Ouajd Karkar es un joven poeta amaziɤ radicado en México desde hace cuatro años. Nacido en el Rif, la cadena montañosa ubicada al norte de Marruecos, provincia de Taza, dedica su vida a difundir la cultura amaziɤ desde la resistencia. La historia de los pueblos amaziɤ, más conocidos como bereberes en el norte de África, data de miles de años atrás, su lengua ha sido asociada a la familia de las lenguas afroasiáticas, emparentada tal vez con el fenicio o el egipcio antiguo. Tras las invasiones islámicas el árabe se convirtió poco a poco en la lengua no solo de la administración sino de la literatura. Aun así el tamaziɤt siguió siendo el idioma utilizado por la mayoría de habitantes del norte de África al ser trasmitido vía materna, siendo la mujer guardiana del patrimonio lingüístico.
A los movimientos nacionales posindependientistas les siguió un duro proceso de arabización a partir del cual, la cultura amaziɤ ha sufrido los episodios más fuertes de persecución y discriminación. Al igual que en México se intentó el mestizaje y la hispanización, Marruecos y otros países norteafricanos han tenido un proceso bastante similar, en que los pueblos berebers han mantenido su cultura y resistido al poder que intenta imponer la lengua y cultura árabes como lengua y como identidad nacional. Ouajd Karkar ha hecho de su poesía un vehículo de denuncia, lo que le ha valido que su poesía sea calificada como poesía de la resistencia. Su obra, comprometida políticamente, se vale de recursos tradicionales y modernos para su concepción. Ha participado en numerosos festivales de poesía y publicado en distintas revistas en amaziɤ y algunas publicaciones en español como en el suplemento Laberinto del periódico Milenio o la antología La Poesía del Encuentro, Asamblea de Lenguas en el Bicentenario surgida del Encuentro Hispanoamericano de Poesía: Cultura Independiente hacia el Segundo Centenario, realizado en 2008 en el cual participó.
¿Cómo te iniciaste en la poesía? ¿Qué fue lo que te motivo a escribir?
Bueno, puedo decirte que nuestra cultura, que es la cultura Rifeña, tiene algo muy importante, y es que la poesía siempre acompaña nuestras vidas. Desde que nacemos, nuestras madres, nuestras abuelas, nos cantan canciones en verso que se llaman helararu (como para arrullar a los niños), también ellas nos cuentan historias o cuentos en verso antes de dormir. Cuando se reúne la familia, o entre amigos, todos empezamos a inventar adivinanzas, pero deben ser en verso, eso se llama timwafitin. Y desde niños inventamos nuestros izran (poemas de dos versos) sobre los animales, sobre los juegos etc., y en la mayoría de las fiestas siempre escuchamos a nuestras madres, tías y a las mujeres en general cantar sus izran; también hay algunos pequeños poemas religiosos para la muerte. Así que, en general, puedo decir que los rifeños desde que nacemos hasta que morimos, estamos escuchando siempre poemas de toda clase. La poesía es algo natural para nosotros, crecemos, comemos, dormimos y morimos con ella. La poesía en el Rif no es sólo para los intelectuales sino que es algo natural, de cada día y para todos, así que no me acuerdo cuándo inventé mi primer poema, pero a los trece años, digamos que de manera oficial, escribí mi primera poesía. Ese poema se llama tajḍit inu, que quiere decir “ave mía”, habla de la libertad, pero de la libertad que yo no tenía; el poema habla del amor y de la falta de libertad para expresarlo y para vivirlo. Creo que muchos rifeños escribimos primero cuando nos enamoramos porque nuestra cultura es así, el amor es más escondido, más secreto, y tiene mucho valor, no es un juego, no es un amor de un día, como un maquillaje nada más. Así que la mayoría de los rifeños expresamos nuestro amor a través de un poema, es la forma de decir a una mujer que la queremos.
¿Cómo concibes la poesía?
La poesía para mí es una forma en la que puedo expresar mis ideas, mis sentimientos, mis ideas políticas. De cierto modo, mis poemas son la historia de mi vida, primero escribí por amor, después por política, después por tristeza, por libertad, por felicidad… por todo. Mis poemas son, al mismo tiempo, una lucha; escribir poesía en tamaziɤt es parte de una lucha contra la arabización forzada y la islamización en mi país, una lucha contra los que te obligan a comer del mismo plato aunque no te guste esa comida… aunque seas diferente y estés orgulloso de esa diferencia. Y cada poema es un pedacito de mi vida, no se entiende del todo lo que escribo, si no me conocen. Tengo poemas que cualquiera puede entender pero hay otros, muy especiales, en los que juego con las palabras y, en realidad, hablo en secreto. Son para mí dos estilos, si la persona que los escucha o los lee no me conoce no puede darse cuenta de qué estoy hablando en realidad. Y mi lengua es muy rica para jugar así con las palabras, pero tengo problemas con las traducciones porque se pierde el sentido original.
Escribes en amaziɤ, aunque dominas otras lenguas como el francés. ¿Has probado escribir en otro idioma?
Pues como dije antes, lo que yo quiero es escribir en mi lengua para que ésta no muera, para que siga viva, para que las generaciones futuras conozcan su riqueza. La lengua es para nosotros una forma de ver el mundo, yo sigo investigando sobre ella y utilizo palabras que muchos ya no saben qué significan ya que ahora, en las ciudades, hay muchos préstamos del árabe, del español o del francés. En mis poemas yo uso palabras y expresiones que ya no se conocen, así que muchas veces tengo que explicar mis poemas hasta a algunos rifeños que son investigadores o lingüistas. Yo prefiero escribir en tamaziɤt porque lo considero un deber. Hoy el tamaziɤt es una de las lenguas vivas más antigua del norte de África, hablar una lengua tan antigua como la mía es un privilegio y una responsabilidad. Como dice este poeta mexicano, León Portilla: “cuando muere una lengua se empobrece la humanidad”, los gobiernos del norte de África no han entendido que el tamaziɤt es una riqueza, no un obstáculo para el desarrollo.
