No. 105 / Diciembre 2017 - Enero 2018
US Latino Poets



Emmy Pérez


Xanath Caraza
Copatrocinado por el Smithsonian Latino Virtual Museum



Emmy Pérez es una poeta chicana y narradora de Santa Ana, California. Ha vivido en la frontera entre Tejas y México, desde El Paso hasta el Valle del Río Grande donde reside actualmente desde el 2000. Tiene una maestría de Columbia University y una licenciatura de la Universidad de Southern California. Sus poemarios son With the River on Our Face y Solstice.

Pérez recibió la beca de 2017 en poesía por el National Endowment for the Arts. En años previos fue acreedora de becas por CantoMundo, la New York Foundation for the Arts, el Fine Arts Work Center en Provincetown, la colonia MacDowell, la Ucross Foundation y el Atlantic Center for the Arts. También recibió el premio Alfredo Cisneros del Moral por su poesía y el premio James D. Phelan por su prosa. Desde 2008 ha sido miembro del taller de escritores Macondo, fundado por Sandra Cisneros para escritores involucrados en el cambio social.

La poesía de Pérez es fluida como el agua de los ríos que han estado presentes en su vida. Principalmente el Río Grande flanqueado por dos países, dos voces que cantan al unísono, lloran las deportaciones y separaciones de familias que bombardean las noticias día a día. Le canta al valle del Río Grande con añoranza y recuerda lo que generaciones anteriores a ella ya le cantaban al valle, la nostalgia que las aves llevan entre sus alas y que libremente cruzan la frontera, y llegan hasta el otro lado, México, el que se lleva en el corazón, donde están las raíces, de donde son los abuelos, las abuelas, los ancestros.

Usa poesía concreta en muchos de sus poemas, cambios de códigos lingüísticos y cuando quiere conectar con la historia y creencias de su origen, resalta el uso del español en sus líneas. Su voz es altamente femenina, delicada sin dejar de ser asertiva, dice lo que tiene que ser dicho. A veces se manifiesta amorosamente, otras escuchamos una voz altamente religiosa que refleja las creencias de aquellos que la vieron crecer.

Para esta ocasión he seleccionado y traducido los siguientes poemas, “El valle”, “[Sin toronjas]”, “[Cada persona]”, “[Tonantzin mitocondrial]” y “Laguna madre”.



El valle


¿Qué imperativo llama a las oropéndolas

de Altamira a abandonar todas juntas los nidos

que se expanden como gotas de lluvia

entrelazados en los almeces americanos?

La punta de Tejas es un nido de

oropéndolas que se mueve en espiral

hasta México como una galaxia.



[Sin toronjas]

Sin toronjas

este año de sequía.

Las cremosas

flores llegan

   tarde, no hay fruta

  como una estación perdida.

 

   Blanca como la membrana

que una vez rasgamos

   con secciones rebosantes

      desde la cáscara.

Tú en una ciudad

en algún lugar escarbando

un carro congelado

por la nieve. Cama

al anochecer. Guardo

  toronjas jugosas

    como guardo

mi lengua, aquí

donde es dulceamargo y

dulce.

Las regaría

     con el agua nieve

de tu invierno

  derretido si tan solo

tú también

hablaras.


[Cada persona]

Cada persona, cada sendero, cada cúmulo de corteza del mezquite es un río



[Tonantzin mitocondrial]

Tonantzin mitocondrial, reza por nosotros ahora & y en la hora

   de nuestra partida. Llena eres de tu gracia,


bendita las frutas

    de tu boca,

    mente

    y corazón.

 

Laguna madre

 

la tortuga de Tejas

abre su boca

y la lengua

del milenio

seca como una sobreviviente

vaina de ébano.