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Goya Gutiérrez
(Zaragoza, 1954)


En el regreso

XI

Yo vi en su palidez aquel instante
del desprendimiento
La hora del deshielo del témpano de sal
entre sus dedos
al último calor de sus cenizas

La muerte nos ensaya en los que nos preceden
Nos muestra el valor que se escuda en el metal
nada noble su vuelo
la cuchara de sopa
La esclusa tras mis dientes el desnivel
desde el pequeño lago
de mi boca sustancia en pentagrama
de este pulso que aún vibra

Pero cómo llegar con tu palabra
a esa otra lentitud de ojos sin tierra
donde habitan las aguas sin pestañas de espumas
O a la inmensa suavidad de las dunas
que han absorbido el horizonte

Y cómo ser
Savia del árbol que aún te crece en el pecho
La mirada emboscada de belleza
que se convierte en bosque

La infinita caricia del pliegue de la mano
De la mujer guardando la memoria
De ese saber de pájaros bajo las tejas
en sus nidos de barro sobre la lluvia
           
Y cómo seguir estando aquí
Con la tenacidad de las hormigas
Junto al hielo y la nada
Frente a esa sal ardiente

que estremece tus labios

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