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Antonio Deltoro
(Ciudad de México, 1947)


Exilio

A Salvador Albiñana

Porque las tardes dicen,
de una manera triste,
algo ambiguo,
no se puede sentir
uno nativo de estas horas,
se necesita tierra firme
para nacer y no se puede vivir
en la tierra de nadie del crepúsculo.

En el declive
las cosas
se van gastando,

después,
se deslizan
hasta amanecer,
una vez más,
sangrantes.

Las horas para nacer
están en la mañana,
yo que nací en la infancia,
las miro desde este crepúsculo.

Aún de niño
me sentía exiliado
en estas horas,
frágiles, hermosas, adoloridas;

también el amanecer
me inquietaba,
pero era ante mis ojos,
al ir aproximándose,
poco a poco,
el Bósforo de mi tierra nativa.


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