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Los libros huelen a ojos.
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Los inteligentes luchamos a vida, no a muerte.
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Hay gente buena, los demás somos felices.
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El ADN es nuestra cadena perpetua.
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No caigo, juego a la gravedad.
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A veces, quedarse es ir demasiado lejos.
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Perdónalos señor, no hacen lo que saben.
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El espacio entre dos cuerpos se llama universo.
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Mi curva de aprendizaje es tu cintura.
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Advertencia: vivir causa recuerdos.
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Poner el amor de rodillos es una mamada.
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Me pidió espacio y le cavé su tumba.
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A mí no me llama la atención, me la incendia.
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Se enamoró por falta de pruebas.
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La mayoría de los muertos muere para no volver. Los fantasmas son una minoría en resistencia.
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Cuando no sé qué pensar, alucino.
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Durante la luna, sale octubre.
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Grítale a lo ido.
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El camino se detuvo al borde de un hombre llamado paisaje.
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El pesimista es cero positivo.
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Mi posición fundamental sobre el tema de la vida es hincado.
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La vida sin Dios ha vuelto más sensibles a las piedras: hoy nos evangelizan las caídas.
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Adán y Eva fueron los primeros desplazados por el odio religioso.
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El pecado es el punto más elevado al que puede aspirar la carne.
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Los que estaban libres de pecado, se apedrearon entre ellos.
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El infierno no es más que la humanización del paraíso.
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Lo único que sabe decir el tacto es: lo siento.
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El caminante planea a largo paso.
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Estar en Llamas y preferir los camellos: otra forma de infortunio.
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Cada cabeza es un mundo: salvaje, primitivo y hostil.
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La brújula ignora lo que es sufrir una gran pérdida.
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No estamos solos en el universo: estamos solos en la tierra.
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Los últimos y los primeros se preguntan ¿qué será de los de en medio?
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Cuando no tengo nada que dar, doy una excusa.
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En el buzón de voz no caben cartas.
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El día es muy voluble, cambia de la noche a la mañana.
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No veía la hora hasta que fue al oftalmólogo.
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Ignorarnos es la forma más simple de tener algo en común.
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A mis cigarros les doy un respiro de vida.
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A mi edad los viajes astrales siempre van repletos.
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El cuerpo le da cabida al misterio llamado hombre.
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Abres los labios y la línea entre el bien y el mal se transforma en sonrisa.
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La tarde cayó. Saldré a buscar al que le metió el pie.
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Los corales son adoradores secretos del naufragio.
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De tanto hallarlo, terminamos por desteñir el hilo negro.
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Cogemos para aliviar momentáneamente el peso de ser uno. Entre dos es más liviana la muerte.
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El sexo sirve para eliminar el exceso de antipatía.
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No es sexo casual, es satisfacción no planeada.
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No te deseo ni a mi peor enemigo.
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Le confesé al quiropráctico lo mal que me siento.
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No conozco matemático que sea sin cero.
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La sana distancia es la que decrece.
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Por la boca muere el después.
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La ilusión óptica sucede en los ojos del alma.
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Florecimos y llegó el colibrí.
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A veces se ve el futuro en el espejo retrovisor.
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Volvernos ausencia para comprender el lenguaje del ocaso.
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Talla sobre la piedra su memoria el viento.
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Las aves no saben lo que es perder el piso.
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Admiro la disciplina metódica con que mis pies hacen las cosas: paso a paso.
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Espero de ti un nosotros y de nosotros nada.
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Me preguntan ¿Qué es el ser? Respondo: tres letras que resumen una pregunta inútil.
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Comenzar es una palabra que no parece comenzar nunca.
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El tiempo siempre tiene algo más que agregar.
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Solo conozco una forma de caminar y es volando.
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La tumba es ese lugar tranquilo donde soñaste comenzar de nuevo.
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El vero cero estar.
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La palabra es gas con lo mismo.
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La falda de la montaña no se baja fácilmente.
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A veces deseo atarme una piedra al cuello y arrojarme al mar para ahogarla.
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