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Nudo Vortex
Rocío Cerón
Proyecto Literal-Colección Instante Fecundo,
México, 2015.

 
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No. 81 / Julio-agosto 2015


[sílabas en una habitación]*


 
/alguien deletreó lo que había visto: reconoció piedras, la lanza con la que cazaba, sus propias manos. Ciencia pura.
 

Lenguaje: tecnología para reconocer el rostro.
 

Eras geológicas debajo de la cama
 

las estrellas cantan historias al oído; un día amaneció convertido en oso

cada noche transformándose, un día rana, otro felino, un día más sobrevoló la tierra entera.
 

Olas de mar, costas;  a la arena besarle los pies, a los hombres del mundo lamerles las falanges.
 

¿Cuál es el final? Ya se sabe el final de todo.
 

Noche, cuerpos van, vienen; nadie sabe de nombres, sienten con las manos, esquivan el duelo,

en las sombras, arrojarse: luz en caverna.

Pulsación de cuerpos: nuevas constelaciones en tierra.

Duda sobre el campo: la mano de ella.
 

Siente la daga. Por vez primera, entre todos los cuerpos, se siente solo.
 

Único. Sobreviviente.
 

Es él la noche entera. Corporeidad de cualquier cuerpo.
 

Y ninguno.
 

Coleccionaba escorpiones, estampas de beisból. Susurra una canción que su madre le enseñó a los cinco años, cada mañana.
 

A los catorce, un libro: para no perder la cabeza hay que inventar(se) historias.
 

Todas las noches. Todos los días.
 

No quería escuchar las cosas del mundo:
 

Guerras. Muertos. Mentiras.
 

Ruido ensordecedor de los camiones que pasan por la calle.
 

Ráfagas.
 

Pero un día, por ella (líneas de sus manos) decidió escuchar:
 

Háblame.
 

Debajo de ese silabeo se escuchan olas estrellándose en los acantilados, volcanes en erupción, voces de los abuelos en yidish, mazahua o catalán, los pliegues de los bebés cuando doblan por vez primera los brazos, los personajes de los libros que ha visto en su mente, las manos de su madre acurrucándolo, las sombras de sus sueños, los conejos de Pascua, el hada de los dientes, las calles que levantan estelas de niebla, las estrellas y asteroides que lo han acompañado:

una mañana, el sonido del mundo entró en él.
 


Estaba en su nombre, la solución era su nombre:

antes que el meteorito se estrellara

decidió hacer una fortaleza para esconderse

decidió quedarse debajo de su almohada

o moriría.
 

Se hizo un punto negro debajo de ella.
 

Así, cuentan, salvó la vida.
 

Entreabre la boca, de un lado a otro saltan tantas palabras que no llevan a ningún lugar (aparente) porque todos los caminos –del lenguaje– llevan a Roma.
 

Las palabras se quedan. No se las lleva el viento.
 

Lenguaje: tecnología pura para reconocer el rostro.
 

Cantata.
 

Océano, sus abismos:

Cuerpos escriben con el movimiento nuevas formas de escritura.



                   [agujeros negros: brochazos de azul Klein sobre muro de pensamiento]
 
 
el paraíso es de plomo
                           
                                  (cantata)

                     


____________________ hacia la noche, en la comisura del hombre que le hablaba, en el simple acto de despostillar el resquicio, la solidez.
 
                                                                                                     /desfiguración/
 

Guardado en el cajón,  vicia faba  –cintas de color salmón y mostaza–, fondo, hasta el fondo, el sobre. Caligrafía en malva sobre un siglo.
 
                                                                          /transiberiano a velocidad sónica/
 

                     [En el pórtico de un hotel: quimera: rascacielos devenían historias de oro. Toca el aire el cemento, sin negociación delante, en canto, canturreo u ostracismo social. Doseles de viento entre varillas. Escritura asida a bocanadas.]
 


Buenas noches. Conseguimos para usted todas las estrellas /fósforos/ antes del derrumbe de la humanidad. Buenas noches. Guardamos muerte en el brillo del ojo (pájaros bordean la carretera: a la mujer de mirada de pétalos le gustan las violetas). Buenas noches. Dejamos antes de la erupción de los volcanes una bocanada de humo para no mirar de frente al espectáculo. Buenas noches. Desactivamos los sistemas. Aparecemos flores /lavandas/ en cuerpos.
 


________________Todo filmado bajo la supervisión de director de aguda mirada. 16 milímetros, blanco y negro. Premio a Opera Prima en Cannes.
 

                                                             /Variaciones agudas para llamar a hembra/
 

                      [Hace tiempo que los océanos han interrumpido al interior  de la sequía. Sándalo y arena. Cabeza separada del tronco. En la ruta Transiberiana vendrá un pasajero cubierto de helechos.  Si no viene el tren no prensar el cuerpo entre lágrimas.
                    
                      

                       Contempla el fuego, cómo arde la leña; cuando crepita es buena, es humedad. Si pudiéramos saber qué hay debajo de ella. En toda su potencia se extiende lo visible hacia el camino de la página: el signo garabatea ya el mundo sobre el aire.]
 

La solidez torna los bordes del labio en una marejada. Astillas de cristal en medio de nebulosa.
 

                                       /consejo de equilibrista: soltar el arnés y caer/
 
 

Pistas de aeropuertos, diecisiete millones de personas que visitan un reino mágico, cuatro ballenas semidormidas.
 

Montaña rusa que gira sin cesar a ciento cinco kilómetros por hora.

 
 

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