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Poetas mexicanas del siglo XIX

Por Claudia Morales


El reconocimiento de la escritura femenina no tiene que estar ligado a un movimiento feminista. Encontrar la voz del otro, lejos de verse como un fenómeno de reivindicación, debe ser una reflexión que nos revitalice. Mientras Gutiérrez Nájera, Tablada, Nervo, Rebolledo publicaban y escribían, existió también una escritura paralela poco estudiada.

La escritura femenina durante el siglo XIX en México estuvo ligada a la educación de las mujeres; las bases de la composición eran junto con las habilidades en música canto y pintura, elementos que embellecían las virtudes de las señoritas de buenas familias y costumbres. La educación en el país aunque deficiente, proveyó de espacios de escritura a las jóvenes casadas o solteras. De esta manera se fundaron diarios en los que escritores reconocidos hacían apartados especiales dedicados a la orientación espiritual de las jovencitas, para alejarlas de los malos pensamientos y sobre todo, de la deshonra.


 
 

Poetas mexicanas del siglo XIX

Por Claudia Morales

clsicos-mendez.jpgEl reconocimiento de la escritura femenina no tiene que estar ligado a un movimiento feminista. Encontrar la voz del otro, lejos de verse como un fenómeno de reivindicación, debe ser una reflexión que nos revitalice. Mientras Gutiérrez Nájera, Tablada, Nervo, Rebolledo publicaban y escribían, existió también una escritura paralela poco estudiada.

La escritura femenina durante el siglo XIX en México estuvo ligada a la educación de las mujeres; las bases de la composición eran junto con las habilidades en música canto y pintura, elementos que embellecían las virtudes de las señoritas de buenas familias y costumbres. La educación en el país aunque deficiente, proveyó de espacios de escritura a las jóvenes casadas o solteras. De esta manera se fundaron diarios en los que escritores reconocidos hacían apartados especiales dedicados a la orientación espiritual de las jovencitas, para alejarlas de los malos pensamientos y sobre todo, de la deshonra.

Pero estos espacios y las herramientas dispuestas en las manos de ciertas mujeres de por sí, inclinadas al arte y sobre todo, con una profunda necesidad de expresarse, crearon una prolífera obra abandonada hoy en archivos de hemeroteca, que comienza a ser ‘desempolvada’ por algunos investigadores, pero que está aún muy lejos de ser leída. Existen algunas antologías, como la que José María Vigil dedicó a Carmen Romero Rubío de Diaz: Poetisas mexicanas siglos XVI, XVII, XVIII Y XIX; y un estudio más reciente de Martha Robles: Escritoras en la cultura nacional

Muchas de las mujeres que escribieron en el siglo XIX sorprenden por su compromiso con la sociedad. Autoras que escriben no sólo poemas a la virgen, sino también textos que reclaman un espacio propio y sobre todo, que reflejan la necesidad de auto-reconocerse. Ningún tema se les escapa: escriben en honor de los niños héroes, en contra del Segundo Imperio, en alabanza de la defensa bélica del país. Los temas son muchos, como muchas las voces. Poemas que no sólo nos permiten reflexionar sobre el contenido, el ritmo o la forma, sino también sobre el espacio histórico y social en el que estas escritoras, --contemporáneas de autores a los que leían y admiraban--; lectoras de Bécquer y Byron, escribían y publicaban poesía, mucha de ella llena de profundas reflexiones melancólicas.

Ejemplo de esto es la poesía de Laura Méndez de Cuenca, (1885-1926) escritora y normalista mexicana:
Así te espero, humano sufrimiento.
¡Ay! ni cedes, ni menguas, ni te paras:
¡Alerta siempre y sin cesar hambriento!

[…]

¿Y esto es vivir?......En el revuelto oleaje
del mundo, ya no sé ni en lo que creo:
ven, oh dolor, mi espíritu salvaje
te espera como el buitre a Prometeo.
Otras reflexionan metafóricamente sobre la situación de las mujeres de su época, como Beatriz Carlota Portugal de Vivanco con su texto La cautiva; o de forma más literal, como es el caso de Dolores Puig de León en su poema Redención:
Hoy que la ciencia, al descorrer su manto,
rayos de luz esparce por doquier,
dejad que la mujer abra los ojos;
¡dejadla, quiere ver!

[…]

Y rasgando el cendal de su ignorancia;
vueltos los ojos al amargo ayer,
será la redención de ese pasado
su profesión de fe. 
Al hablar de la poesía femenina del siglo XIX no pretendo hablar de reivindicación de un género, pretendo hablar de poesía sin géneros. Leer y redescubrir las palabras escritas por las diferentes miradas que nos han constituido, ayuda a forjar una memoria poética que puede hacernos ver algo más dentro de nosotros mismos, y tal vez así, toparnos con las palabras que habíamos buscado para nombrar al mismo mundo muchas veces y con otros tonos.

Leer poemas de Laura Méndez de Cuenca...

Leer poemas de Beatriz Carlota Portugal de Vivanco...

Leer poemas de Dolores Puig de León...

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