Transmutación

Óscar Wong

A Jaime, in memoriam
Para Julio, de la estirpe de los Sabines.

La buganvilla tiembla
ante los ojos del Poeta
y como la hoguera antigua
ante El Justo doblegada
espera la orden fulminante.
Acaricia su follaje la mirada del Poeta.

La buganvilla se estremece:
Jaime Sabines tiembla,
mira su cuerpo endeble, adormecido.

El rayo duerme en esas flores
y su mirada se adentra en las raíces
(cada vez más hoguera sus pétalos

y más savia la sangre).




La culpa la tiene la poesía
 
Eunice Solís 

A Jaime Sabines

La culpa la tiene Él  por haberse ido…
Por eso te amo a las tres de la tarde
En un domingo después de ir a la iglesia
Traicionando  a Dios y a mi madre.
 
Y entre cuatro horizontes mudos evadimos
Al tedio del lunes, martes y miércoles…
Para el jueves amarte, unos instantes si se puede,
Con la promesa de un beso hecho canción.
 
Después de todo la culpa la tiene Él…solo Él
Ahí donde esta; entre las palabra, sus versos
“Entre amargos animales, peatones y cucharadas de luna”
Nos rompen el alma desnudándonos quebrando el miedo ante el amor.
 
“Con sus amorosos” y con  su “Yo no lo sé de cierto lo supongo”
Y por eso me tienes tendida como una hoja entre tus brazos,
Aquí en este Sitio de amor…Esperando un hijo cuando te miró,
Soy el árbol que esperar que caiga la manzana madura
Del encuentro de anhelos y sueños.
 
En esté Horal  te digo: Te amo; a horas y deshoras
En la primavera del verano y el otoño de tus días por venir,
En la quietud del espíritu, en el anclaje de tu vida a mi lado.
 
En esta urgente necesidad de caricias,
Unidos en un beso largo como un río
Y dulce como un pan…
 
Entonces creó que existe la poesía y que Jaime;
Solo se fue con la “Tía Chofi” en algún crucero de oferta por Internet
O que esta jugando a las escondidas en alguna enagua de niña que solo busca poesía,
Y cuando se aburre de mirar el techo, usa a las nubes por tablero y pone por  piezas
Del ajedrez a las galaxias, satélites y estrellas.
 
Mientras se entera frente a su televisor celestial
Que los hombres hacen clonaciones y juegan a ser dioses,
Y se olvidan que la patente de la eternidad,
La tiene su  hermano, su hijo, su amigo, su padre Dios…
 
Y nos olvidándonos del amor, de lo finitos y falibles que somos
Se carcajea de lo idiotas que somos y se pone a llorar provocando
Llovizna que nos invita a  mirarnos en  un charco de la ciudad.
 
Solo pido que le recuerdes a Dios que bendiga al hombre y lo guarde del mismo hombre
De desamor que le cobija  y de la  incomunicación mortal que lo devora
Y que los amorosos no dejen de leer poesía en algún hotel.

 

Leer en ensayo "Jaime Sabines y la conciencia de dios"...