,
o instante de tocar uma coisa ou de limpar o nariz.
Alguns gestos são feitos sem retrato aqui
mas existe no tampo a marca da memória marmórea.
Ela é uma grande mesa-balsa e por isso
pode também perfeitamente zarpar com seus pés de armar.



Llamas de mesa

hay una gran cantidad de cerillos

–Queluz, Missões, Ypiranga–
en la confusión organizada de la mesa
en que trabajo desde hace varios años;
la luz entra por donde no sale un colibrí.
Hay pañuelos sucios, una linterna amarilla, una ampolleta y un vaso.
La cantidad de cajitas de cerillos realmente me asombra
que yo de cierto modo haya abierto todas ellas
en el movimiento de la pequeña llama de cada uno
de lo cual yo participo al prender.
En la cubierta volátil de esta mesa hay una dureza encantada
que sólo me asegura la presencia, sus presentimientos gratuitos,
el instante de tocar una cosa o de limpiarme la nariz.
Algunos gestos se hacen sin retrato aquí
pero existe en la cubierta la marca de la memoria marmórea.
Es una gran mesa-balsa y por eso
puede también perfectamente zarpar con sus pies desarmables.


Criticón: La naturaleza como retorno y extravío en la poesía brasileña contemporánea, Celia Pedrosa