Niño mirando el tiempo
Coral Bracho (de Huellas de luz)
Todo espacio es esplendor, es amplitud
para la luz que lo contempla. Sílice
umbral, reflejo suave y envolvente, el tiempo:
Lascas soleadas, ensombrecidas
por gozosas texturas. Planos de líquida
quietud.
Estancias hondas, refulgentes, que acogen con una alegre
fugacidad. Refugio
cálido
y envolvente, el tiempo
se abre y se extiende, encendido, jovial,
ante los ojos deslumbrantes del niño.
Los neumáticos III
Juan Martínez
Más lejanos de las estrellas
y más cercanos del ojo,
vamos con paso lento hacia las sombras
un constante caldero de esencias impuras
reverbera al oído;
el aleteo sombrío de lo inmortal
aturde los anhelos,
pero los polvos eternos se rescatan del canto
entre la bruma
y la distancia que surgen bajo el sueño;
después el pájaro suelta un canto
sobre un hacinamiento de palabras,
Y la esperanza surge
como una flor profética
renovando el aroma salobre de la tierra.
Condenado
Cuahutémoc Méndez (De Peso neto)
por mí mismo,
acá ataré la sentencia:
portarse culero con los culeros;
ojete con los ojetes;
decidor, con los decidores;
gobernante, con los gobernantes…
Reducirse a unos cuantos espacios,
en unos cuantos medios,
en pocas cuartillas,
menos palabras,
economía de letras…
Hasta llegar a un simple
SÍ o NO.
¡Sí! ¡Vivo!
¡No!, ya muerto.
Pero NO
endulzaré sus oídos con mis cantos
ni a sus ¡Oh! ¡Idos!
ensalzaré con mi silencio…
Mucho menos les voy a dar el
SÍ.
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