En todo poeta confluyen diversas influencias, (literarias, culturales, etc.), cuáles son las influencias que marcan a Ouajd Karkar.
Creo que la influencia más grande al escribir es mi propia vida, pero mi vida como rifeño. La inspiración más grande para escribir poesía es el sufrimiento como rifeño, la historia de esa tierra que ha sufrido la guerra (antes y durante la colonización europea), y después la discriminación del gobierno. La violación a los derechos humanos que vemos cada vez allá, la destrucción de nuestro patrimonio cultural, de todos los lugares históricos (zonas arqueológicas) relacionados con la historia rifeña que están descuidados o siendo destruidos por obras públicas. Esto, que es lo más antiguo de la historia de la región, es decir, lo amaziɤ, se trata como si no existiera. Nos han querido borrar de la historia, todavía hoy no podemos ir al registro civil y poner un nombre amaziɤ a un niño, tiene que ser árabe. Todas estas cosas te marcan, por eso muchos rifeños escribimos para protestar y para expresar ese dolor que vemos en nuestra tierra, en donde a veces nos llegamos a sentir como extranjeros. Eso es lo que me ha marcado principalmente, pero también escuchar los poemas antiguos de las mujeres en las montañas y los modernos de los amaziɤ de todas partes, y leer poesía de todo el mundo me ha inspirado.
Desde hace tres años has impartido clases de amaziɤ en la ENAH, ¿cómo ha sido tu trabajo ahí?
Pues ha sido una experiencia bonita, los alumnos poco a poco se han interesado. He dado esa clase junto con la antropóloga Azul Ramírez y hemos hecho muchas cosas. Organizamos conferencias, coloquios etc. Y estoy contento porque cada vez hay más alumnos y alumnas, profesores y gente que conoce la causa amaziɤ, y quiénes son los rifeños. Recuerdo que cuando llegué sólo escuchaba hablar de los árabes. Aunque todavía cuando dices que eres del norte de África, la gente piensa que eres árabe, pero eso no es culpa de la gente sino de algunos académicos, de los gobiernos del norte de África, etc., porque hacen creer a los demás que todo es árabe y que allá es un mundo árabe pero no es así, y hemos logrado mostrar, a través de la clase y los coloquios en donde hemos participado, que el norte de África es más diverso y que los amaziɤ tenemos nuestra propia identidad y nuestras propias raíces.
Para finalizar, ¿cómo ves el movimiento amaziɤ desde México y, en ese sentido, tu labor como poeta trasterrado.
Para ser parte del Movimiento Amaziɤ no sólo hay que salir a gritar a la calle aunque a veces también es importante protestar en las calles, pero yo creo que uno tiene que empezar desde su casa, transmitiendo los valores de tu cultura a tus hijos, la lengua y, si se puede, como yo estoy haciendo, transmitir todo eso desde una plataforma académica. No sólo digo que soy amaziɤ y ya, sino que lo que estamos haciendo es una forma de conservar y valorar la lengua y la cultura amaziɤ. Los ideales del Movimiento Amaziɤ debemos emplearlos en la vida cotidiana, no nada más en las mantas (pancartas), en una carta o en una reunión, es cosa de cada día, y esa es mi labor finalmente, como amaziɤ, como rifeño, como poeta y como ser humano.
AMEṬṬA
Ttzeḍɣeḍ a tameṭṭut ḍi tiṭṭewt inu ḍ ameṭṭa
Necc war ɣari ɣa yameṭṭa.
Isseɛqar icem wass
Ass snebɣar raq
Snebɣar mani,
Ḍi twasit inu ɣarem
Usiɣd ḍ ijjen
Am uyur war dyesijen,
Usiɣd senni
Zi tmurt war yenumen anudem,
Usiɣd ḍ necc
Usiɣd…
Maca ḍeg umerqi inu akiḍem
Ufiɣ cem
War cem ufiɣ,
Ufiɣ cem
Ttnarwareḍ
Jar rxezrat inu ḍ taqeddit,
Ttnarwareḍ
Ḍi ssuq ixariqen ḍ tismeɣt,
Ttnarwareḍ
Jar tifray inu ḍ taqessist
I war ɣar yeǧi yisem,
Ḍi tawra nnem
Ichiq wawar inu
Akeḍ imeṭṭawen nnem:
“Zenzen cem a tameṭṭut
zenzen am ra ḍ aruḍ x yirem”.
Lágrima
Mujer, habitas en mi ojo cual lágrima
No tengo más que llanto
El día te maltrató
Día sin lugar
Sin ¿dónde?
En la visita que te hice
Iba solo
Como media luna que no se asoma1
Iba desde ahí2
Desde la tierra que no acostumbra cabecear
Iba yo
Iba…
Pero en la cita que tenía contigo
Te encontré…
No te encontré…
Te hallabas…
corriendo desnuda entre mis miradas
Corriendo cual esclava en un mercado de mentiras
Apresurada en tu andar cual poesía sin nombre entre las hojas
En tu correr, mis palabras sollozaron
Con tus lágrimas:
“Te vendieron mujer
y vendieron la ropa sobre tu pie