No. 44 / Noviembre 2011

 

El cuerpo siempre pierde 

Isabela Villarreal [@hiperkarma]


Que una embarazada me explique las deficiencias de mi cuerpo: si tengo antojo de carbón, ¿es que me hace falta una combustión espontánea?

Lo que entra como gripa sale como bronquitis. Lo que entra como frío sale como ecografía. La única cosa más exagerada que yo es mi cuerpo.

Bitácora del Capitán, 11:26 AM. Mi cuerpo es mi peor enemigo. Mi enemigo es mi peor cuerpo. Quiero un capuccino pero sólo me sale espuma.

La rentera viene a evaluar en cuerpo y alma el mugrero que soy.

Es lo mismo pero con las manos, como todo lo que amo.

No sé si están fallando las teclas o mis manos.

Ella sabe que las extensiones de su cuerpo son a veces más grandes que su cuerpo mismo (aunque McLuhan no se anticipaba a 600 followers).

Por un minuto pensé que, con las piernas fallando, viviría en esa ruta de camión, dando vueltas por la ciudad, en un carrusel de smog.

Se había conectado y desconectado un nivel más arriba de lo usual. No podía mover su cuerpo y peor: no recordaba su contraseña. #cuentuito

Deberíamos de usar un sistema de escritura análogo para las dos manos. Puedo ver todo el tiempo desperdiciado.

Alguien que se siente diferente: con una pierna en el aire, una nalga en el espacio, la espalda curveada, sostenida entre sus manos.

Tenemos los corazones juntos pero las piernas bien separadas.

Piernas que son como ventanas que dejan el agua pasar.

No tengo las piernas abiertas. Las tengo mal cerradas, que es diferente.

Cierro los ojos por pura concordancia: parece que amanecerá y yo viendo.

Ojos en blanco: el mismo gesto para acabar que para escribir.

Dos ojos, dos manos, dos piernas. El cuerpo está diseñado para aceptar pérdidas.

Si venimos al mundo para acabar en pedacitos en ziplocks y tupperwares, ¿por qué no nos vamos inventando unos cuerpos desechables o algo?

Una posesión ejecutiva: Dicen que el demonio entraba en su cuerpo en horario de oficina.

Qué se me hace que eso del entierro al morir es sólo otra forma de burocracia. El archivo infinito de los cuerpos.

Niños crueles que juegan con los rompecabezas de nuestros cuerpos.

Yo no le corto las orejas ni la cola a mi perro. Yo no circuncidaré a mis hijos. Edito los textos, no los cuerpos.

Me duele la panza, pero no creo que deba comer. El cuerpo siempre pierde.