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Bernard Noël


POEMAS
Bernard Noël

Traducción de Sara Cohen
 
El jardín de tinta   
Secuencia 2

1

y ahora he aquí que ahora se da vuelta como un guante
el tiempo quizá vaya a comerse a sí mismo qué hacer de lo desconocido
a veces todo es diferente de los estados que fueron los nuestros hasta el
pero uno percibe estados acerca de los cuales uno no posee la experiencia
una cosa el azul el viento otra la desgracia que llega a nuestra espalda
el día se cepilla y se raspa hacemos como si debería servir de vuelta
luego cae la tarde y la noche borra la novedad una miseria
viene a oprimirnos la garganta y mientras la voz se quiebra buscamos
dónde ha quedado ese ahora que habíamos arrojado como un ancla
algo ha estallado no sabemos si acá o acá adentro afuera
una estupidez flota bajo los hombros un deseo de estar fuera de uno
de ser el tú que mataría la impostura de ser un viviente abreviado por adelantado
hemos sin embargo bien mezclado el uno al otro los demasiado tarde los demasiado temprano
tentado de trenzar los contrarios de sembrar de olvido los recuerdos
la lengua remonta el curso del vocabulario elevando palabras
una espuma en la punta algunos remolinos verbales una estela
donde el pensamiento súbitamente no es más que una arruga recorriendo la superficie

2

y ahora he aquí ha llegado el tiempo de mirar aquello que no se puede ver
es una dirección un llamado un apetito el deseo de algo
un temblor al borde de los ojos el gusto de lo insaciable
tal es así que en caso de que la aparición tomase forma su rechazo
haría arrojar los ojos sobre ella y ahora surge el miedo
de que venga a fuerza de insistencia la cosa que no sería imagen
sino carne en descomposición la carne podrida de pensamientos muertos
o aquella que fermenta al fondo de la descarga humana
en el lugar mismo en donde el poema busca escarbar restos
a fin de que las palabras tomen a través de sus curvas y sus trazos
todo el vejestorio carnal el estiércol de nuestro sentido
y suba entonces el largo croar de los huesos la palabra física
que sueña el cuerpo cansado del viento de la palabra una suerte de grito
un estertor en la garganta cerrada por el tiempo o por esta angustia
el pobre tributo pagado al ejercicio del conocimiento
y ahora como una cicatriz enrollada en la boca
el recuerdo busca a qué herida se quedó colgado

3

y ahora qué hacer con la nada en donde respiran las palabras
en tanto que las cosas multiplican sus formas en el espacio
y que la vida remueve sus arrugas o las repliega en el fondo del corazón
por todos lados una ilusión plana que uno querría cambiar en certidumbre
vaho de vaho nos han prevenido pero quién creer en el humo
uno intenta vuelta a vuelta la lengua el sueño la pluma y el cuchillo
luego la cabeza se va a sumergir entre las salazones de la literatura
a veces algunas pequeñas sombras dan al pasar un poco de gusto al aire
un peligro misterioso perfuma su huella una amargura una falta
luego la boca palidece por haber acogido esos residuos de sensaciones
en vez de hacer imágenes o bien ese endeble susurro sobre los labios
sin embargo un soplo sobre la sien suscita el deseo de creer aún un poco
de creer que ahora hará surgir desde ahora el Tú
y su reserva de rostros suficiente para extraviar el tiempo
pero para qué lo interminable si la vida no se juega otra vez
cuando la hierba haya crecido sobre la lengua encontraremos quizá
la articulación del misterio entre los restos de una frase

