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No. 107 / Marzo 2018

Dánivir Kent
(Guadalajara, Jalisco, 1987)



Vengo del musgo perdido
antiguo recubrimiento de las piedras.
Lo común: no una mancha tupida
lo poco o mucho que se llevan las hormigas.
De la savia secreta del follaje
nada queda –escuché
–el polvo disperso del Sahara fertiliza aún
la selva del Amazonas. Sentí
en el vientre caliente de un perro
los últimos golpes de un corazón extinto.
Entre un árbol y otro árbol
no hay más que distancia.
Pero las conversaciones más discretas ocurren
a ras de la memoria.

 

*

 

El lugar anterior a la vida es un magma traslúcido.
Contiene
como la cera vaciada
su doble evanescente.
Por ello
la costumbre de sepultar la placenta
como si se tratara de un difunto.
Con cada latido que damos
se agita otro al interior del mundo.
Hay buitres que entierran sus huevos
en la ceniza de un volcán extinto,
para que el vientre caliente de la tierra
incube
los frutos emplumados de la muerte.