Manuel da Fonseca

No. 105 / Diciembre 2017 - Enero 2018





Manuel da Fonseca

(1911-1993)

Traducción de Álvaro Cortés Rosas

Manuel Lopes da Fonseca nació el 15 de octubre de 1911 en Santiago do Cacém, región del Alentejo portugués cuya población alcanza apenas poco más de 400 habitantes. Durante sus estudios en Lisboa, conoció a José Cardoso Pires, con quien más tarde formaría el grupo de los neorrealistas. Fue miembro del Partido Comunista Portugués (PCP), por lo cual no es extraño que su obra esté plagada de crítica social y política, sobre todo al describir la dura vida rural. Entre su obra poética destaca Rosa dos ventos (1940) y Planicie (1941). Además escribió cuento, novelas y crónicas. Murió en Lisboa el 11 de marzo de 1993.

 

Os olhos do poeta

O poeta tem olhos de água para reflectirem todas as cores do mundo,
e as formas e as proporções exactas, mesmo das coisas que desconhecem.
Em seu olhar estão as distâncias sem mistério que há entre as estrelas,
e estão as estrelas luzindo na penumbra dos bairros da miséria,
com as silhuetas escuras dos meninos vadios esguedelhados ao vento.
Em seu olhar estão as neves eternas dos Himalaias vencidos
e as rugas maceradas das mães que perderam os filhos na luta entre as pátrias
e o movimento ululante das cidades marítimas onde se falam todas as línguas da Terra
e o gesto desolado dos homens que voltam ao lar com as mãos vazias e calejadas
e a luz do deserto incandescente e trémula, e os gelos dos pólos, brancos, brancos,
e a sombra das pálpebras sobre o rosto das noivas que não noivaram
e os tesouros dos oceanos desvendados maravilhando como contos de fada à hora da infância
e os trapos negros das mulheres dos pescadores esvoaçando como bandeiras aflitas
e correndo pela costa de mãos jogadas prò mar amaldiçoando a tempestade:
‑ todas as cores, todas as formas do mundo se agitam nos olhos do poeta.
Do seu olhar, que é um farol erguido no alto de um promontório,
sai uma estrela voando nas trevas,
tocando de esperança o coração dos homens de todas as latitudes.
E os dias claros, inundados de vida, perdem o brilho nos olhos do poeta
que escreve poemas de revolta com tinta de sol na noite de angústia que pesa no mundo.



Los ojos del poeta

El poeta tiene ojos de agua para reflejar todos los colores del mundo
y las formas y las proporciones exactas, incluso de las cosas que desconocen.
En su mirada están las distancias sin misterio que hay entre las estrellas,
y están las estrellas brillando en la penumbra de los barrios miserables,
con las siluetas oscuras de los niños vagabundos desaliñados al viento.
En su mirada están las nieves eternas de los Himalayas vencidos
y las arrugas mortificadas de las madres que perdieron a sus hijos en la lucha entre patrias
y el movimiento aullante de las ciudades marítimas donde se hablan todas las lenguas de la Tierra
y el gesto desolado de los hombres que regresan al hogar con las manos vacías y callosas
y la luz del desierto incandescente y trémula, y los hielos de los polos, blancos, blancos,
y las sombras de los párpados sobre el rostro de las novias que no se casaron
y los tesoros de los océanos desvendados maravillando como cuentos de hadas en la infancia
y los trapos negros de las mujeres de los pescadores volando como banderas afligidas
y corriendo por la costa de manos arrojadas hacia el mar maldiciendo la tempestad:
-todos los colores, todas las formas del mundo se agitan en los ojos del poeta.
De su mirada, que es un farol erguido en lo alto de un promontorio,
sale una estrella volando en las tinieblas,
tocando con esperanza el corazón de los hombres de todas las latitudes.
Y los días claros, inundados de vida, pierden el brillo en los ojos del poeta
que escribe poemas de revuelta con tinta de sol en la noche de angustia que pesa en el mundo.

 

“Rosa dos Ventos” (1940) en Obra Poética, Lisboa, Editorial Caminho, 1984.