Eugenio de Signoribus

designoribus3.jpgEugenio de Signoribus (Cupra Marittima, Ascoli Piceno, 1947). Trabajó como maestro de secundaria. Fue redactor de Marka y Verso, y fundó la revista semestral Istmi. De 1991 a 1996 fue director de la revista Hortus y desde 1997 dirige la revista de literatura y arte Quaderni della Luna. Ha publicado: Case perdute (1986), Altre educazioni (1991), Istmi e chiuse (1996), Principio del Giorno (2000), Ronda dei conversi (2005) y Poesie (2008).

Ha ganado varios premios: el Montale, el Cittadella, el Lerici, el Matacotta, el Dino Campana, el premio internacional Biella Poesia, los premios especiales Cattafi y Caproni. Poesie (1976-2007), que recoge toda su producción poética publicada hasta 2007 y algunos poemas inéditos, ganó el Premio Viareggio 2008.

En la poesía de Eugenio De Signoribus afloran tanto su experiencia personal, su cotidianidad y su vida afectiva, así como los horrores de la historia colectiva de las últimas décadas.

En sus poemas utiliza versos, “no-versos”, “casi-prosas” (según la definición del mismo poeta) y una lengua que se basa en la recuperación de una voz intíma y familiar mediados por la invención: neologismos, palabras cultas y arcaicas, términos dantescos, expresiones dialectales, combinaciones de palabras inéditas y sorprendentes, usos anómalos de palabras comunes y corrientes. En sus versos la rima tiene a menudo una función antimelódica que choca con la áspera sonoridad del vocabulario.

La de De Signoribus es una poesia que piensa por imágenes, visiones y escenas que no tienen mucho de píctorico - siendo más bien ventanas mentales, a veces oníricas y simbólicas, tanto hacia el yo como hacia el mundo exterior -, ni nada de cerebral, sino un manojo de sensaciones, una continua corriente magnética que estimula la imaginación y el pensamiento y logra materializar lo inefable y crear, según las palabras del mismo poeta, “una poesia que no sólo es memoria y melancolía, sino también presentimiento... un gran mar de emociones y percepciones, delante del cual, quien actúa de testigo, se encuentra desnudo...”.

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