4

y ahora alguien atraviesa la cabeza una forma un recuerdo
un transeúnte que ha perdido su rostro o bien los malabarismos de una sombra
querrías palpar eso tocarlo para que vuelva la materia
por qué no te atreves a decir la carne como si un cuerpo no pudiese surgir en ti
como si todos los espectros no pudiesen volver más que como corrientes de aire
y ahora miras del lado de ese vocabulario personal
el de los nombres que una vez por todas se han declarado propios
pequeños esqueletos suspendidos en algún espacio privado de porvenir
sueñas un instante con la pólvora dicha con simpatía un polvo
una sustancia capaz de hacer del presente con la pérdida con lo bajo
pero qué es el lodo del tiempo esa cosa ni siquiera sucia
aún cuando chorrea entero de la muerte un acto acuérdate
un acto que de un momento a otro nos arroja a lo impensable
en tanto la carne hormiguea sobre los huesos y rápido va hacia la nada
los nombres pueden siempre volver a servir pasar de tal a tal otro al que sigue
dos fechas alcanzan para limpiar un nombre para nuevo uso así
el apellido y el propio se reciclan en medio de la ausencia

5

y ahora como un espejo ofrecido a los vapores del mercurio
esperas a que venga en el día la imagen latente bajo lo crudo
un sobresalto de sombra o esa cosa inasible presente por todos lados
no la vida que va en ti sin ti escondida en su corriente
una especie de Norte misterioso que tira hacia él siempre el corazón
intentas en vano orientar la huella luminosa o el pliegue
el temblor predisponiendo el espesor carnal para devenir pensativo
pero el pensamiento olvida al instante sobre qué terreno él se eleva
la cabeza no sigue aparentemente lo que ella ha sin embargo proyectado
un abismo está bajo la formación de las palabras una boca invertida
en la cual la apertura es sin cesar velada por la sombra de las ideas
no sabemos lo que mata la intención primera o bien la come
sentimos tan sólo flotar en el espacio el borde de un por aquí
un lugar huidizo que la lengua a veces acaricia inconcientemente
un silencio pone una pequeña duda en la garganta luego cae
y no sabemos por qué lado se ha perdido ni siquiera si ha dado una señal
porque el coraje falta súbitamente para mirar hacia lo desconocido

6

he aquí que muerdes en el ahora el puño elevado contra el tiempo
y eso no tiene mayor efecto que si golpeases una ilusión
sin embargo ese gesto es un acto aunque bata la nada
pero estamos acaso seguros de la nada desde que la observación crea la realidad
los ojos se van a tocar el movimiento que no ven
han envejecido a su retorno y no ven con alta definición
un temblor un dolor tantos lapsus la lengua deviene torcida
querría cabalgar el lenguaje y hacerle el amor
ella absorbe de sí misma la saliva a fin de que húmedas sean las letras
los nervios de la garganta para bañarlas una a una del jugo bucal
pero apenas salidas de los labios ellas se alinean y hacen el juego del tiempo
es acaso a fin de significar que la carne acá no es necesaria
ni razonable siquiera en vista de cierta pesadez ficticia
no contaremos más con la llegada súbita de un milagro silábico
ni con el cerrojo del punto final de hecho tan poco definitivo
ninguna cosa verbal puede atajar el arrebato de la separación
aunque la soledad someta toda la vida bajo los hombros

7

y ahora este ahora quiere hacer una muralla en el presente
pero he aquí que la vida se entromete y pasajera reclama un pasaje
su voz da miedo siempre se interroga y quiere mascar sentido
alguien mira avanzar el desastre y se pregunta por qué
toma una palabra otra las pone al lado luego espera
dios se disolvió en el misterio del mundo y el cielo azul
todo andaba mejor sin el pequeño cadáver de la realidad
cómo enterrarla en ella misma mientras la bóveda del pensamiento
no es más que el aire soplado en el aire la pérdida en forma perpetua continúa
la muralla de ahora no construye más que un brocal en torno al vacío
el cuerpo de un Tú flota por el muy viejo poder de un sueño interno
el sueño que ese agujero al corazón de cada vida es como una pupila
dirigida hacia algún afuera alguna orilla del paraíso perdido
que experimenta un ojo al contemplar el vacío su espacio inagotable
imagina que se marchita ese órgano inútil y que la cabeza también
no es más que una nube derritiéndose en el polvo de las sílabas


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