No. 105 / Diciembre 2017 - Enero 2018



Neutralidad y utilidad:
la poesía portuguesa frente a la Segunda Guerra Mundial




Álvaro Cortés Rosas



Mientras que en la mayoría del mundo se sopesaban las repercusiones de la Primera Guerra Mundial, las cuales darían pie a un segundo enfrentamiento bélico, en Portugal se vivía un periodo más de ese ensimismamiento que tanto ha caracterizado al país peninsular: el régimen republicano parlamentar acabó por ceder ante las tensiones políticas y sociales y, en 1926, se instauró un régimen dictatorial que, para 1933, se institucionalizó como un Estado autoritario, dirigido por António de Oliveira Salazar. Así, podría resumirse que los portugueses estuvieron ajenos a lo que políticamente fue la Segunda Guerra Mundial por atender su propia lucha (el régimen salazarista) y, por tanto, no hubo una expresión poética relevante sobre el tema.

No obstante, dentro de esa “neutralidad” política del régimen de Salazar, los artistas lusitanos siguieron su evolución y, así como en otras partes del mundo, pusieron a debate cuál era la “funcionalidad” del arte. Por un lado, había quienes empapados en los movimientos de vanguardia que se desarrollaron durante los primeros años del siglo XX en Europa clamaban por la existencia de un “arte por el arte”; por el otro, estaban los artistas que conscientes de las desigualdades sociales, el imperio de la maquina sobre el hombre y, sobre todo, las limitaciones del régimen salazarista, proponían un “arte útil”, cuyo objetivo fuera denunciar y criticar las condiciones sociopolíticas de Portugal. En esta segunda visión del arte, se puede colocar a los integrantes del movimiento neorrealista Portugués.

Caracterizado como un movimiento en el que el contenido importaba más que la forma, el neorrealismo en Portugal se caracterizó por abordar temas como la vida rural, las relaciones de poder e historias en las que las acciones no podían ser comprendidas fuera del contexto económico y social. Esto bajo una estética propia del realismo de finales del siglo XIX, en el que los personajes estaban determinados por su entorno, lo cual significaba la decadencia de ciertas clases sociales. Sin embargo, algo que diferencia al segundo realismo portugués es la consideración de que el hombre es un ser en la historia y, como tal, tiene la capacidad de transformar al mundo. En suma, dentro del neorrealismo el autor estaba al servicio de la sociedad, tal como puede apreciarse en los versos de Sidónio Muralha y Manuel da Fonseca, poetas que en muchos de sus trabajos expresan de una forma simple y directa aquello que consiguieron apreciar del entorno portugués. Los poemas seleccionados son críticos, testimoniales, esperanzadores y hasta pueden considerarse como un tipo de manifiesto del neorrealismo portugués, pues a través de ellos se aprecia mucho de lo que esta corriente fue en sus inicios.