Uno viaja y cuando se cruza con un joven en el camino, su brillo y pleno vuelo se nos puede escapar en el primer encuentro. Es el caso de Viplob Pratik, poeta desde antes que lo conociera en Moscú en 1979, allá por sus 22 años. Desde entonces es todo un enamorado de la vida y de las personas; un versificador sobre la marcha que veía a los ojos, mientras declamaba con pasión sus poemas y hablaba del amor.
Aproveché la fugaz oportunidad para que me compartiera una probada de sus versos. Le pedí que me escribiera unos en nepalí y, al menos uno más, en inglés. Los conservo de su propia mano...
Viplob Patrik
Por Miguel Ángel Izquierdo
Uno viaja y cuando se cruza uno con un joven en el camino, su brillo y pleno vuelo se nos puede escapar en el primer encuentro. Es el caso de Viplob Pratik, poeta desde antes que lo conociera en Moscú en 1979, allá por sus 22 años. Desde entonces es todo un enamorado de la vida y de las personas; un versificador sobre la marcha que veía a los ojos, mientras declamaba con pasión sus poemas y hablaba del amor.
Aproveché la fugaz oportunidad para que me compartiera una probada de sus versos. Le pedí que me escribiera unos en nepalí, y al menos uno más, en inglés. Los conservo de su propia mano…
Treinta años después de haber perdido todo contacto, lo localicé por medio de un joven periodista —paisano suyo— gracias al buscador de google. Lo encontré gracias a mi necedad de revisar periódicamente dónde están y qué hacen los amigos que mucho significan en mi vida. “Sí, soy yo, el mismo”, dijo y me pidió una copia de los poemas que conservo. A cambio, me envió textos recientes que me impactaron una vez más.
Hicimos también una breve entrevista.
¿Qué significa ser un poeta en el Nepal de nuestros días?
Pienso que no sólo en Nepal sino en todo el mundo, ser un poeta es emprender un viaje de soledades. Un poeta no pertenece a ningún imperio. Los poetas tienen su propio mundo de emociones donde pueden imaginar un universo o paraíso lejano a las discriminaciones, al odio y a la duda, y cercano al amor, al respeto y a la armonía.
Pero si preguntas sobre el estatus financiero del poeta en Nepal, debo recordarte que la poesía ha sido el arte creativo menos pagado. Así que no puedes ganarte el pan escribiendo poemas en Nepal. Siempre me he opuesto a aceptar apoyo financiero u otro tipo de apoyo que venga del gobierno. En Nepal, si quieres recibir apoyo del gobierno, debes afiliarte al partido político gobernante. Temo a la fama y a los reflectores, porque te sacan del alma de la poesía. No puedo imaginar a un poeta sin el alma de la poesía. Así que estoy feliz con los pocos admiradores que tengo.
¿Has realizado traducciones de algún autor de habla castellana?
Tuve la oportunidad de traducir dos poemas de Pablo Neruda, del inglés. Uno de ellos se titula
“Puedo escribir las cosas más tristes esta noche”, el siguiente es “Estoy explicando algunas cosas”. Fueron publicadas en una revista nepalí. Los recité en ocasión del centésimo aniversario de Pablo Neruda. Fueron muy apreciados esos poemas, la magia y el poder de Neruda se reflejó en la audiencia.
Tengo entendido que cuentas con una larga experiencia como periodista.
Durante los últimos veinte años, he contribuido como periodista, como editor asistente y también como editor en un par de periódicos, semanarios y en revistas mensuales nepalíes. Para mí, el periodismo es un ideal y un observatorio de la sociedad y las personas. En mi país hay mucho potencial para el periodismo y tenemos tanto a jóvenes como a periodistas adultos, enfocados, creativos, muy trabajadores e idealistas, pero gran parte de las editoriales son muy superficiales. Eso puede ser obvio y común en todo el mundo dado que viven del negocio y no hacen servicio social.
¿Participas en algún otro esfuerzo cultural?
Con varios colegas hemos operado durante varios años, una galería de arte en Kathmandu, la capital de Nepal. Hemos realizado muchas exposiciones con la participación de artistas reconocidos nacional e internacionalmente.
¿Cuáles son los libros de poesía que has publicado?
Tengo uno, El Invencible. Es una colección de versos libres escrita entre 1982 y 1995. He editado una colección de poemas cortos del Sr. Durgalal Shresta, un eminente poeta de Nepal. He traducido un difícil y provocador libro, La Ley; escrito por Frederic Bastiat, quien aboga por la libertad individual y condena tanto al socialismo como al capitalismo. Dice: “en ambos, el sistema de gobierno se convierte en autocrático en su última fase, y en ese momento, la gente pierde su libertad individual”. He escrito también unos cien haikus y cantidad de canciones.
Cuéntanos sobre tus canciones y sus intérpretes, ¿cómo localizarlas en la red?
Las canciones son otras formas de expresarme. A veces no puedes decir algo en la manera que quisieras; debes elegir otro medio. Mis canciones han sido interpretadas por eminentes cantantes de Nepal. Han hecho con ellas algo muy hermoso y a la gente les han gustado. Una canción que escribí fue aclamada nacionalmente y ganó tres premios musicales, se llama “Har raat sapani ma aaithan hunchha”. Trata de la nostalgia, del recuerdo de las pertenencias que dejaste en tu lugar de nacimiento, en un lugar lejano. Hay muchas otras que han sido interpretadas pero no están en red. Abhaya Subba del grupo Abhaya and the Steam Injuns (de rock contemporáneo) canta una de mis últimas composiciones.
¿En qué proyectos trabajas actualmente, Viplob?
Ahora estoy haciendo una novela. Será un tributo a mi padre y a sus colegas; unos revolucionarios. Es todo un reto para mí tejer esta historia con las palabras de la época en que vivieron. La historia inicia hace unos ochenta años. Estoy fascinado con pintar un cuadro de entonces. Eso es lo que puedo decir. Prefiero que me separen de todo lo que he creado. Aún no he hecho algo que me satisfaga.