El oleaje
El mundo
la película
que te separa de él
El mundo:
aquello que se toca
en la orilla
(De “El oleaje”, Nusud, 1997)
Fauna
“No hay amor verdadero sin un poco de inocencia.”
Albert Camus
Asomada al balcón de casa
disfruto los últimos
coletazos del verano
El puesto de flores
ya cerró
y en la esquina el movimiento
es agitado
travestis
taxi boys
chicos preciosos
aportan colorido
al paredón de la universidad
Al pasar de las horas
se han ido
han vuelto han subido a los coches
y bajado de inmediato
infinidad de veces
Junto con las horas
pasó la noche
y la pequeña fauna
ralea
En todo este tiempo
no sé si por el puesto
cerrado de flores
o qué
ninguno de nosotros
deshojó una margarita
(De “La misma piedra”, Ediciones del Dock, 2002)
Camina por el borde
contempla
el impecable espejo
Dice la nadadora:
no hay
como sumergir el cuerpo
en la superficie azul
En un punto preciso
se detiene y calcula la distancia
respira profundo
alza los brazos
Es corto el movimiento
las piernas de la que nada
se flexionan y empujan el cemento
el resto cae al agua
por su propio peso
(De “Nadadora”, Bajo la Luna, 2008)
La que nada quiebra la superficie
en un solo segundo
se apagan todos los ruidos
Todo es distinto
bajo la superficie:
el movimiento lento
y la luz que reverbera en el fondo
mezclada con el agua
Imágenes de un mundo
todavía sin formarse
(De “Nadadora”, Bajo la Luna, 2008)
El río poderoso
En medio de la isla
sola
en una cama que no es mía
escucho la tormenta
Para amainar el miedo
trato de identificar los ruidos
prevalecen
ante todo
el chasquido potente
de la rama de los sauces
y a lo lejos
el enorme caudal
del río poderoso
Después de muchas horas, seca y viva
recostada en el muelle
veo el rostro de la amiga
que se acerca en canoa
Imposible me digo
pero allí están
su sonrisa
sus bellos ojos claros
Luego de la alegría me cuenta
que su casa queda
frente a la mía, a pocos metros cruzando el río
Hubiese sido bueno saberla allí
anoche
en el momento en que un rayo sacudió la isla
cuando temía
a todo lo que no se ve
Miro el Paraná y calculo
son
a lo sumo unos cuarenta metros hasta la otra orilla
en el medio
corre calmo el río
trayendo
lo que trae
El río
es variable en su anchura
y así
entre las hojas
lleva y deja
la gente que se quiere
las partes
de una misma
aquellos
que no veremos más
(De “El lado oscuro del mundo”, Bajo la Luna, 2015)
No recuerdo la sonrisa de mi padre
Aunque la enfermedad lo devoraba
siempre ponderé
la belleza de mi padre:
sus grandes ojos
sus manos alargadas
el aire irónico con que miraba el mundo
Desde su silla
si alguien cometía una torpeza,
cosa frecuente dado el lugar
las circunstancias,
si me miraba en esas circunstancias
sonreía calladamente
yo tomaba ese gesto como una señal de bienvenida,
de ser parte de su mundo
Sin embargo
no recuerdo su sonrisa, digo,
lo material
de su sonrisa
¿Sus dientes eran amarillos
o parejos?
En el recuerdo
la sensación es de felicidad
pero la imagen congelada
al mirarme
tiene sonrisa que ofrecemos al perro abandonado
que al cruzarnos en la calle nos sigue
mueve la cola, no nos muerde
Creo que es suficiente
con saber que mi padre sonreía
más allá del recuerdo
para poder creer en la regla de bondad
de todas las sonrisas
de todos los perros
de todos los padres de este mundo
(De “El lado oscuro del mundo”, Bajo la Luna, 2015)
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